Prurito anal

Prurito anal
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Concepto

Se caracteriza por crisis paroxísticas, fundamentalmente nocturnas, de picor en el ano y en la piel circundante al orificio anal. Es un síntoma frecuente que afecta al 1-5% de la población general con predominio en el sexo masculino.

Clasificación

El prurito anal puede ser primario (idiopático) o secundario a una causa identificada. La mayoría de los pacientes corresponden al grupo idiopático. El prurito anal puede llegar a ser muy intenso, ocasionando la aparición de un círculo vicioso de picor-lesiones por rascado-picor (con infección sobreañadida o sin ella). En general, el prurito intenso suele ser de origen psicógeno, mientras que el moderado es más indicativo de la etiología orgánica.

Diagnóstico

Es a menudo difícil, dado que hay que descartar todas las causas de prurito mediante una cuidadosa anamnesis y una exploración clínica general y especial de la región perineal. Además, deberán realizarse determinaciones analíticas, exámenes microbiológicos de heces y del exudado anal y, frecuentemente, el estudio visual y anatomopatológico de la piel por un dermatólogo. Las lesiones por prurito puede clasificarse según los criterios del Washington Hospital Center en : • Grado I: piel roja e inflamada. • Grado II: piel blanquecina liquenificada. • Grado III: piel liquenificada con estrías, surcos o ulceraciones.

Tratamiento

Es específico siempre que se identifique la causa. Además, tanto en el secundario como en el idiopático deben tratarse los síntomas con el fin de romper el círculo vicioso del picor-lesiones por rascado-picor. Para ello se deben establecer las siguientes recomendaciones terapéuticas: 1. Tranquilizar al paciente y establecer una buena relación médico-enfermo. 2. Suspender los antibióticos, agentes tópicos o laxantes, así como cualquier alimento o bebida que pueda desencadenar la sintomatología (té, café, chocolate, colas, especias, bebidas alcohólicas, cítricos, frutos secos). 3. Evitar la utilización de prendas de vestir (en particular ropa interior y de cama) muy ajustadas o abrigadas para impedir el aumento excesivo de la temperatura perineal. 4. Mantener cortas las uñas para reducir las lesiones por rascado e inclusive utilizar guantes de hilo por la noche. 5. Mantener el área perineal limpia y seca mediante baños de asiento varias veces al día (sobre todo tras la defecación) con agua o con una solución acuosa de permanganato potásico (1:10000), seguidos de un secado cuidadoso de la zona, para ello puede ser útil el empleo de secadores eléctricos o apósitos de algodón que pueden espolvorearse con talco o almidón para evitar que se adhieran a la piel. No debe utilizarse papel higiénico ni agua jabonosa para limpiar la piel. Es recompendable llevar siempre toallitas húmedas no alcohólicas para dicho fin. 6. En los casos más intensos de prurito puede utilizarse una loción antipruriginosa, antiséptica y astringente, como la tintura de Castellani, 2 veces al día durante 3-4 semanas. 7. Los pacientes con prurito nocturno intenso pueden beneficiarse de la aplicación de una pequeña cantidad de crema de hidrocortisona al 1% y la administración de antihistamínicos orales (clorhidrato de hidroxicina de 10-25 mg). La mayoría de los pacientes responderán a este tratamiento, aunque la recurrencia de los síntomas es frecuente. En caso de fracaso es necesario solicitar una segunda opinión al dermatólogo.


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