Síndrome del nido vacío

Síndrome del nido vacío
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conjunto de sentimientos de carácter negativo que experimentan los padres cuando sus hijos se marchan definitivamente de casa.


Síndrome del nido vacío. Se refiere a un conjunto de sentimientos de carácter negativo (tristeza, vacío, soledad, melancolía, ansiedad o irritabilidad) que experimentan los padres cuando sus hijos se marchan definitivamente de casa.

Aunque es más común en las mujeres, puede ocurrir en ambos sexos. El matrimonio de un hijo o hija puede provocar sentimientos parecidos, ya que el papel e influencia de los padres a menudo se vuelve menos importante que el del nuevo cónyuge.

Factores que influyen en su aparición

  • Que seas una persona cuya única función en la vida ha sido cuidar de tu hijo/a.
  • Que no aceptes que tu hijo/a ha crecido, ha madurado y es independiente.
  • Que hayas tenido una relación muy íntima con él.
  • Que creas que tu hijo/a es de tu propiedad.
  • Que este se independice.
  • Que tus valores principales en la vida sean la familia o el cuidado de tu hijo/a.
  • Que no tengas las estrategias de afrontamiento adecuadas.
  • Que tengas un escaso apoyo social.
  • Que tengas un bajo nivel cultural.
  • Que seas viudo/a, separado/a, divorciado/a o soltero/a.
  • Que tengas la menopausia.
  • Que estés jubilado/a.
  • Etcétera.

En algunos casos, las manifestaciones de este síndrome pueden ser más acusadas debido a la sensación de una mayor ruptura emocional o a la pérdida de influencia sobre los descendientes. Este es el caso en el que los hijos se marchan de casa para formar otra familia, casándose, o simplemente yéndose a vivir junto a su pareja. El sentimiento de soledad es el más importante de todos, y puede aparecer ante la ausencia de uno o varios de sus hijos. Este síndrome carece de entidad clínica diagnosticable en los principales manuales médicos, no obstante, existen una serie de síntomas frecuentes que lo caracterizan y ayudan a establecer el diagnóstico.

Principales síntomas

  • Sentimientos de tristeza.
  • Sensación de soledad, vacío.
  • Aburrimiento.
  • Sensación de no tener nada que hacer.
  • Llanto (o ganas de llorar) más frecuente del habitual durante un período prolongado.
  • Recuerdos constantes de cuando los hijos eran pequeños (hablan de ello, ponen fotos de esa época, etcétera).
  • Sensación de pérdida de sentido de la propia vida.
  • Sentimiento de que nunca va a ser tan feliz como cuando sus hijos estaban en casa.
  • Quejas somáticas.

También se puede presentar:

  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Dependencia emocional.
  • Problemas de sueño.
  • Problemas de alimentación.
  • Problemas de peso.
  • Problemas de pareja.
  • Problemas de salud.
  • Adicción a medicamentos.
  • Alcoholismo.
  • Etcétera.

Cómo prevenirlo

  • Cuida tu relación de pareja durante toda vuestra vida. Cuando nacen los hijos, las parejas dejan de serlo para convertirse únicamente en padres/madres. Por ello, cuando sus hijos se marchan de casa pierden su rol principal en la familia. Intenta compensar la dedicación a tu pareja y a tus hijos.
  • Permite y acepta la autonomía de tus hijos como personas independientes de ti; de esta manera no sentirás la necesidad de tener que controlar lo que hacen (comen, visten, hábitos…). Esto facilitará tu adaptación al momento en el que se vayan de tu casa, pues sabrás que saben cuidarse solos.
  • Mantén siempre activos entretenimientos propios o intereses.
  • Que tus hijos se marchen de forma progresiva, si es posible. Por ejemplo, que empiecen por irse solo el fin de semana, después un día también entre semana, etcétera.
  • Procurar que la marcha de tus hijos no coincida con algún momento de duelo en la familia. Si es así, sería aconsejable que les sugirieses que demorasen su partida unos meses, siempre que les sea posible.
  • En el caso de los padres se pueden dar a la tarea de descubrir las actividades que se habían querido hacer pero que no se había tenido tiempo; así que es buen momento para hacer una "lista de deseos" de las cosas que le gustaría intentar y luego trabajar con él.
  • Se dispone de tiempo libre, para emprender actividades que hace mucho debieron abandonarse, o por qué no, actividades nuevas, ya sea de forma individual o compartida.
  • La soledad permite potenciar el diálogo y la intimidad de la pareja, incrementar la actividad sexual, disfrutar del espacio.
  • Es la oportunidad para hacer planes, encontrarse con amigos, realizar actividades, planificar viajes.
  • Hacer una evaluación de la etapa pasada, disfrutar los logros, aceptar lo positivo de la etapa que comienza, aprovechar la disminución de las presiones.

