Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-08-03

Las aspiraciones de Hillary sobre Cuba

ALAINET. 29 de julio del 2016. Ecuador

Por Néstor García Iturbe'*

Ya Hillary pronuncio su discurso de aceptación.

Muchos medios de prensa no hablan de los abucheos a los oradores de la cúpula del partido demócrata, los delegados de Sanders protestando por las trampas que había realizado el equipo de Hillary para escamotearle la victoria al que proponía toda una serie de medidas de beneficio para los más desposeídos, la represión policial contra los que protestaban por la nominación, el arresto a una periodista de TeleSur por estar filmando las protestas, el escándalo de los e-mail y sus consecuencias para la llamada Seguridad Nacional de Estados Unidos, las opiniones de toda una serie de representantes de grupos de izquierda estadounidense que consideran a Hillary un representante de la clase dominante y su más fiel aliado.

Muchas de las noticias, terminaban resaltando lo dañino y peligroso que pudiera resultar Trump, copiando el objetivo de los demócratas de desviar la atención de los problemas de Hillary hablando de los de Trump. Muchos cayeron en la trampa.

En ese momento la noticia era difundir lo que sucedía en la Convención Demócrata, no las campañas contra Trump.

Cómo formando parte del espectáculo está la aprobación de la Plataforma Política, el 21 de julio se conoció esta. La plataforma `pudiera considerarse la guía programática por la que el partido y en especial el presidente, si es electo, llevará a cabo su labor. La misma incluye distintos aspectos, tanto relacionados con la situación interna de Estados Unidos, como de su política exterior.

Cómo es de esperar, dentro de la plataforma se dedica un espacio a lo que será la política de Hillary en relación con Cuba, claro está, si sale presidente. La plataforma establece:

“En Cuba, continuaremos lo iniciado por Obama con su histórica apertura y terminaremos las restricciones de viaje y el embargo (bloqueo). También estaremos al lado del pueblo cubano apoyando su habilidad para decidir su propio futuro y disfrutar de los mismos derechos humanos y libertades de las que disfrutan las personas en cualquier lugar.

“En Venezuela forzaremos al gobierno a respetar los derechos humanos y responder al criterio de su gente.” Agregué lo de Venezuela por estar en el mismo párrafo de la plataforma, lo cual considero esta hecho a propósito.

(In Cuba, we will build on President Obama’s historic opening and end the travel ban and embargo. We will also stand by the Cuban people and support their ability to decide their own future and to enjoy the same human rights and freedoms that people everywhere deserve. In Venezuela, we will push the government to respect human rights and respond to the will of its people.)

Entonces, de acuerdo con la `plataforma, si Hillary es elegida, continuarán las acciones de subversión política contra la Revolución, mantendrán el financiamiento y dirección de los grupúsculos, seguiremos teniendo Radio y Televisión Martí, continuarán tratando de dar más poder económico a lo que ellos consideran la Sociedad Civil y el sector privado. Seguirán acusándonos de violar los derechos humanos y de que en nuestro país no existen libertades como las que existen en cualquier lugar del mundo (sobre todo si son países serviles a Estados Unidos).

Dicen que terminarán con las restricciones de viajes a Cuba y con el bloqueo. El mismo canto de sirena que nos ofreció Obama cuando se inició el proceso de restablecimiento de relaciones y que no se ha materializado, seguimos con el bloqueo y con las restricciones de viaje.

De devolución del territorio ocupado por la Base Naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo ni hablan, parece que eso estará en el plan de los próximos aspirantes.

En fin, no encuentro nada nuevo en la Plataforma, más de lo mismo y continuar con los planes de Obama de destruir la Revolución Cubana, utilizando otros métodos, después de reconocer que los que utilizaron distintas administraciones, demócratas y republicanas, durante cincuenta años, habían fracasado.

El enfoque de lo que está sucediendo en Estados Unidos en relación con las elecciones, debe ser de la forma más objetiva y amplia posible, sin tratar de crear una opinión desfavorable hacia alguno de los candidatos, sobre los que politólogos estadounidenses han dicho resultan los perores candidatos que han aspirado a la presidencia desde que se fundaron los Estados Unidos.

Los cubanos no votamos en estas elecciones. Serán los estadounidenses, utilizando un sistema electoral caótico, cuyos resultados están muy lejos de reflejar la verdadera voluntad del pueblo y menos sus intereses, a los que se les presentará un resultado, siempre el que más convenga a las grande corporaciones y al 1% que acumula la mayor riqueza del país.

