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Einstein tuvo hasta tres nacionalidades distintas a lo largo de su vida. Nació en Ulm (Alemania), en 1900 obtiene también la nacionalidad suiza y más tarde, ante el peligro del nazismo en Europa, emigra a Estados Unidos consiguiendo su tercera nacionalidad en 1940.

Einstein bromeaba sobre estos tres pasaportes diciendo que "si hubiera fracasado con mis teorías, los americanos hubieran dicho que yo era un físico suizo; los físicos que era un científico alemán; y los alemanes que era un astrónomo judío".

  • En 1905, tras publicar su teoría de la relatividad, Einstein sufrió una campaña de desprestigio que vino acompañada por un libro titulado: "100 científicos contra Einstein"... cuando le preguntaron qué opinaba de ese libro, respondió: ¿cien?, ¿para qué tantos?, si yo estuviera equivocado, con uno sólo sería suficiente...
  • En una ocasión Einstein conoció a Marilyn Monroe y la actriz le dijo: "Profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo. Sería perfecto. Tendría su inteligencia y mi belleza"... Albert Einstein la miró fijamente y tras una breve pausa le respondió: "Señorita Monroe, lo malo es que saliera con mi belleza y con su inteligencia".
  • Einstein llegó a reunirse con el verdadero genio del humor de todos los tiempos: Charles Chaplin. El científico le dijo lo mucho que le gustaban sus películas y añadió: "Señor Chaplin, su arte es universal. Todo el mundo le comprende y le admira". El bueno de Charlot, se rió y le contestó: "Su caso, Señor Einstein es mucho más increíble:Todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende".
  • Einstein sentía afición por el violín. En una ocasión, un dibujante de viñetas que se encontraba presente mientras el físico daba un recital comenzó a reirse de su forma de tocar el violín. Einstein se acercó y le contestó: "Está muy mal eso de reirse del trabajo de otros... yo nunca me rio con su trabajo"
En 1952, Einstein llamó por sorpresa a un zapatero llamado Peter Hulit pidiéndole que viniera a su casa rápidamente. Al físico le dolían los pies, sus zapatos le rozaban y necesitaba unos nuevos. Cuando Peter Hulit llegó a la casa de Einstein, el científico había dibujado en un cartón el plano con las medidas y proporciones de lo que él pensaba que era el zapato perfecto y con el que nunca le volverían a doler los pies.

El zapatero observó aquel dibujo, bajó la vista a los pies de Albert Einstein y le contestó: "Profesor, me temo que lo único que usted necesita son unos zapatos de una talla mayor". Einstein le miró fijamente y finalmente, le dio la razón a aquel zapatero.

Según cree la gente, Einstein recibió el premio Nobel por su teoría de la relatividad, fue el autor de la famosa frase: Todo es relativo, y fue el inventor de la bomba atómica.

La verdad es que no le dieron el Nobel por su teoría de la relatividad y nunca dijo la frase esa. Y tampoco invento la bomba, aunque Hiroshima y Nagasaki no hubieran sido posibles si él no hubiera descubierto lo que descubrió.

Y bien sabía él que sus hallazgos, nacidos de la celebración de la vida, habían servido para aniquilarla.