Sida: Confecciones a un Médico

"Sida: CONFECCIONES A UN MEDICO" no dejara impasible al lector: mas que las cifras de VIH/ sida encontrara el conflicto humano y social de cada caso, de los niños huérfanos o con sus padres enfermos, de las familias y los profesionales de la salud que lo enfrentan y el desvelo de la Revolución para que los enfermos puedan vivir con respeto, dignidad, igualdad y derechos.

Sida CONFESIONES A UN MEDICO.
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Título originalSida CONFESIONES A UN MEDICO.
Autor(a)(es)(as)Jorge Pérez Ávila
Editorial:Editorial Oriente
Diseño de cubiertaAlexander Calcedo Olivé
Primera edición2008
ISBN978-959-210-488-4




Escribir unos párrafos sobre un libro inédito que puede servir de reflexión, aprendizaje y experiencias para nuestro país, incluso para otros países, sobre una epidemia que tanto dolor y sufrimiento ocasiona internacionalmente, se convierte en una tarea compleja. Cuando en el mundo se alcanzaban los primeros triunfos contra enfermedades infectocontagiosas, sobre todo las prevenibles por vacunas, y era de extraordinaria satisfacción ver la desaparición y el control de la viruela, la poliomielitis y otras, aparece en la década del ochenta del siglo XX una tragedia para la humanidad de la cual no ha escapado ningún país, y por lo tanto la especie humana. Veinte años han transcurrido desde los reportes oficiales de la epidemia en el mundo y hoy los resultados son más trágicos y las perspectivas más sombrías y complicadas. En Cuba, gracias a la política revolucionaria de prioridad total a la salud pública, se estuvo al tanto del desarrollo y el conocimiento científico en la experiencia de la aparición y evolución del virus transmisor del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, luego señalizado como VIH/sida. Desde 1985, gracias al entrenamiento adquirido y a la vigilancia epidemiológica activa, enfrentamos este gran reto epidémico, al obtener las primeras informaciones sobre la presencia de la enfermedad y la transmisión de la misma en nuestros hermanos internacionalistas que regresaban de sus misiones en África. Los casos que se encontraban infectados se convirtieron en transmisores lógicos de sus compañeras y, en algunos casos, de sus descendientes. Como salubrista y en la posición administrativa en que me encontraba, al ser director del Centro de Higiene y Epidemiología de Santiago de Cuba, tuve la oportunidad de observar, participar y actuar desde sus inicios en todo lo que nuestro país indicó y organizó, para detectar primero y atender después, la vida y el desarrollo social y familiar de los primeros afectados. Así, me tocó viajar varias veces en avión a La Habana trasladando a los primeros internacionalistas infectados y compartí con ellos el enorme secreto, pero la necesidad impostergable de enfrentar su enfermedad e ingresar en el Sanatorio Santiago de las Vegas para su mejor atención y tratamiento. Debido a la política internacionalista cubana de ofrecer a cualquier país del mundo que lo necesite su ayuda, los primeros casos detectados se encontraban entre quienes deforma desinteresada y gratuita habían prestado sus servicios en esos continentes. Después, como una epidemia abierta, se extendió a otros grupos sociales e incluyó a los homosexuales, bisexuales, jineteras o prostitutas. En fin, en la actualidad la epidemia afecta a todo tipo de persona sin excepción de edad, sexo, preferencia sexual, raza, credo político o religioso, de nuestra sociedad. El doctor Jorge Pérez, a quien conocí y en quien aprecié su dimensión como persona, médico, infectólogo y político en los eventos del enfrentamiento a focos epidémicos de malaria, dengue, tuberculosis, VIH/sida y otros, ha tenido la audacia y la inteligencia, a partir de su consagración y dedicación para enfrentar esta epidemia y al tratamiento personal que le brinda a los enfermos, de recoger por más de veinte años las experiencias, testimonios, conversaciones, cartas y vivencias de los muchos hombres, mujeres y niños que ha tenido que atender, afectados por este virus o con sospecha de tenerlo. El VIH/sida surgió como un reto de la humanidad, por ser una nueva enfermedad de carácter mortal, ligada en forma importante a la conducta de las personas, además de vincularse al uso de drogas, sangre y otros procedimientos médicos. Nadie estaba preparado en el mundo, ni en Cuba, para explicar desde sus inicios la verdadera trascendencia de esta epidemia, la enorme ignorancia de la población en general y la lucha contra hábitos culturales, creencias, tabúes y actitudes desarrolladas en la vida, sin haber tenido experiencias con situaciones como estas. Por eso, este libro se convierte en una obra de extraordinario valor científico, social y humano con un enfoque médico sobre distintos aspectos de la epidemia. Solo quien ha sido un esclavo y amigo del manejo de los enfermos, como lo ha sido el doctor Jorge desde la dirección del primer sanatorio, o en sus tareas en la dirección del IPK y del hospital, relatando lo que piensan los protagonistas de carne y hueso, puede lograr hacernos llegar el mensaje para comprender en su justa dimensión el significado de esta obra: luchar para que el sida deje de ser una cifra estadística, local, de país o a nivel mundial, y que se perciba el verdadero problema humano, con su conflicto personal y social detrás de cada paciente, en la vida de los niños huérfanos, o en las de padres y enfermos de cada familia. Los testimonios de profesionales y personas ilustres que han padecido o batallan para minimizar los efectos de esta epidemia han estremecido a la sociedad, han obligado a interiorizar la importancia de manejarla integralmente y la necesidad de la cooperación internacional, en especial, para atender a los países más pobres. En Cuba, ni la dureza del bloqueo del gobierno norteamericano contra nuestro país, ni la sobreañadida crisis económica derivada en el período especial, pudieron evitar que la grandeza y el pensamiento de nuestro líder de la Revolución desencadenara acciones, recursos y políticas para establecer que los infectados vivieran con respeto, dignidad, igualdad, derechos y atención totalmente gratuita, poniendo a su disposición todo el desarrollo científico-técnico conocido en el mundo. Los testimonios y confesiones que los pacientes le hacen al doctor Jorge Pérez recopilados en esta obra, son la verdadera esencia, historia, realidad y desarrollo de la epidemia de VIH en Cuba durante estos veinte años y, a partir de esas reflexiones, se han sacado experiencias, lecciones para luchar contra la ignorancia, los tabúes, prejuicios y actitudes negativas ante los enfermos y su dinámica biológica, psicológica y social. Sida: confesiones a un médico confirma una verdad muy dicha: el sida no tiene cara, pero nos muestra, que sí tiene el rostro terrible de quienes son afectados por él. La epidemia de VIH/sida en Cuba también fue utilizada por el enemigo imperialista para desacreditamos, acusarnos y tratar de provocar conflictos increíbles. Sin embargo, la verdad recogida aquí en voz de los protagonistas, la presencia de portadores y pacientes que han llegado a vivir más de veinte años con el virus y experiencias como la visita del ex presidente Carter al Sanatorio Santiago de las Vegas en el año 2003, quien sorprendido y conmovido conoció y recibió el mensaje cultural de una niña diagnosticada en 1989 que hoy, con veinte años de vida en el sanatorio, es ejemplo de la profesionalidad de nuestros médicos, y la prioridad para los enfermos que ofrece el sistema de salud cubano, desmienten cualquier patraña y se presentan ante el mundo como ejemplos de esperanza y aliento para poder seguir pensando que, enfrentar la epidemia con total sentimiento de humanidad, apoyo científico, político y social, poniendo en manos de todos los países y de la población gratuitamente el desarrollo científico-técnico y social del país, como lo hace Cuba, sí es posible controlar o modificar lo que constituye un peligro mortal para más de cuarenta millones de personas infectadas y para decenas de millones más que la padecerán en los próximos años, según los estimados que ofrece el mundo como panorama de esta epidemia. Considero que Sida: confesiones a un médico es un verdadero manual de vivencias y experiencias sobre las características de la epidemia en Cuba, y un aporte internacional para conocer las reflexiones y conductas que siguieron las autoridades cubanas para elevar el nivel de vida de los enfermos y contribuir con acciones gubernamentales de salud a minimizar los daños físicos y sociales que produce esta enfermedad. LUÍS ESTRUCH Doctor en Ciencias Médicas Profesor Titular de la Escuela Latinoamericana de Medicina