En ocasiones algunos hablan de estas elecciones, como si fueran verdaderamente libres, limpias, sin fraudes y escándalos que se ponen de manifiesto desde las primarias. Como si aquel fuera un sistema electoral que verdaderamente pudiera calificarse como propio de una democracia representativa.

El análisis político debe primar sobre el criterio personal, o el apuro al copiar un cable de una agencia estadounidense, para nosotros sacar una noticia.

  • Profesor y estudioso cubano. Editor del boletín electrónico El Heraldo

¿Guerra civil en Estados Unidos?

Aporrea. 1 de agosto del 2016. Venezuela.

Por Rubén Alexis Hernández*

La represión policial-militar a las masas en Estados Unidos es cada día más brutal, y como consecuencia no se han hecho esperar las reacciones violentas enmarcadas en la resistencia lógica al poder. En este contexto ya son numerosos los agentes de la fuerza pública heridos y asesinados por exmilitares negros, cuyos hermanos de raza han sido duramente agredidos y humillados por policías blancos durante los últimos años en el país del norte (con decenas de asesinatos extrajudiciales), irónicamente gobernado por un presidente “negro”.

Por esto hay quienes hacen referencia a un conflicto racial en pleno desarrollo, en parte azuzado por el mismo Obama (no con la finalidad de defender a sus hermanos de color precisamente) y ciertos intereses políticos.

En verdad centenares de miles de ciudadanos negros han estado en la vanguardia de buena parte de las múltiples protestas que desde hace años se llevan a cabo en distintas zonas de Estados Unidos, pero no por una cuestión de venganza racial o algo por el estilo, sino por el hecho de que la situación económica, social y jurídica en el país del norte, ha distado de ser óptima para millones y millones de pobres, entre quienes los negros representan un elevado porcentaje.

De acuerdo a lo que se expone en las últimas líneas del párrafo anterior, se descarta un conflicto racial en Estados Unidos, toda vez que muchos negros se identifican plenamente con el Statu Quo capitalista-excluyente, empezando por Barack Obama. Pero lo que no se descarta es una guerra civil, considerando que no sólo hay grupos de negros furiosos con el creciente totalitarismo ejercido por el Estado estadounidense; millones de habitantes de la nación norteña parecen estar muy molestos con las restricciones evidentes en el ejercicio de los derechos civiles y la incapacidad cada vez mayor del Gobierno de Estados Unidos para reducir la pobreza, el desempleo y en general ofrecer una mayor calidad de vida al ciudadano común.

En medio de la crisis capitalista que afecta al planeta entero, y de la que no escapa el águila imperial, el federalismo y sus bondades político-administrativas ya no sirven para apaciguar el ánimo hiperalterado de millones de estadounidenses, e incluso hay numerosas milicias urbanas y rurales dispuestas a combatir al Gobierno central, algunas de ellas con claras ideas separatistas.

El Estado estadounidense ha utilizado como excusa para controlar a las masas en los últimos años, la supuesta guerra contra el terrorismo y las convenientemente fabricadas amenazas internas y externas de grupos como el ISIS. En nombre de la guerra contra el terrorismo, el ciudadano estadounidense ha sido aterrorizado y sometido a todo tipo de control y vigilancia, incluida la electrónica; larga coyuntura interior-exterior que también ha servido para desviar un poco la atención respecto a la crisis económica, y no aplicar las medidas necesarias, al menos desde la óptica de las necesidades de los pobres.

Ha llegado el momento en que la nación estadounidense, autocalificada históricamente como el más democrático de los Estados a nivel global, y defensor a muerte de las libertades civiles, agrede y somete sin contemplación a buena parte de su pueblo, descontenta por la difícil situación económica y por el creciente autoritarismo enmascarado en la seudodemocracia burguesa.

La fachada perfecta ha sido la guerra contra el terrorismo, y la supuesta necesidad de que la ciudadanía sacrifique algunos de sus derechos en nombre de la democracia y la libertad. Y también ha llegado el momento de la gran reacción de resistencia por parte de millones de estadounidenses, o al menos es la tendencia de acuerdo a lo que se ha observado en el actual conflicto racial.

En este sentido cabe preguntarse, ¿hay una guerra civil en Estados Unidos, o estamos a las puertas de un enfrentamiento de tal magnitud?, ¿acabaría esta guerra civil con el Imperio estadounidense, teniendo en cuenta la aparente debilidad interna y externa del país norteamericano?, ¿se impondrán, como pocas veces sucedió en la historia estadounidense, las necesidades de la mayoría a los intereses perversos y egoístas de las élites, próximamente con Hillary Clinton o Donald Trump al mando político?

