Síndrome nefrítico agudo

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Síndrome Nefrítico Agudo
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Síndrome Nefrítico Agudo El síndrome nefrítico clásico incluye hematuria, hipertensión, insuficiencia renal y edema, aunque con frecuencia faltan algunos elementos. El síndrome nefrítico puede ser agudo o transitorio (GA postinfecciosa), fulminante con una insuficiencia renal rápida (glomerulonefritis rápidamente progresiva [GNRP]) o indolente ejemplo, nefropatía IgA. Los cambios morfológicos y, con frecuencia, las manifestaciones clínicas varían a lo largo del tiempo.


Etiología

El prototipo de síndrome nefrítico agudo es la glomerulonefritis postestreptocócica (GNPE), debida a la infección por determinadas cepas nefritogénicas de estreptococos b-hemolíticos del grupo A, como la tipo 12 (asociada con faringitis) y la tipo 49 (asociada con impétigo). La incidencia de GNPE está disminuyendo en EE. UU. y Europa. En otras zonas del mundo donde se producen epidemias, de un 5 a un 10% de los pacientes con faringitis y aproximadamente el 25% de los pacientes con infecciones cutáneas desarrollan este tipo de glomerulonefritis. Se produce con más frecuencia en niños >3 años y adultos jóvenes, pero un 5% de los pacientes son mayores de 50 años. Se produce un período de latencia entre 1 y 6 sem (media, 2 sem) desde la infección hasta el inicio de los síntomas de GN.

Signos y Síntomas

Las manifestaciones iniciales van desde una hematuria asintomática (un 50% de casos) y proteinuria leve a una nefritis bien desarrollada con hematuria macroscópica o microscópica (de color coca-cola, parda, oscura o francamente hemática), proteinuria, oliguria, edema, hipertensión e insuficiencia renal. En un 10% de los adultos y un 1% de los niños el síndrome nefrítico agudo evoluciona a una GNRP. En los pacientes con enfermedad remitente, la proliferación celular desaparece en semanas, pero la intensidad de la respuesta inflamatoria varía mucho, siendo frecuente la esclerosis residual. La mayor parte de los niños (85 a 95%) conservan o recuperan la función renal normal, sobre todo si adquieren la enfermedad durante una infección estreptocócica. En pocas ocasiones, sobre todo esporádicas y en adultos, sólo se produce una recuperación parcial, pudiendo persistir la hematuria o la proteinuria, detectables analíticamente durante años.

Infecciones El síndrome nefrótico durante las recaídas tiene una susceptibilidad aumentada a las infecciones bacterianas, por lo que éstas constituyen sus principales y más frecuentes complicaciones

Pronóstico

El pronóstico depende de la edad del paciente, de si la enfermedad es esporádica o epidémica y del estadio de las lesiones renales cuando remite el estímulo inflamatorio. El pronóstico suele ser bueno cuando la lesión renal inicial no es grave y se puede reducir o eliminar la fuente de antigenemia. En la mayor parte de los pacientes se produce una desaparición gradual de los síntomas y los signos. En los casos graves se puede producir hipertensión con insuficiencia cardíaca y encefalopatía hipertensiva o sin ella. Un descenso importante del IFG o el desarrollo de un síndrome nefrótico (en un 30% de los pacientes, sobre todo en los que presentan muchos depósitos subepiteliales) con extensa formación de semilunas y necrosis, indica una rápida progresión a insuficiencia renal terminal. En pocos pacientes, el inicio de la enfermedad se acompaña de anuria, hipervolemia grave e hiperpotasemia, produciéndose la muerte si no se realiza diálisis.

Tratamiento

El tratamiento antibiótico de las infecciones antes de que se desarrolle una GNPE no parece prevenir este proceso. Si en el momento del diagnóstico existe una infección bacteriana, se debe iniciar el tratamiento antibiótico y tratar todas las causas secundarias.Los fármacos inmunosupresores resultan ineficaces y los esteroides pueden agravar el cuadro. Si se produce azoemia y acidosis metabólica, se debe restringir la ingesta proteica. La ingesta de Na sólo se reduce cuando existe sobrecarga circulatoria, edema o hipertensión grave; los diuréticos (tiazidas, diuréticos del asa) pueden ayudar a mantener el volumen del LEC expandido. La hipertensión exige un tratamiento enérgico (v. cap. 199 ). Los casos de insuficiencia renal grave necesitan diálisis.

Véase también

Fuente

  1. Rebollo

P, Ortega F, Badía X, Álvarez-Ude F, Baltar J, Valdés F, Caramelo C, Álvarez Grande J: Salud percibida en pacientes mayores de 65 años en tratamiento sustitutivo renal. Nefrología 19 (Supl. 1): 73-83, 1999.

  1. Valderrábano F: Tratado de Hemodiálisis. Barcelona: Editorial Médica JIMS S.L., 1999.
  2. Jofré

J: Factores que afectan a la calidad de vida en pacientes en prediálisis, diálisis y trasplante renal. Nefrología 19(Supl. 1): 84-90, 1998.

  1. Álvarez-Ude F, Álamo C, Fernández-Reyes MJ, Bravo

B, VicenteE, Ferrer M, Alonso J, Badía X: Alteraciones del sueño y salud percibida en pacientes en hemodiálisis. Nefrología XIX (2): 168-176, 1999.