Palacio Nacional de Sintra

Palácio Nacional de Sintra también conocido como Palácio da Vila.
Información sobre la plantilla
Palacionacsintra.jpg
Fue declarado Monumento Nacional en 1940 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.
Información geográfica
PaísPortugalBandera de la República Portuguesa
Información general
TipoCultural
Información visitantes
DirecciónLargo Rainha D. Amélia

El Palacio Nacional de Sintra, emplazado en el centro de la Villa histórica, es un monumento único por su valor histórico, arquitectónico y artístico. De todos los palacios erigidos a lo largo de la Edad Media por los monarcas portugueses, únicamente el de Sintra ha llegado hasta nuestros días prácticamente intacto, conservando la esencia de su configuración y silueta desde mediados del siglo XVI. Es Patrimonio Mundial de la Unesco y uno de los más peculiares de Portugal

Historia

El monumental Paço da Vila, como lo llaman los lugareños, se encuentra en el corazón histórico de la pintoresca localidad de Sintra y es uno de sus más importantes atractivos turísticos. Sus enormes chimeneas cónicas de 33 metros de altura destacan en el paisaje de la Vila Velha (la ciudad vieja) y son el inequívoco símbolo que representa a la ciudad. El conjunto, constituido por diversos cuerpos edificados en épocas sucesivas, constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura palaciega de Portugal y la más completa colección de azulejería mudéjar del mundo.

Un poco de historia

Los orígenes del palacio se remontan a los tiempos de la dominación islámica, allá por el siglo X. Por entonces Sintra tenía dos castillos: uno en una colina cercana, hoy conocido como el Castillo de los Moros, y el otro, un palacio a los pies de la colina, donde los gobernantes moros residían. Luego de la reconquista cristiana en el siglo XII este palacio sufrió alteraciones y ampliaciones; sin embargo, las modificaciones más sustanciales y que perduraron hasta nuestros días llegaron mucho después, bajo los reinados de João I (siglo XV), y Manuel I (siglo XVI). De estas sucesivas intervenciones resultó un conjunto heterogéneo, pero a la vez armónico, de diferentes cuerpos conectados entre sí por corredores, galerías, patios interiores y escaleras.

Sala de los Cisnes en el Palacio Nacional de Sintra.jpg
Salas
Palacio-nacional-de-sintra.jpg
Interiors of Palácio Nacional de Sintra P1000194.JPG

En la decoración y los detalles constructivos pueden notarse estilos variados. Los elementos moriscos están muy presentes, y es que João I empleó para la construcción a pobladores de la zona descendientes de los antiguos moros, quienes conservaron sus tradiciones y técnicas constructivas. Preciosos cerámicos cubren los pisos y los azulejos polícromos revisten las paredes y rematan puertas y ventanas. Manuel I amplió el palacio, agregando la que se conoce hoy como "ala manuelina". También utilizó elementos moriscos, aunque más por su gusto exótico que por tradición, sobre todo en los remates de ventanas y puertas y en el complejo juego de patios interiores. Introdujo también elementos típicamente europeos, tales como los techos de tejas e incluso el par de gigantescas chimeneas, a las que erróneamente se atribuyen orígenes musulmanes, mientras que corresponden a modelos europeos medievales. En los siglos siguientes fue ocupado de vez en cuando por la realeza como residencia de verano o para ocasiones especiales. Las obras en el palacio consistieron básicamente en restauraciones o redecoraciones con nuevo mobiliario y su impacto en el conjunto no fue muy importante. El palacio tal como puede verse hoy sigue fiel a los estilos juanino y manuelino que le fueron impuestos por aquellos monarcas. Entre las historias tristes del palacio se cuenta la del rey Afonso VI, que luego de una grave contienda sentimental que lo opuso a su hermano Pedro debió pasar allí los últimos años de su vida; Pedro, que nunca habitó en Sintra, tomó el poder y lo forzó a vivir encerrado en el palacio, custodiado por 300 soldados... Luego del terremoto de 1755, que lo dañó considerablemente, fue reconstruido al original al igual que buena parte de la Vila Velha. María Pía de Saboya fue la última ocupante de la realeza antes del fin de la monarquía en Portugal, en el año 1910. Declarado Monumento Nacional, en 1940 luego de grandes trabajos de restauración, fue abierto al público exponiendo preciosas colecciones de mobiliario. Desde entonces atrae cada año miles y miles de visitantes.

Salas

El palacio es una sucesión de salas ricamente decoradas y patios con fuentes y azulejos que es un placer recorrer. Cuatro arcos góticos marcan la entrada del palacio, que da acceso a un gran vestíbulo que data de los tiempos de João I. Sobre los arcos, en el nivel superior, hay cinco ventanas que pertenecen a la gran "Sala de los Infantes", utilizada para los banquetes reales. El cielorraso es lo más llamativo; profusamente decorado con 27 "cajones" octogonales, dentro de cada uno hay pintado un cisne, por lo cual la sala es más conocida como "Sala dos Cisnes". Todos los cisnes son únicos; no hay dos pinturas iguales. Una sala muy curiosa es la "Sala das Pegas", cuyo techo está totalmente cubierto por 136 paneles triangulares y dentro de cada uno de ellos hay pintada una urraca (pega) y una frase: "Por bem". Una anécdota singular cuenta el por qué de esta sala. Al parecer, la reina esposa de don João I lo habría sorprendido besando a una dama de compañía, y el rey se justificó diciendo "Foi por bem!" ("fue para bien"). Rápidamente el incidente se conoció en el palacio y todas las criadas tenían el "Por bem!" en la boca... El rey decidió tomar cartas en el asunto y les dijo que decoraría una sala especialmente para todas las criadas. Ansiosas, contaban los días para ver la sala terminada. Cuál no fue su espanto al ver el techo totalmente pintado con urracas que parecían repetir la fatídica frase! Otra sala magníficamente decorada es la "Sala dos Braçoes". Instalada en la torre más alta del palacio, la bóveda está decorada con los escudos de 72 familias nobles portuguesas y las paredes fueron recubiertas por paneles de azulejos en azul y blanco. Puede parecer un tanto excesivo, pero es realmente impactante. Por último, dos espacios diferentes pero dignos de ver: la "Capilla gótica", consagrada al Espíritu Santo, y la monumental cocina, dominada, porsupuesto, por las enormes chimeneas cónicas. Aunque el uso de este tipo de chimeneas pudo constatarse en otros edificios europeos medievales, cabe destacar que a diferencia de aquellos, en Sintra no hay sólo una chimenea, sino dos, y que éstas han perdurado con el paso del tiempo, puesto que datan del siglo XVI.

Fuente