  • Historiador e investigador residente en México

El pulso energético EEUU-Rusia en Europa

Tercera Información. 29 de julio del 2016. España

Por Germán Gorraiz Lopéz*

La producción de petróleo de forma convencional en EEUU alcanzó su máximo nivel en 1970 y después comenzó a declinar, teniendo que importar en el 2005 casi el doble del total de crudo producido en dicho país hasta la aparición de la revolucionaria y controvertida técnica del fracking, hija del ingeniero George Mitchell y que consiste en la extracción de gas natural no convencional mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos) para la extracción de gas de esquisto (shale gas) y de petróleo ligero (shale oil), técnica en la que EEUU sería pionero en su aplicación, descollando Texas, Oklahoma, Dakota del Norte, California, Colorado y Montana.

Según datos publicados por la Administración de Información de Energía de EEUU (AIE), dicho país se habría convertido ya en el principal exportador mundial de combustibles refinados (gasolina y diésel), pudiendo convertirse en el horizonte del 2017 en exportador neto de GNL tras alcanzar una producción de crudo equivalente a 8,9 millones bpd provenientes de los campos tradicionales y de las nuevas explotaciones de petróleo en roca porosa (Dakota del Norte).

Teniendo en cuenta que el consumo doméstico de EEUU se movería en la horquilla de los 16 a los 20 millones de barriles diarios, seguirá siendo importador neto de crudo hasta el 2035, estimándose que en el 2020 el petróleo importado representará tan sólo el 26% de su mercado interno debido a la combinación de una alta producción interna y de un bajo consumo de crudo en el país tras asistir a su progresiva sustitución del petróleo por biocombustibles, gas natural licuado (GNL) y energías renovables, especialmente eólica, biomasa y fotovoltaica.

El fracking y la ruso dependencia europea

El proyecto del gasoducto conocido como Nabucco West ,(proyectado por EEUU para transportar el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría y así evitar el “chantaje energético” ruso), fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream y retirarse finalmente Azerbaiyán del proyecto en junio de 2013, siendo elegida la vía alternativa del gasoducto transadriático, (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia, Albania e Italia pero que sólo puede transportar un tercio del proyecto Nabucco, por lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de Rusia.

Asimismo, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream inaugurado en el 2011 y que conecta Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55 mil millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años. Dicha ruta se estima vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que ha sido declarado de “interés europeo” por el Parlamento Europeo y crucial para la geoestrategia energética rusa pues con dicha ruta se cerraría la pinza energética rusa al descartar a las Repúblicas Bálticas y Polonia como territorio de tránsito.

Por la parte rusa, en el 2007 se presentó el proyecto del gasoducto South Stream , conductora de 39 mil millones de dólares que recorrería Rusia, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia y que debía garantizar el suministro de gas ruso a la UE (evitando el paso por la pro-estadounidense Ucrania tras la crisis del gas del invierno del 2006 y los recortes de suministro producidos en incontables países de la UE (el 80% del total del gas que la UE importa de Rusia pasa por Ucrania y abastece en más de un 70% a naciones como los Países bálticos, Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría y República Checa), dormirá en el limbo de los sueños tras la negativa de Bulgaria a participar en dicho proyecto debido a las fuertes presiones de EEUU.

Así, el objetivo inequívoco de EEUU es sustituir la rusodependencia energética europea (30% del gas que importa la UE procede de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el mercado europeo con el GNL (gas natural frackeado en EEUU y transportado mediante buques gaseros) para hundir los precios del gas ruso así como impulsar la utilización de la técnica del fracking en todos los países de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking europeo” que se extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania europea, pasando por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria y que dependerá de la tecnología de empresas estadounidenses como Chevron o Shell.

La utilización del fracking en Europa estaría envuelto desde sus orígenes en la polémica por su posible impacto ecológico, al estar presuntamente relacionada su utilización con posteriores contaminaciones de acuíferos y actividad sísmica, del que sería paradigma la pequeña localidad de Assumption (Luisiana-EEUU), pero dada la ausencia de avales científicos definitivos y visto el déficit energético de la Unión Europea, la CE prepara ya una propuesta legal para regular su utilización.

