Stray
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Stray es un videojuego de acción y aventuras en tercera persona protagonizado por un gato ambientado en los callejones iluminados por el neón de una ciberciudad decadente y sus turbios rincones. En Stray, nuestro compañero felino, perdido, solo y separado de su familia, ha de deambular por la urbe habitado por androides inocentes y criaturas peligrosas, defenderse de amenazar imprevistas y resolver un antiguo misterio para escapar de una ciudad olvidada.
Sinopsis
Stray nos invita a tomar el control de un gato en mitad de un universo cyberpunk habitado por androides. Nuestro objetivo no es otro que encontrar la forma de regresar a nuestro hogar, junto a nuestra familia felina, tras quedar atrapados en este mundo tan enigmático como atractivo, en ocasiones inquietante y peligroso, en otras, totalmente fascinante; y no solo por lo visual. Al principio estaremos solos, desamparados -dando sentido al título del juego-, aunque pronto encontraremos un pequeño compañero de viaje que encierra en su interior mucho más de lo que parece. Se trata de un dron conocido como B-12, un colega robótico de bolsillo -nunca mejor dicho- que se nos unirá en nuestro periplo en busca de respuestas. Y lo hará de un modo de lo más original, ya que nuestro peludo protagonista se hará con una suerte de mochila de la que dicho cachivache emergerá al ser requerido y del que podremos extraer información contextual a través de su pantalla integrada.
Jugabilidad
Stray puede enmarcarse como una aventura de exploración atmosférica con toques de plataformas -guiadas, eso sí-, algo de acción, enigmas y rompecabezas ligeros que ir solucionando con bastante naturalidad -la dificultad no es precisamente muy elevada-, todo ello adornado con una cautivadora narrativa y ciertos momentos de sigilo. Al dejarnos llevar por sus calles de neón y otras localizaciones casi postapocalípticas, nos vienen a la mente obras maestras como Limbo o Inside, de las que no dista mucho en esencia. Si pasamos al control de nuestro ágil y escurridizo protagonista, no podemos sino alabar el trabajo de sus desarrolladores, a pesar de que al principio puede sentirse un tanto forzado, especialmente en los saltos o simples cambios de superficies, algo constante.
El control del gato es bastante intuitivo, especialmente a la hora de caminar, esprintar o cambiar de dirección mientras corremos. Ahora bien, cualquier salto o cambio de plano irá precedido de un icono contextual que nos informará de dicha posibilidad. Si bien al principio puede resultar algo chocante, tras un breve periodo de tiempo nos acostumbraremos para pasar a revolotear entre azoteas, tuberías, barandillas, contenedores y toda clase de elementos por los que trepar.
Requisitos
Mínimo:
- Requiere un procesador y un sistema operativo de 64 bits
- SO: Windows 10
- Procesador: Intel Core i5-2300 | AMD FX-6350
- Memoria: 8 GB de RAM
- Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 650 Ti, 2 GB | AMD Radeon R7 360, 2 GB
- DirectX: Versión 12
- Almacenamiento: 10 GB de espacio disponible
Recomendado:
- Requiere un procesador y un sistema operativo de 64 bits
- SO: Windows 10
- Procesador: Intel Core i5-8400 | AMD Ryzen 5 2600
- Memoria: 8 GB de RAM
- Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 780, 3 GB | AMD Radeon R9 290X, 4 GB
- DirectX: Versión 12
- Almacenamiento: 10 GB de espacio disponible
Conclusiones
Con aventuras gatunas para una tarde larga -o dos tardes si quieres apuntar a todas las misiones secundarias y desbloqueables- Stray es uno de esos juegos que, con las expectativas correctas, se pasa en un suspiro y se disfruta una barbaridad. Es entrañable, bonito y sabe ser desafiante y divertido sin pasarse de complejo o ambicioso.

