Saltamontes brasileño
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Saltamontes brasileño. Conocido como Bocydium globulare, perteneciente a la familia Membracidae es una especie de hemíptero que mide entre 4,6 y 7,5 mm de largo.
Descripción
El saltamontes brasileño, conocido científicamente como Bocydium globulare, es probablemente el insecto más raro del mundo.
Lo curioso de este insecto es que no constan muchos estudios sobre él, y ni siquiera está claro para qué tienen esos cuernos con forma de ‘gorrocóptero’ de Doraemon en lo alto de la cabeza. Se supone que pueden vivir casi en cualquier parte del mundo siempre y cuando haya Tibouchina, la 'planta de la gloria'. No obstante, es más fácil toparse con ellos en África, América del Norte y del Sur, Asia y Australia. El motivo por el que pocos lo ven a lo largo de su vida es que no va en grupo, sino que es una especie solitaria que pasa sus años entre las hojas de esta planta. Hay biólogos que, incluso, se atreven a calificarlo como si se tratara de un 'extraterrestre'. Su fisonomía es bien rara.
Características
Del tamaño de un guisante, esta variedad tiene poco de la imagen de pequeño insecto verde que existe en el colectivo general. Con las patas amarillas, lo que realmente destaca son las cuatro esferas que planean sobre su cabeza como si de un helicóptero se tratara.
Ni en las representaciones más imaginativas de alienígenas en la historia de la ciencia ficción se había visto semejante tocado. Son precisamente estas microscópicas pelotas las que intrigan a los biólogos del mundo, pues no han conseguido averiguar una causa de la evolución genética que las justifique.
Existen varias hipótesis. La mayoría relacionadas con la idea de que este ornamento les protege de los depredadores. Por un parte, es posible que aquellos que le ataquen a las esferas fracasen en el intento de capturarlos pues las confunden con su cabeza.
Por otra parte, les da un parecido con un peligroso y temido hongo que es conocido por convertir a las hormigas en zombies y apoderarse de su mente y cuerpo.
Funciones de sus antenas
Su cuerpo en sí es un misterio, pero si hay una parte que llama la atención del saltamontes brasileño es su cabeza. El blog ‘Why Evolution is True’ dice que si Dalí inventara insectos, se verían así. Un acierto dada la ornamentación de las ‘antenas’. Las bolas que las forman no son ojos, como podría pensarse, y tampoco un indicador del sexo del insecto, porque se ha comprobado que tanto machos como hembras los tienen.
Se sabe que son esferas de quitina, pero ningún científico ha dado todavía con la respuesta a la pregunta del millón: ¿Para qué sirven? Probablemente, dice un artículo publicado en X en la revista científica ‘Nature’, “disuadan a los depredadores”. Aunque no lo confirma este estudio.
Como curiosidad, durante algún tiempo se pensó que el bicho no era real, sino una creación del escultor Alfred Keller (1902-1955), que lo representó así de bien.