Así, Bruselas pretende que las compañías que estén dispuestas a realizar este tipo de exploración del llamado shale gas tengan que cumplir con la directiva Reach en materia de agua y de productos químicos, pues existen países como Francia donde ya con Sarkozy prohibieron esta práctica a pesar de disponer de las mayores reservas de la zona europea; otros como República Checa, Dinamarca y Bulgaria donde estaría vigente una moratoria y finalmente Lituania, Polonia y Reino Unido que habrían ya iniciado los trabajos para investigar la posible aplicación del fracking en sus respectivos países, no siendo descartable que tras la presión energética ruso la mayoría de países de la UE sucumban al espejismo energético del fracking y terminen por utilizar dicha técnica en el horizonte del 2020 a pesar de las protestas de los grupos ecologistas anti-fracking.

Hacia un nuevo Chernobil

El gas argelino podría ser la alternativa a la rusodependencia energética europea y en la actualidad, Argelia exporta su gas a través de tres gasoductos: dos Argelia-España (uno de ellos pasando por Marruecos) que no están conectados a la red europea y un tercero Argelia-Túnez-Italia. Tras la crisis de Ucrania, los dirigentes de la UE habrían establecido como prioridad la necesidad de mejorar la conexión gasista con la Península Ibérica mediante un gasoducto que conecte a España con Francia a través de Cataluña (gasoducto Midcat) por el que España haría llegar a la red energética europea el gas de Argelia,(equivalente a la mitad del que llega desde Rusia a través de Ucrania), no siendo descartable la intensificación de las acciones armadas de los grupos yihadistas en Argelia teledirigidos por EEUU con el objetivo inequívoco de sabotear los citados gasoductos que abastecen a la Unión Europea.

Ello tendrá como efectos colaterales una psicosis de desabastecimiento y un aumento estratosférico de los precios, lo que aunado con la actual situación anémica del euro respecto al dólar, imposibilitará a los países periféricos europeos asumir el coste añadido y les obligará a la explotación de obsoletas minas de carbón, a la utilización de la controvertida técnica del fracking y a la reapertura de centrales nucleares cadavéricas (Garoña) para satisfacer una minimalista demanda energética tras el retorno a escenarios ya olvidados de economía autárquica y que tendrá como efectos colaterales un incremento desbocado de las emisiones de CO2 y la posible reedición de un nuevo Chernobyl.

  • Analista económico y geopolítico

Francia: el neoliberalismo y la lucha de clases

La Jornada. 29 de julio del 2016. México.

Por Maciek Wisniewski*

El neoliberalismo nació como un "proyecto de clase" (D. Harvey dixit). Un proyecto de clases altas que ante la caída de los niveles de ganancia desde las décadas de los 60 y 70 querían suprimir a los trabajadores y revertir esta tendencia desmantelando todo lo colectivo y social organizado.

Desde sus inicios fue una "guerra de clases desde arriba". Para tapar su verdadera naturaleza se ideó toda una campaña de simulaciones ideológicas. Los neoliberales, como los "nuevos conquistadores del mercado" de los que escribía alguna vez J. Berger –que son básicamente los mismos–, "invertían los signos y falseaban las direcciones para confundir a la gente" (Hold everything dear, 2008, p. 122).

"Las divisiones de clases y su lucha ya son cosas del pasado", decían; “las únicas divisiones que importan ahora son las ‘identitarias’”. Así –secundados intelectualmente por algunos post-marxistas– buscaban despolitizar lo público y dejar a los trabajadores confundidos y aferrados a las únicas identidades "disponibles": étnica, nacional y religiosa.

Una cosa bastante astuta en medio de una guerra de clases, ¿no?

En Francia, como en otros países, fue una narrativa que abrazó no solo la derecha –y de la que en la misma medida que de sus raíces protofascistas se nutre la xenofobia del Frente Nacional (FN)–, sino también los "socialistas" (PS) e incluso la izquierda "radical" (PG).

Lo mismo pasó con el trabajo. "El trabajo ya es cosa del pasado", decían los neoliberales –secundados intelectualmente por algunos post-marxistas– y "ya no importa tanto", cuando en realidad estaban obsesionados con él y con la idea de flexibilizar su "rígido marco legislativo" (“ factory legislation”, de la que hablaba Marx en El capital).

Una cosa bastante astuta en medio del despliegue de un brutal rollback hacia los trabajadores, ¿no?

Una vez consumado el golpe en Chile –un paradigmático caso de la "diseminación" del neoliberalismo mediante el shock–, Pinochet impuso a los trabajadores chilenos un represivo Código de Trabajo que –entre otros– daba prioridad a los acuerdos laborales y salariales por empresa sobre los tradicionales, por sectores.

