Tesoro de El Carambolo

Tesoro de El Carambolo
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Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Tesoro-carambolo.jpg
PaísEspaña
TipoCultural
RegiónEuropa
Año de inscripción1958 (? sesión)
Lugar de celebraciónCerro de El Carambolo en el municipio de Camas, a tres kilómetros de Sevilla (España).

El tesoro de El Carambolo es un conjunto de varias piezas de oro y cerámica de discutido origen tartesio en síntesis con la cultura púnica peninsular, que fueron encontradas en 1958, en el cerro de El Carambolo en el municipio de Camas, a tres kilómetros de Sevilla (España).

Historia

La fabricación del conjunto está datada, según varios expertos, en un lapso entre los siglos VI a V a.n.e. para el collar, y en torno a la primera mitad del siglo VII a.n.e. para el resto de las piezas.

Recientes estudios concluyen que se trata del ajuar propio de animales que eran sacrificados en templos fenicios dedicados al dios Baal y la diosa Astarté, confirmando las hipótesis inicialmente formuladas en 1979, que divergían de la tradicional atribución de las piezas a la cultura tartésica.

Sin embargo, una investigación científica llevada a cabo en 2018 demostró que las piezas fueron hechas con oro procedente de una zona cercana al hallazgo (20 km), concluyéndose que el tesoro es producto de una mezcla de culturas (local y fenicia) debido a la llamada procedencia del oro y a las distintas técnicas con que se fabricaron las piezas, de las cuales algunas de ellas ya se empleaban desde el III milenio a.n.e.

Historia local

El tesoro de El Carambolo es una colección de 21 piezas de oro, entre ellas un collar con medallones con grabados intrincados, varios adornos para el pecho en forma de piel de buey y espléndidas pulseras. Aunque los arqueólogos creen que el tesoro se enterró deliberadamente en el siglo VI a.n.e., es probable que la mayoría de las piezas se fabricaran dos siglos antes. Navarro afirma que no se ha descubierto nada de tal extravagancia que date de este periodo en España.

Para zanjar el debate sobre el origen del tesoro de El Carambolo, Navarro y su equipo de investigación realizaron análisis químicos e isotópicos para examinar diminutos fragmentos de oro que se habían desprendido de una de las piezas. El análisis reveló que el material probablemente procedía de las mismas minas asociadas a los dólmenes de Valencina de la Concepción, que datan el 3.000 a.n.e. y también se encuentran cerca de Sevilla. Los autores del estudio afirman que las joyas del tesoro de El Carambolo marcan el final de una tradición continua de procesado de oro que comenzó unos 2.000 años antes con Valencina de la Concepción.

Patrimonio multicultural

Navarro afirma que, aunque el oro es de procedencia local, las joyas se fabricaron empleando técnicas fenicias. Se ha identificado un templo fenicio en la zona donde se descubrió el tesoro de El Carambolo, y el mismo tesoro es probablemente el producto de una cultura mixta de los fenicios de Oriente Próximo y los tartesios locales.

Alicia Perea, arqueóloga del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC especializada en tecnología del oro y que ha estudiado el tesoro de El Carambolo está de acuerdo en que los tartesios probablemente eran una cultura mixta de pueblos del Mediterráneo occidental y marineros de Oriente Próximo.

«Un chico fenicio se casa con una lugareña, es decir, para resumirlo de forma sencilla», explica. Perea encomia el nuevo estudio en términos generales, especialmente porque los análisis químicos e isotópicos de objetos de oro son relativamente inusuales en España. Pero aborda la cuestión del vínculo directo entre la cultura en torno a los artefactos de El Carambolo y aquella en torno a los descubrimientos previos en Valencina.

«Esa línea no existe. La única línea que conecta ambos mundos es el material», afirma. Sin embargo, las conclusiones de los recientes análisis son ligeramente limitadas, ya que solo se han examinado los fragmentos de una de las 21 piezas del tesoro de El Carambolo. Perea ha publicado un estudio sobre los procesos tecnológicos empleados en la fabricación de joyas y afirma que, aunque algunas de las piezas probablemente se elaboraron a nivel local basándose en el estilo y la técnica, el collar con los medallones grabados podría proceder de Chipre, basándose en su diseño.

Aunque los investigadores siguen desentrañando los misterios en torno a los tartesios, Navarro y Perea están totalmente de acuerdo sobre la posible conexión entre la antigua civilización y la teoría de la Atlántida.

Fuentes