Pedrola villa de Zaragoza

Pedrola
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Villa de España
Bandera de Pedrola
Bandera

Escudo de Pedrola
Escudo

EntidadVilla
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaBandera de la Provincia de Zaragoza.png Zaragoza
 • ComarcaDepresión del Ebro
Población (1998) 
 • Total2,574 hab.
Palacio de villahermosa.Pedrola.jpg
Foto del palacio

PedrolaVilla de la Prov. de Zaragoza, a 33 km. de la capital. Situada en la depresión del Ebro , sobre depósitos cuaternarios, junto al Canal Imperial de Aragón.

Clima

Temperatura media anual, 14,30. Precipitación anual, 360 mm.

Población

Comprende las entidades de población de El Cabezo, Casas del Canal y La Estación

  • 1998:2.574 hab.
  • 1978:2.208 hab.
  • 1950:2.651 hab.
  • 1900:2.284 hab.

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Enciclopedia

Hay historiadores que relacionan a Pedrola con la Petusiae de la que habló Marcial . Petuisa fue el nombre de la villa en tiempos. Su origen es romano, por tanto, compuesta del prefijo petra y el sufijo ola. La nobleza aragonesa encontró allí especial arraigo, ya que se sucedieron los señoríos hereditarios, desde los Luna a los Villahermosa . Desaparecidos los señoríos, continúa la vinculación afectiva con la casa de Villahermosa.

Arte

Arquitectura

Pedrola conserva monumentos de singular valor, recuerdo de un pasado esplendoroso. Su iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles o de la Asunción y el Palacio ducal de Villahermosa fueron declarados conjunto histórico-artístico por decreto en enero de 1976. -Iglesia parroquial: Es el resultado de dos ampliaciones realizadas en los siglos XVI y XVII a un edificio más antiguo del que sobrevive su cabecera absidal, aprovechada como capilla en la nueva fábrica y localizadas a los pies en el lado izquierdo de la nave. En tiempo de don Alfonso Felipe de Gurrea y Aragón 1492-1550 se inició la ampliación del templo cuyas obras se terminaron con su hijo y sucesor, don Martín de Gurrea y Aragón 1550-1581, cuarto duque de Villahermosa, a quien se debe, además, la construcción de la casa-palacio de Pedrola. Se modificó entonces la orientación de la planta del templo, con la edificación de una iglesia de amplia nave única, provista de capillas (en número de seis, tres a cada lado) entre los contrafuertes y cabecera poligonal, en sentido perpendicular al de la iglesia precedente. Como cubierta de nave y capillas se utilizó la bóveda estrellada con claves en yeso de escaso relieve, y como iluminación, ventanas de arco de medio punto localizadas en el claristorio. Doña Luisa de Borja y Aragón 1550-1560, «la Santa Duquesa», primera mujer de don Martín, para acceder más fácilmente al culto desde su vivienda, se hizo edificar un pasaje que, arrancando de lo alto de la parte antigua del palacio actual extremo occidental del edificio la condujera, a través de la parte superior de las casas situadas entre el palacio y la iglesia, hasta una tribuna abierta a tal efecto en el interior de ésta. La tribuna, alojada sobre la tercera capilla del lado izquierdo, se abre a la nave mediante cinco ventanas de perfil lobulado y a la propia capilla mediante un vano enrejado abierto en el muro izquierdo de ésta. Constituía la llamada «tribuna baja» y servía para venerar la imagen que se encontraba en dicha capilla sin ser visto desde la nave. La tribuna alta tiene fachada completa al crucero, hecha en madera.

La segunda y última ampliación del templo se realizó por encargo de los duques de Villahermosa don Juan Pablo de Aragón Azlor 1761-1790 y de su esposa doña María Manuela de Pignatelli y Gonzaga. Fue su arquitecto don Juan de Villanueva 1731-1811, amigo personal de los duques. La obra consistió en la adición de un crucero y cabecera recta en el sentido de la nave, más las dependencias auxiliares correspondientes. Los cuatro arcos torales proyectados por Villanueva soportan una bóveda de casquete esférico de poca flecha. Los brazos del crucero se hallan cubiertos con bóvedas de medio cañón con lunetos que cobijan óculos ciegos desde su construcción. El presbiterio es muy poco profundo y recibe el mismo tratamiento que los extremos del crucero. Desde la capilla mayor, por una puerta practicada en el muro del lado izquierdo, se accede a la sacristía. Es de planta cuadrada que pasa a ser circular en el techo mediante cuatro pechinas que limitan arcos carpaneles en cuyos tímpanos se abren óculos elípticos.