Más de 40 años después en Francia, Hollande –en una maniobra digna de volverse otro paradigma neoliberal– acaba de hacer lo mismo. Los acuerdos por empresa y la nueva primacía del contrato particular por encima de la vieja ley general son puntos centrales de la ya aprobada (Libération, 21/7/16) "reforma" de Loi Travail (la ley El Khomri).

Sus críticos –con razón– hablan de "la inversión de la jerarquía de normas".

Hasta ahora eran los trabajadores los que –gracias a los acuerdos "paritarios" que establecían estándares mínimos en cada sector productivo– tenían una ligera ventaja en la relación laboral.

La "reforma" del gobierno "socialista" cambia este balance a favor de los empresarios. Siguiendo la vieja ideología neoliberal de que “la causa de los problemas en la economía (‘falta de competitividad’, desempleo) es la ‘sobreprotección’ de los trabajadores, que ‘distorsiona’ el funcionamiento ‘natural’ del mercado”, le da más poder al capital.

El poder de individualizar las relaciones laborales y a atomizar a los trabajadores. El poder de realizar su sueño principal: que no haya nada más frente a él que "entes desnudos", sujetos a una competencia voraz y una profunda inseguridad.

Contra sus supuestos fines, la "reforma" no viene a "combatir al desempleo". Viene a "asentarse" en él. Es pieza clave en un modelo de control social que, haciéndose de la existencia de un vasto "ejército industrial de reserva", domestica a los trabajadores mediante su precarización y sustituye la solidaridad gremial por el miedo individual (al despido arbitrario, a la rebaja salarial, al aumento de horas de trabajo).

Francia hasta ahora era un caso atípico en la constelación neoliberal.

Si bien desde los 80 sus tecnócratas –los "socialistas" (¡sic!) como Delors o Chavranski– eran los principales "arquitectos" detrás del desmantelamiento del "modelo social" de la UE, las mismas "reformas" en Francia avanzaban con menos vigor (pero avanzaban).

Aun así, a ojos de algunos –sobre todo a raíz de la crisis– el país, en comparación con sus vecinos, destacaba como "un (mal) ejemplo de conservación de privilegios sociales retrógrados" y/o “un peligroso caso de falta de ‘ajuste a la globalización’ que ya ocasionaba en un caos” (The Guardian, 27/5/16).

Las élites europeas y francesas decidieron que "ya no había de otra": "reformar" o "reformar" la Loi Travail, apremiando al dúo Hollande/Valls a "mantenerse firmes hasta el final".

Así, de manera tardía, pero con estilo, Francia –y en particular su gobierno "socialista"– llegó a merecer su propio capítulo en La doctrina del shock (2007), el clásico de N. Klein, junto con casos como los de Chile o Polonia:

• Por retomar de Sarkozy "el giro securitario" que desde hace unos años marca la creciente “ despotización de la política” y “ autoritarización del neoliberalismo” (S. Kouvelakis dixit) y plasmarlo en "estado de emergencia" que a lo largo de los meses no sirvió para prevenir ataques terroristas (Niza, Rouen, etcétera), sino para proteger al gobierno y sus políticas criminalizando a los oponentes a la ley El Khomri.

• Por un impecable, creativo y combinado uso de violencia, miedo y "shock" para empujar la "reforma": desde la brutal represión policial, uso de la "amenaza terrorista" para desmovilizar protestas, hasta mandarla a la Asamblea Nacional para su aprobación final... cuatro días después de la masacre en Niza).

• Por confirmar por enésima vez que el neoliberalismo no necesita de la democracia y hará todo para saltársela: allí está el triple uso del artículo 49.3 de la Constitución que –al no contar con una mayoría necesaria– le permitió al gobierno aprobar la "reforma" por decreto, sin debate ni voto parlamentario.

¿Y la lucha de clases? Solo dos mensajes. Uno para la izquierda: allí está. ¡Articularla! (por si se olvidaron).

Otro para los neoliberales disgustados hoy con el auge del FN, pero que ayer la silenciaban, confundiendo a los trabajadores, precarizándolos, empobreciendo y durmiendo con cuentos "identitarios", hasta el grado de que muchos ya solo saben identificarse con el lenguaje neo-fascista: cosechan lo que sembraron.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Periodista polaco

Lo que depara el capitalismo para el futuro

La Haine. 1 de agosto del 2016. España

Por Manuel E. Yepe*

Los economistas no marxistas y sus aliados políticos hasta hace poco desdeñaban el concepto de poder de monopolio

Economistas estadounidenses de diversa orientación política han estado opinando acerca del libro de Robert Reich titulado Salvando al capitalismo: para los muchos, no para los pocos, presentado en la Revista de Libros, de Nueva York.

