Puente rústico de San Ángel
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Puente rústico de San Angel, es una de las obras donde el autor tiene una función sinecdótica pues debe, en un particular motivo pictórico, representar la “fisionomía” característica de un lugar pero, a la vez, reflejar la Naturaleza en todo su esplendor y cada una de sus características.
La pintura y sus personajes
El pintor naturalista mexicano José María Velasco lleva a cabo una serie de investigaciones para realizar la pintura que se volvería su obra maestra.
El equilibrio, la sobriedad arquitectónica, los ritmos austeros recuerdan la precisión de ciertos poemas mexicanos. Si Velasco hubiera sido poeta, su forma predilecta habría sido el soneto. Sus paisajes poseen el mismo rigor, la misma arquitectura desolada y nítida.
Sus pinturas tendría dos objetivos muy específicos: la aprehensión de los elementos geográficos, botánicos, zoológicos, incluso históricos y arqueológicos de México; y la representación de lo “más característico” del lugar que está pintando que sería lo más representativo de México.
Como se puede apreciar en las obras estas estaban inscritas en un discurso que tenía como base la aprehensión científica de México y la representación de un ideario de construcción de identidad nacional a partir del recurso a la historia y el estudio arqueológico.
El pintor nos regaló una idea de lo que es la manera en que luce México, y su legado, su invención, su manera de mostrar lo “más representativo” del país, ha influido tanto en pintores como en fotógrafos y cineastas mexicanos.
El gran estilo de la pintura de paisaje es el fruto de una contemplación profunda de la Naturaleza y de la transformación que se verifica en el interior del pensamiento.
Síntesis biográfica del autor
José María Velasco nació el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México, según se lee en su fe de bautismo, recibió los nombres de José María Tranquilino Francisco de Jesús Velasco y Gómez-Obregón.
Fue el primero de 5 hijos de don Felipe Velasco y de doña María Antonia Gómez-Obregón de Velasco. En el año de 1849 su familia se trasladó a la Ciudad de México, en donde a los 5 meses de su llegada murió don Felipe, padre de José María, víctima de una epidemia de cólera morbo que asoló a la ciudad en el año de 1850.
A partir de la muerte de su padre, comenzó a trabajar como dependiente de una tienda de ropa, al mismo tiempo que hacía sus estudios en el Colegio Lancasteriano de Santa Catarina Mártir, en donde empezó a sentir una gran afición por el dibujo y también a mostrar grandes aptitudes.
Mientras vendía rebozos entró a tomar clases a la Escuela de Bellas Artes de la Academia de San Carlos en su horario nocturno. Ahí fue alumno del italiano Eugenio Landesio que lo llevó por los caminos del realismo y el arte del paisaje.
Por ese entonces sufrió un ataque al corazón, pero no se deja vencer por la enfermedad y sigue pintando. En el año de 1902 deja la clase de Perspectiva en la Academia de San Carlos. A partir del año de 1905, aunque su producción sigue siendo cuantiosa, pinta casi exclusivamente en su casa de la Villa de Guadalupe Hidalgo, donde muere el 26 de agosto de 1912. Fue sepultado en el panteón del Tepeyac.

