Tiziano

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Tiziano Vecellio
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Tiziano Vecellio (autorretrato).jpg
Pintor italiano
NombreTiziano Vecellio de Gregorio
Nacimiento1477
Pieve di Cadore, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento27 de agosto de 1576
Venecia, Bandera de Italia Italia
NacionalidadItaliana
Otros nombresTiciano
CiudadaníaItaliana
OcupaciónPintor
Obras destacadasAdán y Eva, La bacanal,

Tiziano Vecellio. Pintor destacado perteneciente a la Escuela Veneciana del Siglo XVI, Tiziano recoge en sus inicios el testigo dejado por Giorgione para evolucionar en los presupuestos por él introducidos relativos a luz, color y percepción, tan distintos ya de los empleados por los anteriores maestros venecianos quattrocentistas, llegando en su vejez a crear composiciones que asombrosamente prefiguran formalmente el posterior impresionismo.

Síntesis biográfica

Nació en Pieve di Cadore, actual Italia. Su fecha de nacimiento ha sido objeto de numerosas discusiones; hay quien sostiene que vivió 99 años, lo que supondría que había nacido en 1477, lo cual parece improbable, por lo que la crítica moderna acepta preferentemente la fecha 1487 ó 1490. Fue el segundo de los cinco hijos del notario Gregorio Vecellio.

Infancia

Todavía niño, fue llevado a Venecia y trabajó en el taller de Giovanni Bellini y más tarde se asoció con Giorgione, romántico y gran renovador de la pintura veneciana que influiría poderosamente en su obra, con el cual trabajó desde, aproximadamente, 1507. Tiziano fue el pintor más importante del Siglo XVI en Venecia, Italia, así como el primero en tener una clientela internacional.

Fue pintor de corte del sacro emperador romano Carlos V, con el que supuestamente entabló una gran amistad. Tiziano dominó un amplio abanico de temas: desde los devocionales a los mitológicos, pasando por los retratos y las alegorías. Fue uno de los máximos exponentes de la técnica del colorito veneciano y es considerado uno de los genios máximos de la pintura universal.

Trayectoria artística

Inicios

En un principio, su estilo era "giorgionesco", pero tras la muerte de Giorgione concluyó algunas de las obras de éste, lo que ha creado problemas de atribución con obras como El Nacimiento de Adonis, Orfeo y Eurídice, Venus Dormida, Concierto campestre (pintura). Hacia 1508 trabajó con Giorgione en los frescos del exterior del Fondaco dei Tedeschi (el almacén delos mercaderes alemanes) de Venecia, frescos actualmente perdidos en su mayorparte. Las pinturas más antiguas que posee la Colección datan probablemente de la época in­mediatamente posterior a esta obra.

Tiziano se convirtió entonces en maestro indiscutible de la pintura en Venecia y fue nombrado pintor oficial de la Serenísima República.

Tras los frescos pintados en Padua, en 1511, con Los milagros de San Antonio, su gran triunfo de estos primeros años fue La Asunción de la Virgen, en la iglesia de Frari de Venecia (15161518). Siguen a esta composición religiosa obras como La Anunciación, La Madonna en la Gloria con el Niño y Santos, El Entierro de Cristo, Las Tres Edades de la Vida.

En sus primeros retratos se evidencia ya la vigorosa personalidad del maestro veneciano, que logra caracterizar a cada uno de sus personajes, imprimiendo un encanto especial asus fascinantes figuras femeninas, como hace en La Schiavona, Flora, La Mujer ante el Espejo. Dominó también Tiziano los temas mitológicos, siendo el creador de tipos iconográficos característicos: La Ofrenda a Venus y Bacanal, Baco y Ariadna. Tuvo una gran variedad de clientes: reyes (Retrato de Carlos V, realizado en ocasión de su coronación en Bolonia, tras el cual realizó otro retrato del mismo monarca que le valió ser nombrado pintor de la corte en 1533); sus retratos principescos establecieron las reglas de la retratística e influyeron en Velásquez, Rubens y Van Dyck; los Gonzaga, en Mantua Federico II Gonzaga en 1530, Eleonora Gonzaga); la familia Este, de Fe­rrara (Isabel de Este); los de la Rovere, en Urbino.