La portada principal, dispuesta en el muro de los pies, obedecía a un estilo severo dentro del barroco seiscientista, hecha a ladrillo, con empleo de pilastras toscanas sustentadoras de un entablamento moldurado coronado por un frontón curvo y partido, rematado en sus extremos y parte media por pináculos terminados en bolas de piedra. La única torre-campanario, se localiza a los pies del edificio en su lado derecho. Merced a una antigua servidumbre de paso se construyó sobre un arco de medio punto, aprovechándose para su apoyo, el muro de los pies de la primitiva iglesia medieval. En alzado presenta dos cuerpos, en ladrillo, de planta cuadrada, de análoga composición y cronología (siglo XVII). El remate original pudo ser un chapitel cónico, de ladrillo, al que hubo que sustituir a raíz de una chispa que vino a caer sobre la torre al empezar el siglo XIX, con un tercer cuerpo de forja.

Numerosos son aún los retablos que adornan sus altares. En el lado izquierdo de la nave comenzando por la segunda capilla, se halla el retablo de San Pedro Alcántara, en estilo barroco. El lienzo titular es de carácter tenebrista. En la siguiente capilla se guardan los restos de un retablo seiscientista que se encontraba en la primera capilla del lado izquierdo de la nave y que se desmontó en las obras de restauración. Lo constituyen un banco de tablas pintadas, un cuerpo de tres calles destinadas a contener imágenes y un remate en el que se acomodó un lienzo más antiguo, de gran calidad, que se custodia en la casa parroquial, coronado por el escudo de la familia Urquía, fundadora de la capilla en 1681. En el lado izquierdo del crucero se encuentra el retablo dedicado al Triunfo del Corazón de Jesús, cuya arquitectura diseñó Villanueva, y cuyo lienzo firmó Francisco Bayeu en 1788. En el altar mayor de nuevo colaboraron los mismos artífices, en un retablo de mayor tamaño, dedicado a la Asunción de María, que Bayeu terminó en 1789. En el lado derecho del crucero, una traza similar de retablo enmarca un lienzo de José Beratón 1747-1796, dedicado a la Muerte de San José, que se terminó en 1787. En el muro occidental del mismo crucero se alza el monumento funerario de doña Luisa de Borja y Aragón, duquesa de Villahermosa, mandado edificar por doña Carmen Aragón-Azlor e Idiáquez 1888-1917, en el año 1905. En piedra caliza y estilo neo-plateresco, se debe al escultor Aniceto Marinas 1866-1953. En la primera capilla del lado derecho de la nave se encuentra el retablo de la Virgen del Rosario, erigido por encargo de don José Pérez de Villalba, en el primer tercio del siglo XVIII. Retablo de escultura, de buena factura, en madera policromada. A continuación se sitúa el retablo de Santo Domingo de Guzmán, en estilo protobarroco, terminado en 1636. Pintura de gran calidad dentro de un tenebrismo-naturalista que la aproxima a Francisco de Zurbarán, por el veraz tratamiento de los objetos. En la sacristía y anexos se guardan objetos de interés, además del archivo parroquial. Así, un lienzo con San Ramón Nonato, escuela aragonesa de finales del XVII, de considerable tamaño, que procede de la tercera capilla del lado izquierdo de la nave.

