Trufas de chocolate caseras

Trufas de chocolate caseras
Información sobre la plantilla
Chocolattrufa.png
País de origen
Bandera de Francia Francia
Género
Repostería
Ingredientes
Chocolate negro, nata montada, azúcar, agua, mantequilla, yemas de huevo, licor (whisky, brandy…), cacao puro para la cobertura.

Trufas de chocolate caseras. Se trata de un bocado delicioso, que podemos tener preparado con antelación dado que se conserva en el congelador perfectamente. Las trufas son un postre de lujo si las servimos con nata montada, aunque también son perfectas como acompañamiento al café o para saborearlas con un poco de vino dulce.

Origen

EL origen de la trufa de chocolate se atribuye a Louis Dufour, chocolatero de Chambéry (Francia) en la Navidad de 1895. El nombre hace referencia a la Trufa Negra, seta muy apreciada en la cocina y para emularla, Dufour le dio un aspecto irregular, negro y rugoso, espolvoreándola con cacao para simular la tierra de la que se extrae la seta.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocción: 15 minutos
  • Tiempo de reposo: 10 minutos
  • Tiempo total: 7 horas
  • Calorías: 58 kcal por unidad

Ingredientes de las trufas de chocolate para 8 personas

  • 150 g de chocolate negro
  • 150 g de nata montada
  • 50 g de azúcar
  • 20 g de agua
  • 100 g de mantequilla
  • 2 yemas de huevo (35 g)
  • 10 g de licor (whisky, brandy…)
  • Cacao puro para la cobertura

Cómo hacer las trufas de chocolate

La elaboración de las trufas de chocolate es sencilla. El momento más laborioso es el formado de las mismas. Si disponemos de algún molde de trufas o esferas, podemos ganar tiempo en esta parte del proceso repartiendo la crema en los moldes una vez la tengamos lista para congelar. De no ser así, la dejaremos congelar en un recipiente y formaremos las trufas ayudándonos de una cuchara de postre.

  • Empezaremos pesando y preparando los ingredientes. En caso de no tener la nata montada, procederemos a hacerlo con unas varillas.
  • Una vez preparados los ingredientes, trocearemos la mantequilla y el chocolate. Reservaremos la mantequilla y pondremos el chocolate en un cazo a calentar a fuego bajo, junto con el azúcar y el agua. Debemos tener en cuenta que es mejor partir el chocolate en trozos pequeños, ya que de esta forma, se nos deshará antes.
  • Es muy importante que el fuego sea bajo y que vayamos removiendo con una espátula o una cuchara de madera el interior del cazo. De este modo ayudaremos a que se integre el chocolate con el azúcar y el agua y no se queme ni se pegue en el fondo del cazo. Removeremos hasta que esté fundido y tengamos una pasta espesa.
  • En este momento debemos incorporar las dos yemas de huevo y remover rápidamente, para que se integren en la pasta. Veremos como, una vez hecho, la pasta empieza a ganar cremosidad.
  • Seguidamente añadiremos la mantequilla que teníamos troceada y reservada, sin dejar de remover, hasta que se haya deshecho y veamos que está completamente integrada en nuestra crema. Aquí comprobaremos que la textura ha cambiado de nuevo y es más líquida.
  • En este momento incorporaremos la nata montada, removiendo poco a poco, hasta integrarla completamente y apreciar que nuestra crema es ahora lisa, brillante y sin grumos.
  • Por último tenemos que incorporar el licor. Podemos hacerlas sin él o bien aumentar un poco más la cantidad o poner otro licor diferente. Dependerá de nuestras preferencias. Añadiremos el whisky, removeremos bien para incorporarlo a nuestra crema y retiraremos el cazo del fuego.
  • La textura que obtendremos una vez hayamos acabado de integrar todos los ingredientes, ha de ser la de una crema fluida. La dejaremos enfriar a temperatura ambiente durante unos 10 minutos.
  • Una vez la crema se haya atemperado tendremos que pasarla al recipiente en el que la congelaremos o al molde para trufas, en caso de disponer de uno. Para formar las trufas, la crema debe estar lo más compacta posible y para ello debemos mantenerla en el congelador un mínimo de 6 horas. Lo ideal es preparar la crema y formar las trufas al día siguiente. Para poder repartirla mejor, verteremos la crema en una manga pastelera, lo que nos permitirá repartirla en las cavidades del molde de manera más cómoda y limpia. Repartiremos la crema en las cavidades del molde o en el recipiente en el que vayamos a congelarla y llevaremos al congelador hasta que haya endurecido.
  • Una vez transcurrido el tiempo necesario para que la crema haya endurecido lo suficiente, sacaremos el molde y el recipiente del congelador. En un bol o en un plato hondo podremos una buena cantidad de cacao puro para cubrir todas las trufas con él. Desmoldaremos las que tenemos en el molde sobre el cacao. Para intentar manipularlas lo menos posible y así evitar que cojan calor y nos cueste más cogerlas sin deformarlas, las podemos acabar de cubrir con el cacao volteándolas con una cuchara de postre. Cubrimos bien todas las bolitas y las llevamos de nuevo al congelador. Para formar las bolitas con la masa que tenemos en el recipiente, nos ayudamos de una cuchara de postre. Hemos de ir cogiendo porciones de la crema con la cuchara de postre y las dejaremos en el bol sobre el cacao.
  • Cuando las tengamos en el bol, con la cucharilla las cubrimos bien con el cacao y las llevamos al congelador. Podemos darles una forma más redondeada con las palmas de las manos, pero de esta manera se deshacen bastante, por lo que siempre es mejor manipularlas lo mínimo.
  • Las que formemos de este modo, no quedarán tan redonditas como las que hayamos hecho ayudándonos del molde, pero estarán igualmente deliciosas.
  • Una vez las tengamos formadas las debemos mantener en el congelador hasta el momento de consumirlas. Podemos tomarlas con nata montada o tal cual las saquemos a la mesa. Rebozadas de esta forma, con cacao puro sin azúcar, el contraste del amargo del cacao con el interior de las trufas, potencia todavía más el sabor del chocolate. Es un bocado absolutamente delicioso y muy sencillo de elaborar.


Referencias