Oncilla

Oncilla
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Clasificación Científica
Reino:Animalia

La oncilla (Leopardus tigrinus) está catalogada como Vulnerable por la IUCN.

HÁBITAT Y ÁREA DE DISTRIBUCIÓN

Se le encuentra en América del Sur, desde Costa Rica hasta el norte de Argentina. Más concretamente los países en los que se le puede encontrar en mayor o menor presencia son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú, Surinam, Venezuela.

Habita desde tierras bajas hasta los 3.200 metros sobre el nivel del mar.

Su hábitat es exclusivamente forestal, con preferencia de bosques perennes hasta 3000 m de altura. Su hábitat en argentina son las selvas húmedas del norte argentino en la provincia de Misiones y el extremo norte de Salta.

Pese a que se le encuentra en una amplia extensión de terreno incluyendo la cuenca del Amazonas, en una extensión de más de 11 millones de kilómetros cuadrados, su distribución real está muy localizada, es decir, tiene una pequeña área de ocupación. Se le encuentra en densidades muy bajas, lo que significa que hay muy pocos oncillas para tanto terreno. (0,01 oncillas por cada 100 kilómetros2). En el Amazonas los estudios de campo sugieren que las poblaciones son extremadamente pequeñas. Se encuentran más oncillas donde hay menos ocelotes, y la mayoría se encuentran fuera de áreas protegidas en zonas de altas tasas de pérdida de terreno natural. Con todos estos datos se espera un declive del 30 % en los próximos 18 años (tres generaciones).


ESPECIES Y SUBESPECIES

Especie: Hay expertos que piensan que se debería de dividir al Oncilla en dos especies, ya que hay pronunciadas diferencias entre los tigrillos de Costa Rica y los del sur y centro de Brasil. De hecho, según unos datos sacados a la luz a finales del 2013, un equipo de investigadores ha revolucionado la diferenciación la oncilla en el noroeste de Brasil, mediante pruebas de ADN con marcadores moleculares. La investigación, publicada en la revista ‘Current Biology’, reveló que existen dos poblaciones de tigrinus, (los Leopardus tigrinus y Leopardus guttulus) no han llegado a cruzarse y han seguido cursos evolutivos diferentes, por lo que los científicos consideran que es mejor describirlas como especies diferentes. Antes se pensaba que se trataba de una subespecie de la oncilla. Sin embargo aún queda mucho que estudiar y de momento se sostiene una única especie. Ver: Descubren una nueva especie de gato salvaje en Brasil

Wilson, D. E. & Reeder, D. M. (editors). 2005. Mammal Species of the World. A Taxonomic and Geographic Reference (3rd ed) Subespecies: No existe mucha información al respecto. Según existen cuatro subspecies: al menos la primera de ellas sí que está reconocia y catalogada como en peligro de extinción por la IUCN:

- Leopardus tigrinus oncilla. Se encuentra en Centroamerica. Está en peligro de extinción - Leopardus tigrinus guttulus. Se encuentra en el centro y sur de Brasil, en Uruguay, Paraguay, y al norte de Argentina. (Parece ser que no es una subespecie sino una especie distinta, el tirica (Leopardus guttulus). Leopardus tigrinus pardinoides. Se encuentra al oeste de Venezuela, en Colombia, Ecuador y Perú. - Leopardus tigrinus tigrinus. Se encuentra al este de Venezuela, en la Guyana, y al noreste de Brasil.


Características

Nombre

Se le llama de diversas maneras: oncilla, leopardo tigre, tigrillo, caucel, gato atigrado, gato tigre, tirica… aquí hemos escogido el nombre oncilla que es el que usa la IUCN en primer término para referirse a estos felinos, y que es el nombre más extendidamente reconocido. El nombre de tigrillo es más bien usado para mencionar a varias especies muy parecidas de felinos entre las que está incluida la oncilla, por lo que no es apropiado este nombre para hablar de ella. En todo caso lo más seguro para no equivocarnos es fijarnos en el nombre científico.

Las oncillas no son comúnmente vistas y se sabe muy poco de su comportamiento y ecología en vida salvaje.

Su voz es muy similar al maullido de los gatos domésticos. Su silueta y huella se parecen a las de un gato doméstico.