Factores sociales y culturales

El síndrome del nido vacío se ha vuelto más importante en los tiempos modernos a medida que las familias extendidas son menos comunes que en las generaciones pasadas y las personas de la tercera edad empiezan a vivir solos. En muchas culturas, como las de África, India,Medio Oriente y el Este Asiático, los ancianos son altamente estimados y se considera que sus descendientes tienen la obligación de cuidarlos y respetarlos. En contraste con la mayoría de las sociedades occidentales, las familias extendidas son comunes en esas regiones. Sin embargo, a medida que las ciudades adoptan costumbres occidentales como parte de su industrialización, los valores están cambiando gradualmente. En una sociedad moderna, a veces resulta inconveniente o no resulta práctico vivir con uno de los padres o cuidar de ellos exhaustivamente. Esto también se aplica si dichos padres fueron abusivos o represivos. El síndrome del nido vacío también está empezando a surgir en culturas donde los valores tradicionales entran en conflicto con la occidentalización de las costumbres, siendo un claro ejemplo el de la sociedad en Hong Kong.

Recomendaciones

  • Normaliza tus emociones: debes leer información sobre el síndrome para poder entenderlo mejor. Esto te ayudará a no asustarte por las sensaciones que experimentes y a no psicopatologizar un hecho que, en un primer momento –echar de menos al ausente–, es absolutamente normal.
  • Tu rol de madre o padre continúa: con independencia de que tus hijos vivan o no en casa, por lo que, junto a ellos, busca otra manera de satisfacerlo que beneficie a ambas partes (por ejemplo colaborando con las necesidades que puedan tener en su nueva vida independiente, etcétera).
  • Busca nuevos roles o actividades en tu vida: dedica tiempo a eso que tanto te hubiera gustado hacer y has tenido que dejar de lado por el cuidado de la familia.
  • Visita a tus hijos con frecuencia y que ellos también te visiten a ti: es bueno establecer momentos en los que la familia se reúna de forma periódica en el hogar. La frecuencia puede variar en función de las necesidades y costumbres, y de la distancia entre los domicilios. Recuerda que no es tan importante la cantidad como la calidad y el deseo de mantener estos encuentros.
  • Disfruta de tu relación de pareja: si aún contáis con teneros el uno al otro, disfrutad de estos nuevos momentos de intimidad (podéis viajar, salir con otras personas de vuestra edad con las que compartáis aficiones, apuntaros a actividades en común, etcétera).
  • Mantén el contacto con tus hijos tanto como necesites: pero respetando también su independencia e intimidad.
Desmembramiento familiar

Consejos

  • Asume la independencia de tu hijo
  • Ten paciencia
  • Reflexiona
  • Infórmate
  • 'Mantén el contacto con tu hijo
  • Redefine la relación familiar
  • Apóyate en los demás
  • Desarrolla nuevos intereses
  • Establece metas
  • Pide ayuda


Fuentes

  • Síndrome del nido vacío. Disponible en:Wikipedia. Consultado el 17 de marzo del 2017.
  • Síndrome del nido vacío. Cuando la soledad se apodera del hogar Disponible en:Psicologiaymente. Consultado el 17 de marzo del 2017.
  • Síndrome del nido vacío. Disponible en:Lifeder. Consultado el 17 de marzo del 2017.
  • Síndrome del nido vacío. Disponible en:Webconsultas . Consultado el 17 de marzo del 2017.