Thomas Fuller (esclavo)
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Thomas Fuller . (1710-1790) Esclavo africano y matemático.
Síntesis biográfica
Nació en 1710, África, en algún lugar entre la actual Liberia y Benin.
Era propiedad de la Sra. Elizabeth Cox de Alexandria. Tom era un hombre muy negro. Lo trajeron a este país a la edad de 14 años y lo vendieron como esclavo... Este hombre era un prodigio. Aunque nunca supo leer ni escribir, había adquirido perfectamente el arte de la enumeración... Podía multiplicar siete en sí mismo, ese producto por siete, y los productos así producidos, por siete, por siete veces. Podía dar el número de meses, días, semanas, horas, minutos y segundos en cualquier período de tiempo que cualquier persona decidiera mencionar, teniendo en cuenta en su cálculo todos los años bisiestos que ocurrieron en el tiempo; daría el número de polos, yardas, pies, pulgadas y granos de cebada en cualquier distancia, digamos el diámetro de la órbita terrestre; y en cada cálculo produciría la respuesta verdadera en menos tiempo del que noventa y nueve hombres de cada cien producirían con sus plumas. Cuando Thomas Fuller llegó a Virginia en 1724, ya había desarrollado sus habilidades de cálculo. Su aprendizaje de palabras numéricas, un sistema de numeración, de operaciones aritméticas, de acertijos y juegos matemáticos, etc.
Y, lo que fue, quizás, más extraordinario, aunque interrumpido en el progreso de su cálculo, y ocupado en el discurso necesario para que él comenzara de nuevo, pero él ... arrojó parcelas de tierra. Se fijó mucho en las líneas de tierra que había visto inspeccionar. Sacó conclusiones justas de los hechos; sorprendentemente, por sus oportunidades. Al final de su vida, sus notables poderes de cálculo lo convirtieron en una herramienta de los abolicionistas debido a que demostraron que los negros no son mentalmente inferiores a los blancos. Después de su muerte, Fuller se convirtió en una herramienta de psíquicos y psicólogos. Este último, mientras negaba a los negros las habilidades mentales, apoyaba la noción de sabio idiota. Fuller, aunque extraordinariamente rápido en los cálculos, no parece tanto igual a los sabios idiotas como a alguien que ha aprendido a hacer cálculos rápidos por sí mismo.
Muerte
En 1790 murió a la edad de 80 años, sin haber aprendido nunca a leer ni a escribir, a pesar de su extraordinario poder de cálculo.