A los siglos XVII-XVIII y XIX pertenece la mayor parte de las piezas de orfebrería, como un hostiero de plata mejicana de comienzos del XVII, un portapaz, del taller de D. Estrada de Zaragoza, de 1758, o un cáliz dieciochesco del platero zaragozano Peral. En una casa contigua a la iglesia parroquial se custodia una serie de objetos sagrados, procedentes de ésta, mientras se restaura el templo. Entre las esculturas, cabe destacar, una Virgen Dolorosa y un San Juan Evangelista, que flanqueaban el Crucifijo traído de Flandes por el conde don Alonso Felipe de Gurrea y Aragón, a comienzos del siglo XVI. Constituían un conjunto que se localizaba en la capilla llamada del Santo Cristo, situada en el tercer lugar en el lado izquierdo de la nave en la parroquial. La fecha de las mismas puede fijarse en el último tercio del XVI, en un estilo romanista de tradiciones navarro-aragonesas. Del mismo estilo y fecha es una Virgen con el Niño, que con el título de Virgen de los Ángeles se veneraba en la primera capilla del lateral izquierdo de la nave. Al siglo XVIII pertenecen dos imágenes, una Virgen con el Niño, repintada en época actual, que se encontraba en la capilla de los Urquía, en la iglesia, y un San Roque peregrino, titular de un retablo situado en la capilla de la Virgen del Rosario, en el lado derecho de la nave. Del antiguo retablo mayor de la parroquia procede una pintura al óleo sobre tabla del pintor Jerónimo Vicente Vallejo Cosida , fechada por C. Morte García entre 1549 y 1552. A este retablo pertenecen además, dos tallas y dos tablas que se encuentran en la ermita de San Sebastián de Pedrola. El tema de la pintura es el de la Resurrección de Cristo, y por su factura «pertenece al mejor estilo de Cosida, próximo al de su retablo de San Juan Bautista en su capilla de la catedral de Tarazona» (C. Morte).

En la casa parroquial se encuentran, procedentes de la misma iglesia, obras valiosas. Así, la llamada Virgen de la Corona, que presidió hasta el siglo XVIII el altar mayor y que por su cronología corresponde a los últimos momentos del gótico en Aragón. Es obra delicada de factura, de tradición germánica, hecha en madera, por un gran escultor, quizá el propio maestro Hans , o alguno de los que colaboraron con él en la talla del retablo mayor de la Seo. Además, un lienzo con la Adoración de los pastores al óleo, obra de estilo manierista realizada por Pablo Esquert, pintor de origen flamenco que vino a España en el séquito de don Martín de Gurrea y Aragón en 1559, estableciéndose en Zaragoza, en donde permaneció hasta la fecha de su muerte, en 1579. Y otra pintura, de las mismas características, con el tema del Matrimonio místico de Santa Catalina, llamada también Virgen de la Rosa, que ocupó en tiempos el remate en el retablo de los Urquía de su capilla en la parroquial. Lienzo de extraordinario interés, perteneciente a la escuela madrileña de mediados del siglo XVII, no lejos del estilo del pintor burgalés Mateo Cerezo .

-Palacio ducal de Villahermosa: Cuidadosamente restaurado por Romero Aguirre, a petición de la duquesa doña Pilar Azlor de Aragón, es un magnífico ejemplo de arquitectura-civil y uno de los más suntuosos palacios que cabe admirar hoy en Aragón. Su construcción se debe, en la parte más antigua, a don Martín de Gurrea y Aragón, aun cuando el proyecto de edificación pudo haberse planteado con su antecesor, don Alonso Felipe , según escribiera el P. Muniesa. Edificio de dos plantas, hecho en ladrillo, al que las sucesivas remodelaciones barrocas y neoclásicas no han alterado en lo sustancial el carácter renacentista que se desprende de su fachada y de su patio interior cuadrado, con porche adintelado de columnas dóricas en piedra, a través del cual se accede a la monumental escalera de honor que conduce a la planta noble del palacio. Y el aire italianizante se acentúa por el gran jardín que encierran sus muros, enriquecido con fuentes y esculturas.