A partir de 1530

Las iglesias y organismos de gobierno en Venecia (Magdalena Penitente en 1533, Presentación de la Virgen en el Templo en 1538, La Visión de San Juan Evangelista entre 1541 y 1544). Con estas obras de carácter religioso se cierra la segunda etapa de la pintura de Tiziano, obras en las cuales ya se percibe un gusto por los contrastes de color violentos, los escorzos difíciles y las iluminaciones fantasmagóricas, todo ello como consecuencia de la influencia ejercida en Venecia por los pintores manieristas. Buena prueba de la influencia manierista la encontramos en La Alocución de Alonso de Ávalos (15401541), La Coronación de Espinas (15421544).

Por otra parte, en esta época, Tiziano visitó Roma para pintar un retrato del Papa Paulo III, viaje en que el maestro veneciano se familiarizó con la pintura de Miguel Ángel, quien no parece haberse sentido favorablemente impresionado por la obra de aquél, y de los manieristas romanos.

Durante los cinco meses que permaneció en Roma, Tiziano pintó numerosos cuadros para los Farnesio, familia de Paulo III: Retrato del Cardenal Pietro Bembo, Retrato del Cardenal Alejandro Farnesio (todos ellos en la Galería Nacional de Capodimonte, Nápoles). De nuevo en Venecia, fue llamado por el emperador Carlos V a Augsburgo. Allí pintó uno de los más impresionantes retratos del monarca y realizó el delicado retrato de la emperatriz Isabel de Portugal.

Hacia 1560

Durante otra estancia en Augsburgo, realizó los retratos del Príncipe Felipe con Armadura y el de Juan Federico de Sajonia, así como numerosos cuadros de tema pagano de los que tanto gustaba Felipe II, el futuro rey de España, obras a las cuales Tiziano denominaba “poesías” y que constituyen temas mitológicos tratados con una fuerte dosis de erotismo, que contrasta poderosamente con los austeros ideales de los que hacía gala el monarca español: Venus con Organista, Perrito y Dánae; Venus y Adonis. Desarrolló un estilo muy personal, caracterizado por una pincelada suelta y variada, así como por la utilización de una tonalidad suave que sentó precedente a lo largo de los siglos posteriores.

Hacia 1560, los envidiosos comenzaron a hablar de síntomas de decadencia en la pintura de Tiziano. En realidad, éste desarrolló por aquella época un nuevo estilo, plenamente visible en los "modelos" que han llegado hasta nosotros, esbozos tratados por el maestro que luego eran completados por sus discípulos en el taller, que dirigió su hijo Orazio y que jugó un papel cada vez más importante en sus obras. Se trata de pinturas de un trazo nervioso, de colores aplicados en veladuras superpuestas, de un efecto general que ha sido denominado "impresionismo mágico".

La producción de Tiziano en estas últimas décadas comprende obras de extraordinaria fuerza, tanto en el terreno religioso -Dolorosa (1554), El Martirio de San Lorenzo (1559), San Jerónimo (1560), Santa Margarita (1565)- como en el mitológico -Diana y Acteón, Diana y Calixto (1556-1559), Venus vendando al Amor (1565)- y especialmente en sus retratos, en los que Tiziano parece alcanzar, con lúcida penetración, hasta el último entresijo de los personajes plasmados: El dux Francisco Venier, El Hombre con un Libro, Jacobo Strada, sus Autorretratos.

Muerte

La muerte alcanzó al pintor, en 1576, cuando estaba realizando La Piedad (Galería de la Academia, Venecia), que destinaba a decorar su sepultura, obra de intenso pero sereno dramatismo.

El magisterio de Tiziano fue decisivo para la orientación de la pintura veneciana y ejerció un persistente influjo en toda Europa. La grandeza de Tiziano como pintor, su fama de artista inimitable y la gran influencia que ejerció sobre sus coetáneos y sucesores contrastan con su carácter de hombre avaricioso, que siempre se quejaba de ser pobre pese a las grandes riquezas que había acumulado, y que se servía en ocasiones del engaño para obtener ventajas.

Comentario de algunas de sus obras

La bacanal

Museo del Prado pertenece a la primera etapa de su producción artística, en la cual está presente la influencia de su maestro Giorgione, cuyas características son llevadas hasta el extremo por Tiziano, dándose una mayor agitación y extraversión. En esta obra quedan transgredidos los límites del equilibrio clásico, quedando patente de forma directa la sensualidad de sus obras mitológicas. Este cuadro de Tiziano formaba pareja con la Ofrenda a la Diosa de los Amores. Ambos temas mitológicos fueron pintados para el duque de Ferrara, y regalados después por alguno de sus herederos al rey español Felipe IV, entre encendidas protestas de expertos italianos que lamentaron su salida del país. En esta Bacanal (fiesta de Baco). Tiziano ilustra el tema mitológico de la llegada del dios del vino a la Isla de Andros que le estaba dedicada ya que por sus ríos corría vino en vez de agua. Sus habitantes esperan la llegada de Baco en su barco con las velas desplegadas se divisa al fondo dedicados a la fiesta del vino. Son magníficos el colorido y el movimiento de las figuras y, por supuesto, el espléndido desnudo femenino en reposo, a cuyo lado camina tambaleándose un lindo niño borrachito.


