Pascual Albero Murillo

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NombrePascual Albero Burillo

Pascual Albero Murillo (Alcaine, T., 8-X-1906 – Zaragoza, 27-III-1999) Tenor lírico.

Datos biográficos

(Alcaine, T., 8-X-1906 – Zaragoza, 27-III-1999) Tenor lírico. A los catorce años se trasladó con su familia a Zaragoza, donde alternó los estudios de comercio con el trabajo en una oficina. Animado por los éxitos de su hermana Pilar, popular jotera, y por su padre, buen aficionado a la música, comenzó a cantar la jota, aunque poco tiempo después y aconsejado por sus amigos ingresó en el Orfeón Zaragozano; con éste y como solista, en 1929 viajó a la Exposición Internacional de Sevilla; posteriormente y con esta misma asociación grabó un disco de jotas.

A los veintidós años decidió marchar a Barcelona para ampliar sus conocimientos musicales y perfeccionar su técnica de canto. Dos años después, por méritos propios, tendría la oportunidad de debutar en el teatro Victoria de esta misma ciudad, cantando Marina, con la que obtuvo el mayor éxito. A partir de este triunfo y posteriores representaciones, su popularidad lo convierte en unos de los tenores más solicitados del momento, cuando había tantas excelentes voces y la zarzuela era uno de los espectáculos teatrales más apreciados en nuestro país. En 1934 conoció al también aragonés maestro Pablo Luna, que lo presentó en Madrid cantando La alegría de la huerta, con tal aceptación, que tuvo que representarla más de cincuenta veces. Seguir la trayectoria artística de Pascual Albero durante esos años supondría citar una gran parte de nuestras ciudades y teatros y las obras más representativas del repertorio lírico español. Alternó o compartió funciones con cantantes tan conocidas como María Espinal, Carmen Tomás, Cora Raga, Enriqueta Serrano o las aragonesas Pilar Andrés o Maruja Vallojera, y con colegas como Hipólito Lázaro, Marcos Redondo, Emilio Vendrell, Eduardo Brito, Plácido Domingo, padre, etc.

Fijó su residencia en la Ciudad Condal en la que desarrolló la mayor parte de su actividad profesional. Fue especialmente popular y conocido como el tenor de la radio por sus intervenciones en la emisora Unión Radio, de Barcelona. Allí contrajo matrimonio con Elena Esbec, con la que tendría dos hijos. Desgraciadamente también en esta misma localidad, lo mismo que los demás españoles en el resto del país, sufriría las consecuencias de la insurrección militar en julio de 1936.

A pesar de tan dramáticos tiempos, integrado en una de las Agrupaciones Sindicales organizadas para mantener, dentro de lo posible, las actividades teatrales en Cataluña, participó en diversas funciones líricas o en conciertos. También intervino en el rodaje de dos películas, ambas basadas en obras de Pablo Luna, Hogueras en la noche (1936) y Molinos de viento (1937). Apenas terminada la guerra civil, en mayo de 1939 actúa en Palma de Mallorca y dos semanas más tarde en Gerona.

Finalizado el período bélico y cuando se intenta normalizar la vida teatral, aunque con las limitaciones propias del momento, Pascual Albero prosigue con sus actuaciones formando parte del elenco de algunas de las compañías de zarzuela que hacen lo posible por mantener vivo en nuestro país el teatro lírico y, sobre todo, sobrevivir económicamente con su trabajo.

En Zaragoza, en el teatro Argensola, junto a Corita López y otros artistas locales, participó en la representación de Marina el 2 de febrero de 1940. También sabemos que cantó, por lo menos, en 1942 y 1944.

No obstante, la dilatada y precaria situación económica de la postguerra y las necesidades familiares le obligaron a tomar la decisión de retornar a esta ciudad, donde consiguió un empleo apropiado a sus conocimientos contables con el que pudo enfrentarse con alguna seguridad a una nueva etapa de su vida. Pero no abandonó su pasión por la lírica.

A partir de 1946, su nombre figura con cierta frecuencia en las carteleras zaragozanas cada vez que se representa zarzuela en esta ciudad. Gran parte de las compañías líricas de paso por ella solicitaron su colaboración. O cuando la iniciativa partía de entidades locales, como en el homenaje que ese mismo año se le rinde al empresario del teatro Principal, Pedro Blasco, con la representación de Doña Francisquita, en que tuvo como pareja a la tiple aragonesa Gloria Montón. Y en 1947, cuando se estrenó La primera medalla, música y letra de José María Gerona; la función fue organizada por la Agrupación Artística y en ella repitió la misma cantante. En los siguientes años todavía tendría ocasión de participar en otras representaciones, actividad que compartió con numerosos conciertos, cantando arias y romanzas, tanto de zarzuela como de ópera. Aunque no tuvo ocasión de interpretar el género operístico, conocía varias de estas obras, como La favorita, Rigoletto, Tosca, I pagliacci, Cavalleria rusticana, etc.

En cuanto al amado canto de su tierra, también en su momento seleccionó y preparó un cuidado repertorio de jotas, en parte grabadas en discos, en las que son evidentes la sinceridad por cuanto dice y la armonía de su voz.

Cualidades que se transmitieron a su hijo Rodolfo, ya retirado, y a un nieto, con este mismo nombre, quien ha tomado el relevo de la saga familiar y sigue los pasos de su admirado abuelo Pascual Albero.

Como grato homenaje de su patria chica que aún pudo disfrutar personalmente, tiene dedicada la plaza mayor de Alcaine, su pueblo natal; una calle en Belchite, villa con la que tuvo estrecha relación y, en Zaragoza, también se puso su nombre a otra calle en las cercanías del Parque Bruil.

Fuentes