Síndrome de Liddle

Síndrome de Liddle
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El Síndrome de Liddle es un trastorno poco frecuente causado por mutaciones de herencia autosómica dominante en las subunidades del canal epitelial de sodio (ENaC). Los pacientes afectados presentan hipertensión, alcalosis metabólica, hipopotasemia por pérdida renal de potasio, bajos niveles de aldosterona y supresión de la actividad de la renina plasmática.

Causas

El síndrome de Liddle está causado por mutaciones de ganancia de función en los genes que codifican para el canal epitelial de sodio (ENaC), implicados en la reabsorción de sodio en los túbulos renales distales. El canal se compone de tres subunidades (alfa, beta, gamma) y las mutaciones se producen en el extremo C-terminal de las subunidades beta y gamma, codificadas por los genes SCNN1B y SCNN1G (16p13-p12), respectivamente, en una región rica en prolina llamada motivo PY. Estas mutaciones dificultan la interacción del ENaC con la proteína Nedd4 (E3 ligasa) y su posterior degradación por el sistema ubiquitina-proteosoma. Esto se traduce en la expresión constitutiva de los canales ENaC en la membrana induciendo reabsorción de sodio, secreción de potasio secundario y, finalmente, hipertensión.

Descripción

El síndrome de Liddle, también llamado pseudoaldoesteronismo, es una enfermedad con herencia autosómica dominante caracterizada por hipertensión temprana y severa, asociada a bajos niveles de renina y de aldosterona además de alcalosis metabólica e hipocalemia. Es una de las múltiples condiciones que usualmente se denominan pseudohiperaldosteronismo. La hipertensión ocurre frecuentemente en la infancia. El síndrome de Liddle involucra una alteración en la funcionalidad normal del riñón, con exceso de reabsorción de sodio y aumento en la pérdida distal de potasio.

Es un desórden muy poco frecuente, de origen autosómico dominante que simula el hiperaldosteronismo. El defecto se encuentra en los genes que codifican las subunidades b o g de los canales de sodio epiteliales de los túbulos renales. Aunque los niveles de renina y aldosterona son normales o bajos, la actividad de los canales de sodio está aumentada lo que supone un aumento de la reabsorción renal de este catión. La enfermedad cursa con una severa hipertensión debido a la intensa reabsorción de sodio y retención de agua y a la supresión de la secreción de renina y de la aldosterona.

Diagnóstico

El diagnóstico se sospecha tras la detección fortuita de una hipertensión precoz, especialmente si existen antecedentes familiares. Se confirma posteriormente mediante análisis de electrolitos en sangre y orina, que muestran hipopotasemia, niveles plasmáticos normales o disminuidos de renina y aldosterona, alcalosis metabólica con altos niveles plasmáticos de sodio, y tasas bajas de excreción urinaria de sodio y aldosterona con excreción urinaria elevada de potasio. El diagnóstico se confirma mediante análisis genético.

Cuadro Clínico

El cuadro clínico se asemeja al del hiperaldosteronismo primario pero el perfil hormonal se asemeja al del hiporreninismo-hipoaldosteronismo. La herencia es de tipo autosómico dominante.

Tratamiento

El primer paso a seguir con los pacientes es una restricción muy estricta de la ingesta de sodio. Adicionalmente el tratamiento farmacológico consiste en triamterene o amiloride que cierra los canales de sodio. La espironolactona no es eficaz en este síndrome. Además en la administración de diuréticos ahorradores de potasio, como la amilorida o el triamterene, que actúan bloqueando la actividad del ENaC. Esto conlleva una reducción de la presión sanguínea y la corrección de la hipopotasemia y de la alcalosis metabólica. Los tratamientos hipertensivos convencionales no son efectivos. Los pacientes deben seguir también una dieta baja en sodio. Con un tratamiento adecuado, el pronóstico es bueno. Sin tratamiento, pueden ocurrir complicaciones renales y cardiovasculares.

Frecuencia

Su prevalencia es desconocida. Hasta la fecha, han sido descritos unos 80 casos. La hipertensión grave se produce en pacientes jóvenes, desde la infancia hasta el adulto joven (menos de 35 años). En general, los niños son asintomáticos. Los adultos pueden presentar síntomas de hipopotasemia como fatiga, mialgia, estreñimiento o palpitaciones. Suele existir un historial familiar de hipertensión a lo largo de varias generaciones que sugiere un modo de herencia autosómico dominante.

Fuente