Datos del autor

Jorge Pérez Ávila

Jorge Pérez Ávila, quien se ha dedicado a combatir la epidemia en Cuba durante mas de veinte años y fuera director del primer sanatorio de seropositivos VIH/sida, narra historias y conflictos de personas: portadores, autoridades profesionales, trabajadores de la salud, familiares y enfermos. Para testimoniar de manera excepcional el verdadero rostro de la mayor pandemia que ha enfrentado la humanidad y nuestro país a partir del siglo XX.

Índice del libro

  • Doctor Jorge Pérez, no deje de contar /5
  • Prólogo a la primera edición /7
  • l. El primer diagnóstico /13
  • II. Discriminaciones, miedos y estigmas /23
  • III. Un final inesperado /35
  • IV. Las cuatro lápidas /41
  • V. Yo no soy como esas, yo quería divertirme... /47
  • VI. Los dos Hipólitos /51
  • VII. Los primeros niños /57
  • VIII. Detección en la montaña /63
  • lX. Mitos y creencias sobre la cura del sida /69
  • X. No todo lo que brilla es oro /78
  • Xl. Un hecho singular /86
  • XII. Una noche de placer y tres enfermedades /90
  • XIII. Un seropositivo graduado /98
  • XIV. La enfermera enamorada /106
  • XV. Dos ingresos inusuales /110
  • XVI. ¿friquis» o roqueros? /115
  • XVII. Una pareja discordante /126
  • XVIII. Uno de los casos más tristes /136
  • XIX. El mitómano /141
  • XX. La hija de Esther /149
  • XXI. Los cuatro médicos /157
  • XXIl. Contaminaciones inusuales /167
  • XXIII. Los seropositivos sí pueden /172
  • XXIV. Un diagnóstico no compartido /179
  • XXV. Un amor sin límites /190
  • XXVI. Su primera experiencia sexual /195
  • XXVII. ¿VIH a los setenta años? /200
  • XXVIII. Dos situaciones difíciles /205


Fuentes