Para Paul Krugman fue gratificante constatar la sinceridad descarnada que expresa el título de libro de Reich porque “salvar el capitalismo” implica que el capitalismo está contra las cuerdas, o sea, en peligro de extinción, consideración en la que creo, saludo y comparto.

El marxista Zoltan Zigedy señala que Robert Reich, Paul Krugman y Joseph Stiglitz comparten altos logros en la economía académica y constituyen un triunvirato intelectual no marxista bien informando. Aunque ellos no estén de acuerdo en todo, comparten un conjunto básico de creencias en la viabilidad del capitalismo y su necesidad de reforma. No obstante es raro ver a algunos sugiriendo manifiestamente la urgencia de salvar el orden burgués.

La urgencia deriva del espectacular aumento de la desigualdad económica en los principales países capitalistas, particularmente en EEUU. Krugman confiesa que la desigualdad era una cuestión que Reich y él "empezaron a tomar en serio" ya hace veinticinco años. “Pero creo que es justo decir que no tomamos en serio ese crecimiento de la desigualdad como una característica estructural del capitalismo”.

Según Zigedy, los economistas no marxistas Krugman y Reich han modificado su interpretación de las causas del crecimiento de la desigualdad durante las últimas décadas. Krugman, afirma Zigedy, describe un capitalismo desarrollado actual que se asemeja al capitalismo que los marxistas vienen describiendo desde hace más de medio siglo.

Hace décadas, los economistas liberales sostenían que el aumento de la desigualdad era resultado de que había sectores de la clase obrera que no reunían los requisitos tecnológicos o carecían de las habilidades exigidas por el "cambio tecnológico basado en la habilidad" (SBTC, por sus siglas en inglés). La educación era vista por ellos como el gran nivelador, estabilizador de la riqueza y el avance de los atrasados. Pero con la actual ruptura de la correlación ente nivel de educación y compensación, todos rechazan el SBTC como explicación adecuada y clave para detener el crecimiento de la desigualdad. El aumento del número de graduados universitarios abrumados de deudas rompió esa ilusión.

Así, Krugman sustituye la explicación tecnológica para el crecimiento de la desigualdad, por algo que es eje central del estudio de Reich, el poderío monopólico. Es la concentración del poder económico en manos de pocos jugadores corporativos lo que lleva al aumento de la desigualdad económica. Según Krugman y Reich: "... es evidente que nuestra economía se asienta mucho más en los monopolios y oligopolios que en la competencia atomística."

Zigady pregunta ¿Por qué Reich y Krugman tardaron tanto tiempo en llegar en esta consideración a la que Lenin arribó hace más de cien años? Escritores marxistas como Paul Baran y Paul Sweezy dedicaron hace casi cincuenta años un influyente libro al capitalismo monopolista. Así, los economistas no marxistas y sus aliados políticos hasta hace poco desdeñaban el concepto de poder de monopolio, que los marxistas han hecho pieza central de sus análisis.

Pero Krugman y Reich revelan otros acoplamientos cruciales: entre el poder político y el poder económico (poder monopólico) y los del mercado con el poder político. Ellos observan que el poder monopólico es sostenido, protegido y ampliado por actores políticos, así como que los actores políticos son seleccionados, alimentados y guiados por el poder de monopolio. Esto crea un preocupante problema para aquellos que buscan la reforma del capitalismo.

En palabras de Krugman, la conclusión a que llega Reich es que la creciente riqueza en el segmento poblacional superior incrementa su influencia política mediante contribuciones de campaña, cabildeo y recompensas. La influencia política, a su vez, sirve para reescribir las reglas del juego en la sociedad. El resultado es una especie de espiral, el círculo vicioso de la oligarquía.

Para los marxistas, la concentración engendra necesariamente capitalismo de monopolio, que posteriormente se funde con el Estado, creando una síntesis que convierte a las normas del Estado en policías en el terreno económico encargados de maximizar la viabilidad y el éxito del capital monopolista.

Nada demuestra mejor ese maridaje que los rescates de las mega-corporaciones (supuestamente demasiado grandes para quebrar) ante las crisis y el evidente incremento del dominio del capital monopolista en el sistema político de dos partidos que rige en EEUU.

  • Periodista cubano