El emperador Carlos

En Mühlberg (332x279 cm. Museo del Prado). Tiziano hizo varios retratos del emperador Carlos V, que le consideraba su pintor predilecto y le favoreció con su confianza y amistad, concediéndole incluso un título nobiliario imperial. El emperador eligió a su pintor favorito para que perpetuara con sus pinceles la gran victoria de las armas imperiales sobre los protestantes, en la célebre Batalla de Mühlberg. Tiziano presentó a Carlos V como conductor de un ejército victorioso, en un magnífico retrato ecuestre que evoca los monumentos de los grandes emperadores romanos de la antigüedad. En este retrato, perteneciente a la segunda época de la producción de Tiziano, el monarca se recorta sobre un bellísimo paisaje de bosque, con un río, la batalla tuvo lugar en las proximidades del río Elba, iluminado todo por una luz de atardecer que le da un cierto tono de recogimiento. La vivacidad de los colores del metal de la coraza (que se conserva en la Armería del Palacio Real),de la manta del caballo y el penacho que remata el casco del guerrero, contrastan magníficamente con la palidez y la cierta melancolía del rostro del protagonista, enfermo y próximo ya a retirarse en Yuste (Cáceres). Plasma Tiziano en este retrato el concepto de majestad y serenidad, virtudes de las cuales el emperador ha de ser el máximo ejemplo.


Estilo y técnica pictórica

Existen dos épocas diferenciadas sucedidas en el tiempo en cuanto al desarrollo estilístico de Tiziano debido tanto a su evolución personal como a la de la propia pintura del Renacimiento, que en pleno Cinquecento buscaba ámbitos nuevos más alejados del clasicismo inicial.


El dibujo Los orígenes creativos de Tiziano se encuentran influenciados por su maestro Bellini y por Giorgione. La influencia de este último fue tan crucial para Tiziano que forma parte del problema de autoría de las obras de Giorgione. El trabajo conjunto de ambos artistas en la Fondaco dei Tedeschi, en 1508, los unió artísticamente. Sin embargo, existen diferencias, como puede comprobarse en los grabados de dichos frescos, ya que Tiziano se apartaba de la concepción espacial de su colega. Resolvió con inspiración más toscana las relaciones entre las figuras y la arquitectura que las ambientan. Esta inspiración, ajena al círculo veneciano, puede proceder de Fra Bartolomeo della Porta, a quien Tiziano conoció durante su estancia en la ciudad adriática en 1506. A pesar de estas influencias externas y de la muy marcada personalidad artística propia del joven pintor, la obra de Giorgione fue para él fundamental, ya que utilizó su mismo lenguaje expresivo e incluso, desde la muerte prematura de Giorgione, en 1510, se consideró su heredero espiritual y con toda naturalidad se encargó de terminar las obras que tenía empezadas. La personalidad artística de Tiziano fue formándose con peculiares características; sobre el sustrato de giorgionismo se fueron sedimentando notas propias de clasicismo, mediante una íntima unión, auténticamente renacentista, entre razón y sentimiento. Le condujo a encontrar el ideal de belleza figurativa armonizada entre la serenidad compositiva y las vibraciones cromáticas que proporcionan los amplios planos de color. En este periodo inicial, Tiziano ejecutó sus obras con un dibujo más cuidado. Las líneas están mejor trazadas y el dibujo es puro y sobrio, dando mayor empaque a las figuras. El pintor realizaba ya desde un principio bocetos o dibujos preparatorios de manera poco frecuente. Estos bocetos, realizados con tiza, carboncillo o tinta y pluma, eran posteriormente desechados para pintar directamente sobre la tela. Las obras de su primera época ya marcan el paradigma del conjunto de su producción: cuadros religiosos como el Noli me tangere (National Gallery de Londres), figuras femeninas rotundas y plenas como Amor sacro y amor profano (Galería Borghese) y retratos como el de Ariosto (National Gallery de Londres), con el que señala el prototipo de retratos de busto entero.