En el interior, las enormes estancias y corredores custodian un extraordinario museo de obras de arte de diferentes estilos y cronología, indiscutible demostración del mecenazgo y afán cultural de sus habitantes. Así, cabe recordar un monumental Calvario pintado al temple, sobre tabla, que procede de Alcalá de Ebro , de un maestro napolitano giottesco, hacia 1340-1350. Además una Virgen con el Niño, en altorrelieve, mármol florentino cuatrocentista, traída por don Alonso Felipe en uno de sus viajes y, de la misma procedencia, el gran Crucificado en madera policromada, de taller flamenco, objeto de singular devoción de la «Santa Duquesa», que representa estilísticamente la transición del gótico al renacimiento. Notable interés ofrece la galería de retratos de las Casas de Luna y Villahermosa, realizada por encargo del duque don Martín de Gurrea por el pintor flamenco Roland de Mois (+ 1592), que vino a Zaragoza en 1559 en el séquito del duque de Villahermosa como pintor privado suyo. Son obras al óleo sobre lienzo, de gran valor iconográfico, de las que en el siglo XIX, Carderera realizaría copias, a menor escala, sobre cobre, que se guardan en el mismo palacio de Pedrola. Junto con otros cuadros de artistas tan afamados como Antolínez, Juan B. Tiépolo, Goya (en especial su retrato de Ramón Pignatelli , en la biblioteca del palacio), Francisco Bayeu , Sorolla... Más muebles de estilo, porcelanas de Sèvres, tapices de Gobelinos, artesonados renacentistas... -Ermita de San Sebastián: Emplazada dentro de la villa, en la calle del doctor Rocasolano, antes del campo, a la que se accede desde el centro urbano por el arco de La Portalada. Tuvo cementerio anejo, hoy desaparecido. Conocida documentalmente desde 1560, fue luego reformada numerosas veces hasta el momento actual, en que ofrece una planta rectangular, de una nave, con testero recto abovedada con cañón con lunetos y tajones. El coro se localiza a los pies de la nave en alta, con barandilla de madera y se llega a él por una escalera situada en el lado derecho. El ingreso se realiza por los pies del edificio a través de un arco de medio punto; culmina la fachada con un frontón triangular que recibe en su centro una pequeña espadaña. De los numerosos objetos piadosos que la adornan, destacan notablemente las tablas con San Luis de Toulouse y San Esteban protomártir, y las tallas de San Juan Bautista y Santiago el Mayor peregrino, que formaron parte del antiguo retablo mayor de la iglesia parroquial de Pedrola encargado a Jerónimo Vicente Vallejo Cosida por el conde de Ribagorza y señor de Pedrola, don Alonso Felipe de Gurrea y Aragón que fue desmantelado en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se llevó a cabo la segunda ampliación del templo según el proyecto de Juan de Villanueva. Junto a estas cuatro obras renacentistas hay que recordar un lienzo barroco con el tema de Salomé con la cabeza del Bautista, en estilo caravaggistaflamenco, del segundo tercio del siglo XVII.

-Ermita de Nuestra Señora del Pilar del Monte: Levantada a mediados del siglo XVIII (documentada desde 1752), fue derruida en la guerra de la Independencia para reconstruirse en 1819. Su construcción se debe al mecenazgo de don José Claudio de Aragón y de Gurrea, decimoséptimo señor de Pedrosa y décimo duque de Villahermosa. Presenta en planta una sola nave que se cubre con bóveda de cañón con lunetos subdividida en tramos por arcos perpiaños. En el arranque de la bóveda hay una cornisa sobre la que apoyan águilas en estuco y escudos heráldicos del mismo material, con las armas del fundador de la ermita. La cabecera es de testero recto y a la altura del tercer tramo de la nave, haciendo el papel de crucero, se abren sendas capillas iguales, de planta rectangular, abovedadas con cañón y lunetos. Adosadas a los pies de la iglesia todavía se mantienen en pie dos construcciones que fueron en su origen vivienda del ermitaño y dependencias auxiliares, con acceso desde el exterior del edificio. A través de la que ocupa el lateral derecho de la nave se puede acceder al coro, situado en alto a los pies de la ermita. La bóveda de la capilla mayor —de cañón con lunetos— y su testero se encuentran decorados con pinturas al fresco en estilo rococó, datables entre los años 1750 y 1760. Son pinturas realizadas con viva policromía de gran valor decorativo.

Fuente