Parque Nacional La Güira

Parque Nacional La Güira
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EntidadLocalidad
 • PaísBandera de Cuba Cuba
 • ProvinciaPinar del Río
 • FundaciónSigo XX
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Parque Nacional la Güira, es un área protegida ubicada en la Sierra de los Órganos, en la occidental provincia de Pinar del Río. Entre sus peculiaridades destaca la presencia de la cultura asiática y europea. En el lugar que actualmente ocupa el parque, se encontraba la antigua Hacienda Cortina, propiedad del abogado y diplomático José Manuel Cortina, quien la edificó en 1920. Comprende un área de 22 mil hectáreas de tierras.

Características

Posee una portada de estilo medieval, jardines, paseos, los interiores de la propiedad conforman un conjunto de parques y vergeles diseñados con una mezcla de estilos, en los que predomina la influencia de la cultura japonesa. En los espacios abiertos predominan elementos decorativos y escultóricos, sobresalen las figuras esculpidas en mármol de Carrara, bronce y otros materiales, la mayoría de ellos adquiridos en el extranjero.

Construcción

Este parque conocido como Parque La Güira, fue precisamente la obra de mayor trascendencia. Su ejecución inició en 1906 y duró hasta 1920. La majestuosa portada, hecha con piedras de los alrededores, fue diseñada para que encajara armónicamente con aquel sitio montañoso. El entorno del batey lucía espaciosos jardines con hileras de farolas de bronce que llegaban hasta la casa principal, también construidas con piedras y materiales de la zona en 1920.

En la fecha señalada edificó la casa china y años después la japonesa, que se convirtieron en exponentes de la cultura asiática, atesorando una importante colección de objetos, que hoy, parte de ellos, se protegen en los museos.

Travesía retrospectiva

Muchos coinciden en que el Parque Nacional La Güira semeja un paraíso en medio de las húmedas montañas, fruto de esa naturaleza virgen que le rodea y de la imaginación de su primer propietario, el entonces joven senador de la república José Manuel Cortina, quien ocupó cargos gubernamentales en distintas administraciones de la llamada “neocolonia”, en las décadas del siglo XX. Se dice que Cortina era un hombre excesivamente culto y con un gusto muy refinado, quizás por ello la mayor atracción de la propiedad eran las originales edificaciones y jardines exteriores destinados al esparcimiento de su dueño y las amistades más allegadas, donde confluían artísticas esculturas y relevantes diseños arquitectónicos en armonía con el paisaje natural. Tales creaciones han llegado hasta nuestros días, con excepción de la casa principal, devastada hace décadas por un incendio y de la que únicamente se conservan las ruinas.

Cuando en 1959 la hacienda pasó a ser propiedad del Estado cubano, se creó allí un sitio de recreo y esparcimiento destinado a personas de cualquier edad, condición social o nacionalidad. Desde entonces se le conoció como Parque La Güira.

Atractivos del parque

Un elegante portón medieval da la bienvenida a los viajeros en La Güira. Sobre el arco de medio punto que sirve de entrada, se alzan increíblemente dos majestuosas torres con muros aledaños que se extienden a ambos lados, delimitando el perímetro de la hacienda. Se dice que para su construcción se utilizaron piedras de la zona, que fueron dispuestas con cuidado y donaire. El camino que conduce hacia las ruinas de la antigua casona es estrecho, pero dotado de una beldad ilimitada. Ante los ojos del visitante se extiende un césped verde, cuidadosamente podado, y no tan lejos asciende la majestuosidad de las montañas. Sólo bastan unos minutos de caminata para comenzar a descubrir las tan anunciadas bellezas.

De pronto, la ruta se trueca en un conjunto de jardines, glorietas, fuentes y pequeñas rotondas con bancos para el descanso y esculturas talladas en mármol de Carrara o bronce, que unidas al conjunto de blancas luminarias, recuerdan el estilo del parisino Palacio de Versalles. Por eso también algunos le apodaron Parque Francés.

  • El visitante puede deleitarse con estatuas dedicadas a seres mitológicos como Narciso, Afrodita, ninfas griegas o personajes egipcios que decoran los alrededores de lo que fue la residencia principal
  • Representación escultórica de animales en plenas batallas épicas como el león y la serpiente
  • Originales lámparas sostenidas por efigies de primates y verdes anfibios por cuyas bocas brota el agua que alimenta y da vida a las fuentes.
  • La travesía del río San Diego por la hacienda hizo posible que antaño Cortina ordenase la disposición de un atractivo lago artificial, propicio para practicar la pesca y realizar paseos en bote.

Exotismo inigualable

Recorrer los senderos del Parque La Güira es una invitación a conocer los secretos de la inigualable naturaleza. Se dice que estos delgados caminos pavimentados cubren una distancia próxima a los cinco kilómetros, rodeados de frondosos árboles propios de los bosques semideciduos. Se observan, además, los típicos pinares en torno al río, que tipifican a la provincia más occidental de la Isla. Tampoco faltan los palmares, que otorgan a la región un férreo sello de cubanía.

Junto al buen clima de la zona, las aves armonizan sus trinos cualquier caminata. Pueden divisarse, entre otros, ejemplares como la preciosa cartacuba, los libertinos tomeguines de la tierra y del pinar, el cubanísimo tocororo y el ligero ruiseñor, que prefiere deleitar a todos con su cántico sin que lo descubran.

Servicios para el disfrute

En el Parque Nacional La Güira, el visitante puede encontrar servicios gastronómicos de calidad. El restaurante La Güira es considerado el más importante del parque, con techo a dos aguas, cristales de colores en lugar de paredes y un refinado decorado, que se visualiza desde la misma entrada, donde una fuente con una estatua de bronce en el centro da la bienvenida a los comensales. Al lado del restaurante se encuentra el mirador, desde cuya cúpula y terraza la vista alcanza gran parte del parque. Mientras tanto, en el rústico ranchón Las Maracas se pueden degustar platos elaborados al carbón, principalmente de la típica carne de cerdo. En ese sitio, conjuntos de música cubana amenizan almuerzos o cenas, haciendo más agradable la estancia de los visitantes. El parque también cuenta con ofertas de comida ligera en sus cafeterías.

Tenaz testigo del tiempo

Entre el abrigo rocoso y las extensas montañas de la Sierra de los Órganos, en las más occidental de las provincias cubanas, despierta cada mañana el parque La Güira como un tenaz testigo del tiempo. El parque la Güira y a pesar del desgaste de los años, sigue siendo un lugar que conserva sus encantos, es por ello que atrae no sólo a historiadores sino también personas de todas partes del mundo.

La Güira, idílico ensueño

La geografía cubana agradece la presencia de un sitio como La Güira en su ambiente natural. Se trata de un lugar idóneo para visitar en familia, en pareja o en grupos de amigos. Siempre quedará guardado en la memoria como un recuerdo gratificante que valdrá la pena revivir, más temprano que tarde.

Fuente