El pelo de la oncilla es lanudo y menos grueso, lo que le ha dado el nombre de tigrillo lanudo, y es claramente diferente al pelo de los demás felinos colombianos, que es liso y orientado hacia atrás. Comparado con el margay, la oncilla tiene ojos y orejas relativamente más grandes y el hocico es más corto.

Hibridación

Comparte hábitat con el puma, el jaguar, el ocelote, el colocolo, el gato montés sudamericano, el jaguarundi (o jaguarundí) y el margay.

Hay pruebas de hibridación entre la oncilla y el colocolo (L. colocolo) y el gato montés sudamericano (L. geoffroyi) en las zonas donde se solapan.

Tamaño y peso

La longitud de su cuerpo es de 43 a 65 cm, y la cola mide entre 25 y 34 cm. Pesa entre 1.3 y 3 kg, por lo que es incluso más pequeño que un gato doméstico, tratándose de uno de los felinos más pequeños, al igual que el gato patinegro (Felis nigripes). De hecho es el felino más pequeño de Colombia.

Es nocturno-crepuscular, pero con una considerable cantidad de actividad diurnal. En algunas zonas de Brasil parece que es mucho más diurno; además es un buen trepador aunque prefiere estar en el suelo.

Habita cuevas y huecos de árboles.

Pertenece al mismo género que el ocelote (Leopardus pardalis), ampliamente distribuido en América.

Los ojos presentan el iris marrón claro o dorado y las pupilas se contraen verticalmente. Tiene dos líneas gruesas bien marcadas que suben por la frente por encima de los ojos; desde la comisura de los ojos sale también una línea hacia atrás a cada lado de la cabeza; Sus orejas son negras exteriormente con una mancha blanca; las manchas de la cola tienden a formar fajas transversales en número de 10 a 12, siendo completas (anillos) sólo en la mitad o tercio terminal; su vientre es manchado y en las patas tiene manchas que se hacen más pequeñas distalmente, hasta desaparecer en los dedos.

Alimentación

Caza pequeños mamíferos como roedores y comadrejas, lagartijas, pájaros, huevos y anfibios. Algunas presas específicas son: rata de monte (Peromyscus mexicanus y Heteromys desmarestianus), musarañas (Cryptotis spp.) y aves como el Pezopetes capitalis (Emberizidae).

Esperanza de vida

La esperanza de vida es de 11 años en libertad y de hasta 17 años en cautiverio.

Reproducción

Muchas de las cosas que se saben de las oncillas se conocen por los ejemplares cautivos, y lo mismo pasa con su reproducción. Debido a que en cautividad no se pueden comportar igual que en la naturaleza, realmente no se sabe mucho de sus hábitos y cría. Lo que sí se puede tener más claro es el ritmo de crecimiento de las crías, similar nazcan donde nazcan: Su gestación dura entre 74-76 días tras lo cual tiene entre 1 y 3 crías una vez al año (normalmente una). Sus crías abren los ojos después de 8-17 días lo cual es inusual para un felino de este tamaño. Empiezan a salirles los dientes a los 21 días, muy tarde, aunque les salen todos en poquísimo tiempo, horas. Las crías empiezan a alimentarse de sólidos a las 5 a 7 semanas, y el destete se completa a los 3 meses. Son completamente independientes a los 4 meses y han crecido del todo a los 11 meses. Los machos alcanzan la madurez sexual tras los 18 meses y las hembras al cumplir el año.

Es muy similar al gato tigre (Leopardus wiedii) o caucel, o margay, aunque el tigrillo es más esbelto y de cola más corta. Al observar su pelaje de cerca vemos que sus manchas son más bien anillos, mientras que en el caucel las manchas son más grandes y alargadas. Además tiene la nariz rosada mientras que el caucel la tiene negra.

Se sabe de ejemplares melánicos en bosques húmedos. Estos son oncillas negros; al igual que ocurre con el leopardo que tiene ejemplares melánicos llamados panteras negras.

Usos

Su piel, como la de todos los felinos manchados, era utilizada como adorno por los nativos de la selva. Según las creencias de los guaraníes, la buena vista y capacidad de moverse con sigilo de los gatos, dos cualidades indispensables para el cazador, era traspasada a aquellos que utilizaban sus cueros, garras o dientes como adorno o parte de su indumentaria.