El color A mediados del siglo XVI, Tiziano comenzó a experimentar con la técnica que caracterizaría el último período de su producción y que marcaría un nuevo giro en su obra. Curiosamente, antes de su marcha a Roma, entregó a Pietro Aretino un retrato "privado", como prueba de su estrecho vínculo profesional con el escritor toscano. El retrato es de tal novedad que ni siquiera Aretino fue capaz de comprender su alcance y lo juzgó "más bien esbozado que terminado". Esta es la característica fundamental de un período dedicado más al color que al dibujo, el cual se plasmaba de modo rápido y en ocasiones impreciso, sin diseño preparatorio. El resultado denota la inmediatez y la expresividad, captando la realidad en el momento preciso. Los contornos ya no están definidos con exactitud y las anchas pinceladas son extendidas de modo aparentemente veloz, como queriendo aludir al motivo más que describirlo. La materia pictórica queda en evidencia tanto en el rostro, como, sobre todo, en las ropas, con grumos no alisados y frotados con los dedos. El resultado suele ser personajes en movimiento, impregnados de una animación vital totalmente inédita, en claro contraste con la ejecución caligráfica, ligada al dibujo. Esta evolución personal es muy importante para la Historia del Arte debido a que supone un precedente de posteriores innovaciones, como el Impresionismo, y la propia evolución de la pintura veneciana del siglo XVI no puede entenderse prescindiendo de él. Sin embargo, recibió infinidad de críticas, que eran auténticos ataques a Tiziano por su escasa atención al dibujo. Un ejemplo de estas críticas es la que le hizo Giorgio Vasari, que a pesar de todo no pudo esconder la innovación del maestro:

Pero es bien cierto que el modo de hacer que tiene en estas últimas es bastante diferente de su estilo juvenil: las primeras obras han sido realizadas con una cierta finura y una diligencia increíble, y pueden ser vistas de cerca y de lejos; las últimas, realizadas a golpes, de forma gruesa y con manchas, no se pueden ver de cerca, mientras que de lejos resultan perfectas. Y ese modo ha sido causa de que muchos, queriendo imitarlo y mostrarse mañosos, hayan hecho torpes figuras; y esto sucede porque, si bien a muchos parece que han sido hechas sin trabajo, no es esa la verdad y se engañan, pues se ve que han sido retocadas y se ha vuelto a ellas tantas veces con los colores, que se advierte el trabajo. Y ese modo bien hecho es juicioso, bello y admirable, pues hace parecer vivas las pinturas y hechas con gran arte, escondiendo las fatigas.[1]

Otros contemporáneos, como Ludovico Dolce, por el contrario, ensalzan el genio universal de Tiziano:

[..] se ven reunidas a la perfección todas las partes excelentes que a menudo se encuentran divididas entre muchos: además, en cuanto al colorido, no ha habido nadie que se le haya acercado. A Tiziano sólo le corresponde la gloria del perfecto colorido, la cual no tuvo ninguno de los antiguos, o si la tuvo, faltó a quien más o a quien menos a todos los modernos; porque, como digo, él camina con el mismo paso que la naturaleza: de ahí que cualquier figura suya esté viva, se mueva, y las carnes tiemblen.[2]

Obras

  • Muerte de Acteón.
  • Baco y Ariadna.
  • Danae.
  • Diana y Acteón.
  • Diana y Calixto.
  • Júpiter y Antiope.
  • Venus de Urbino.
  • Venus y Adonis.
  • Venus con Organista y perrito.
  • El Baño de Venus.
  • El Concierto.
  • Las Tres Edades de la vida.
  • Asunción de la Virgen.
  • María con el Niño y los Santos.
  • San Marcos con los Santos.
  • San Sebastián.
  • La Coronación de Espinas.
  • Mater Dolorosa.
  • Retrato de Pietro.
  • Retrato de Ranuccio Farnesio.
  • Flora.
  • Retrato de una Mujer Joven.
  • Retrato de Carlos V Sentado.
  • Isabel de Portugal.
  • Retrato del Papa Pablo III.
  • Rey Felipe II.


Galería

Referencia

  1. Giorgio Vasari; Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos (Le vite de' piru eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri); Florencia: edición de Lorenzo Torrentino, 1550.
  2. Ludovico Dolce; Diálogo de la pintura (Dialogo della pittura), Venecia, 1557.


Fuentes