Rosalía Hernández Celestrín
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Rosalía Hernández Celestrín. Patriota matancera participante en la Guerra de 1895.
Síntesis biográfica
Esta singular mujer matancera nació en el poblado de Cabezas, actual municipio Unión de Reyes, el 4 de septiembre de 1866.
Hija de Don Marcos Hernández Sierra y Doña Lorenza Celestrín Jiménez. Fue bautizada en su en la parroquia de su poblado natal.
Más adelante la familia se traslada a Sabanilla del Encomendador, actualmente Juan Gualberto Gómez: allí transcurrió la infancia de Rosalía.
Antes de cumplir los 17 años contrae matrimonio con Don José Marcos Hernández, codueño de un pequeño ingenio en la comarca de Cimarrones, actual Carlos Rojas y se radican en la ciudad de Matanzas. De este matrimonio le nacieron 4 hijos; Samuel, María Cecilia, Marina y Margarita.
El 15 de mayo de 1898 queda viuda y en 1901 se casacón Don Leopoldo Pollo y Luque, de quien enviuda en 1929.
Ideales patrióticos
Radicada en Matanzas Doña Rosalía encontró el marco apropiado para realizar sus ideales patrióticos, los que se fortalecieron tras su regreso de una temporada de visita a los Estados Unidos.
Para laborar intensamente por la independencia de Cuba, con la intensa colaboración de su sobrina la señorita Micaela Hernández Hernández (Estrella), adoptó el nombre de Luz.
Ambas establecieron contactos con la Junta Revolucionaria de Matanzas. En cumplimiento de la misión que se les asigna, recorrieron la provincia recolectando fondos para ayudar a la Revolución, venciendo los accidentes y contratiempos que se les presentaron con peripecias que demostraron el valor de ambas mujeres.
Su casa en la calle O Relly número 61, actual calle Río, en la que vivió cerca de 40 años fue sometida a sucesivos registros por las autoridades españolas que la consideraban sospechosa de conspiración contra el gobierno español.
Aunque los colonialistas no consiguieron pruebas, de esa residencia se sacaban bultos con ropas, medicinas, alimentos, machetes y otros implementos útiles para los revolucionarios. En el jardín de la vivienda hubo que enterrar en varias ocasiones, bajo las losas isleñas, algunas decenas de machetes y armas.
Los paquetes eran llevados a los campos insurrectos por un isleño nombrado Don Manuel Arencibia quien, apegado a la tierra adoptiva, se identificó con la causa revolucionaria a la que sirvió con valor y entereza, desde su posición en el Cuerpo de Voluntarios, de cuyo uniforme se valió para auxiliar a los patriotas cubanos. Fue descubierto por los españoles quienes lo encarcelaron en el Castillo de San Severino.
Cuando era sacado de su casa, llegaban a la misma dos grandes bultos de ropa, envidos por Luz con su hijo Samuel y el sobrino José Manuel, de 12 y 13 años de edad, quienes al presenciar la escena siguieron su camino disimulando a la vivienda de Luz.
Encontrándose Luz y estrella en el poblado Alfonso XII (Alacranes), Son avisadas de que su prima Clara Vasconcelos Celestrín, vecina del lugar, estaba presa en Matanzas bajo la acusación de ser espía de los insurrectos, ya que su esposo se había unido al Ejercito Libertador.
Luz decide presentarse al capitán español, jefe del puesto militar del territorio e identificarse como miembro de la Cruz Roja con una credencial que había obtenido por mediación del Mayor General Pedro Betancourt. Solicitó al militar español y a las tropas bajo su mando dinero para la institución humanitaria. Todos cooperaron en la colecta, la que más tarde llegó a manos de sus compatriotas alzados en armas contra la dominación española.
En diciembre de 1895 el Coronel del Ejército Libertador José María Bolaños (Chema)designa a Luz y a Estrella Auxiliares de la Administración de la Hacienda. El Mayor General Pedro Betancourt Dávalos, en septiembre de 1896, lasa nombró Auxiliares del Ejército Libertador bajo su mando en la provincia de Matanzas, en donde ambas féminas actuaron sin descanso, hasta el final de la contienda. El Doctor Alfredo Carnot había presentado a Luz y a estrella ante el Mayor General, con las siguientes palabras:” Aquí están las dos mujeres, las dos mambisas que más trabajaron para la Revolución en nuestro territorio.”
A lo que el Mayor General respondió: “esas tienen que ser Luz y Estrella”
El General Pedro Betancourt puso en manos de Rosalía el banderín de su escolta y una carta que decía así:
Ejercito Libertador
Quinto Cuerpo
1ra División
Sra. Rosalía Hernández, “Luz”
Distinguida compatriota:
Pongo en sus manos tan leales a la Patria el banderín que sirvió de símbolo de guerra a mi valiente escolta.
Usted no ha pedido otra recompensa por sus cuantiosos y valiosísimos servicios, que, ser fiel guardadora de mi querida insignia y con orgullo y cariño le donamos a la Patria.
Desde los campos de Cuba Libre, Patria y libertad, agosto de 1898
Firmado P: E: Betancourt
Mayor General
Méritos obtenidos
Por los servicios prestados a la Patria se le concedió a Rosalía el grado de Comandante del Ejército Libertador, según consta en los documentos oficiales.
Hasta su último aliento, esta mujer conservó su lucidez, patriotismo y valores morales que la enaltecieron.
Dictó disposiciones con una ecuanimidad espantosa, cuando su salud se quebrantaba con rapidez.
Muerte
Pidió e hizo que la vistieran con ropas muy limpias, después se reclinó en su cama y expiró el 13 de septiembre de 1955, rodeada de hijos, nietos, bisnietos y demás familiares.
Fue sepultada en el cementerio de San Carlos de la ciudad de Matanzas y se le rindieron honores correspo0ndientes a su grado de Comandante del Ejército Libertador, en un sepelio de espontánea y profunda manifestación de duelo.
El Doctor Rodolfo Moreno Booscowitz pronunció una sentida oración fúnebre y reafirmó:
“Perdió su familia un viejo y valioso tronco forjado al calor de los más bellos sentimientos de cubanía y grandes virtudes morales. La Patria perdió una fiel, valerosa y servidora hija”.
Fuentes
- Triunvirato. Órgano Oficial de la Filial Matancera de la Unión de Historiadores de Cuba. Época Segunda, No 1, Año 2002.
- Morell Otero, Grethel. Damas, Esfinges y Mambisas: mujeres en la fotografía cubana 1840-1902. Ediciones Boloña, La Habana, 2015.
- Magazine de la Lucha. Matanzas, 1931, p 133.
- Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte 1510-1898. T I, Biográficos. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2004.