AMENAZAS

  • CAZA: La oncilla ha sido cazada por su piel durante décadas, a raíz de la disminución del comercio del ocelote. Aunque este apogeo de la caza cesó, aún hay caza ilegal localizada sobretodo relacionada con el comercio para mascota. Su piel fue usada en la época de las tigrilladas, las cuales surtieron los mercados de la moda de pieles de Norteamérica y Europa en la década de los sesenta y setenta. Para que veamos un ejemple extremo, en 1971 fueron requisadas 28.000 pieles en depósitos en el Brasil (sólo entre el 5 y 10% de este tipo de tráfico es decomisado y descubierto, con lo cual el volumen sería mucho mayor). En ocasiones ataca aves de corral lo que también lo convierte en objeto de persecución y cacería.
  • PÉRDIDA DE HÁBITAT: La supervivencia de este felino está amenazada por la pérdida de hábitat y presas silvestres, principalmente causada por agricultura y ganadería. Las carreteras fragmentan su hábitat y hacen que las poblaciones se separen.
  • MASCOTA ILEGAL: En la actualidad es el felino más comúnmente tenido ilegalmente en cautiverio como mascota. Tenemos que ser muy conscientes de que no se trata de un gato que podamos tener en casa. Nunca ha convivido con el hombre y por lo tanto este no es su lugar y no se va a adaptar bien.
  • CAMBIO EN LAS POBLACIONES NATIVAS: podría representar otra potencial amenaza que no está clara.

HIBRIDACIÓN: Es mala para las especies implicadas. COMPETENCIA CON EL OCELOTE: Las poblaciones en las áreas protegidas también son de pequeñas densidades debido al impacto de las mayores poblaciones de ocelote con el que compite por los recursos.

  • MEDIDAS DE CONSERVACIÓN

Al estar amenazado se le encuentra incluido en el Apéndice I del CITES. En Costa Rica está protegida y regulada por la Ley de Conservación de la Vida Silvestre No. 7317, la Ley Orgánica del Ambiente No. 7554 y el decreto No. 26435-MINAE Está catalogada como Vulnerable según SAREM (Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos.) y está en el Libro Rojo de los Mamíferos Amenazados de la Argentina. 2012.

Se le encuentra en algunas zonas protegidas; en Costa Rica se le encuentra en los Parques Nacionales Volcán Irazú y Chirripó, y Pozo Azul de Pirrís (San José), entre los 1500m y los 3.200m.s.n.m.. CAZA ILEGAL: Su caza está prohibida en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Guayana Francesa, Paraguay, Surinam y Venezuela. Se necesitan más estudios sobre la ecología de las especies, la demografía, la historia natural, y las amenazas. La conservación de especies requiere, además de la identificación de áreas importantes para estas, la identificación y cuantificación de amenazas hacia su permanencia.

Las poblaciones mínimas viables (PMV) varían según la especie, y en ausencia de suficiente información biológica sobre éstas, como es el caso aquí, se debe intentar conservar el mayor número de individuos de la especie como sea económica, social y políticamente viable (Quigley & Crawshaw 1992) basados en el nivel de incertidumbre sobre los número viables Oncilla en Colombia reales. Así, se recomienda contar con poblaciones efectivas de 500 individuos o más para la supervivencia a largo plazo (Soule 1980). Los Números Efectivos (Ne) de una población son la cantidad de individuos reproductivamente viables y para calcular estos números se debe tener en cuenta la fluctuación de las poblaciones y el sesgo reproductivo, entre otros (Spong et al. 2000). CONECTIVIDAD ENTRE POBLACIONES: La conectividad se logra aumentando los tamaños de las áreas, implementando zonas de amortiguación con resultados de conservación efectivos, creando corredores (biológicos o genéticos), e incluyendo un manejo que contribuya a la conservación de áreas no protegidas. Las consecuencias de la conectividad son variadas, pero en el presente contexto aseguraran poblaciones de Oncillas saludables, con tamaños apropiados para su viabilidad a largo plazo.

Fuente