Truman (película de 2015)
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Truman . Película del año 2015 cuenta la historia de una amistad entre dos hombres, que deben enfrentarse a la enfermedad terminal de uno de ellos.
Sinopsis
La película resulta enternecedora, con sentimientos vivos, encendidos, y además de hablar de la enfermedad y de la muerte, sobre todo, se centra en la amistad sin condiciones, respetuosa con las decisiones y actos ajenos, esa que no espera nada a cambio y que no necesita mantenerse a lo largo de los años por permanente contacto personal; esa amistad a la que sabes que siempre puedes recurrir, aunque físicamente permanezca en la distancia, esa amistad de la que echar mano en todo aquello que la vida te pueda ir exigiendo, por doloroso y humillante que resulte, y que no precisa que el amigo comparta tus elecciones y reacciones.
Comentarios
Cesc Gay ha sabido en esta ocasión mezclar el drama y la comedia sin que resulte grotesco, consiguiendo lo más difícil, atravesar el turbio camino de la enfermedad y los preparativos ante una posible ausencia, con tristeza, pero con una sonrisa en la boca. Utilizando exteriores de Madrid, Amsterdam y Canadá (parece que la razón del rodaje en Madrid, y no, por ejemplo en Barcelona, según el director, es porque ambos protagonistas tienen casa en la capital madrileña), mediante una puesta en escena sencilla, Cesc Gay consigue contactar con el alma del espectador sin caer en la sensiblería, manteniéndose con brillante equilibrio en la fina cuerda que separa la tensión dramática del humor. Tampoco necesita contar demasiado sobre el pasado de los personajes para que intuyamos vivencias y relaciones muy profundas y sólidas. Con una cámara pendiente de los primeros planos de los actores, al objeto de captar cualquier cambio de registro, las palabras se erigen en protagonistas de una acción que osa adentrarse en ese mundo tabú del fin de la existencia. A las palabras, además, no les faltan los silencios reflexivos que aportan avance en resoluciones, y tolerancia con las mismas. Resulta también clarificador en cuanto a las intenciones del director, la circunstancia de que en ocasiones, los planos se detengan en el que está escuchando y no en el que está hablando, en el que tiene que atenderte, intentar comprenderte, y aceptarte. Ricardo Darín está soberbio. Tierno, frágil e irónico, pasa del drama a la comedia sin aparentemente ningún esfuerzo, con la ayuda de un guion, elaborado por el propio realizador y su colaborador habitual, Tomás Aragay, muy acertado, sencillo en planteamientos y ocurrente en sus diálogos, y con situaciones creíbles, sentidas y hasta cómicas, como el encuentro con ese par de amigos que no te saludan, esperando lo contrario, o aquella en que sí que lo hacen, imaginando una reacción distinta. Javier Cámara, por su parte, tenía ante sí la ardua tarea de contraponer su trabajo al de Darín, y lo consigue también de forma espléndida, aguantando de una manera deliciosa el tirón magnético del argentino, en una actuación sobria, en situación, tolerante, creando un personaje que se hace entrañable por generosidad y respeto. El elenco de excelentes actores secundarios igualmente saben estar a la altura, y van desfilando en pantalla la argentina Dolores Fronzi, y ya en papeles de menor calado, Eduard Fernandez, Elvira Mínguez, Alex Brendemühl , Susi Sanchez, Silvia Abascal, José Luis Gómez o Pedro Casablanc. La banda sonora, compuesta por Nico Cota y Toti Soler, se une de una forma estremecedora y vibrante a las imágenes, con presencia de guitarras de blues y rock, y canciones de argentinos como Pescado Rabioso o Luis Alberto Spinetta. Con el acompañamiento de melodías, entre las que se encuentra Canción para los días de la vida, vamos recorriendo bares, clínicas veterinarias, restaurantes y hospitales, librerías, funerarias y hasta universidades, en un trayecto que otorga tanta importancia a la existencia como a su final, a los placeres encarnados en comida, drogas o sexo, como en el dolor que genera la enfermedad y la ausencia. El film, además de hacer un recorrido por la amistad, también es un homenaje a la libertad, a esa libertad que te permite decidir con valentía sobre el futuro de tu vida, de tu perro, de tu dolor, de tu muerte, de optar o no por compartir con los otros tus intenciones, y de elegir el cómo y el cuándo. La película, además de a la reflexión, invita a experimentar un abanico de sensaciones, que se verán incrementados para aquellos que compartan su vida con una mascota.
Opiniones
• Parabens pelo belissimo comentario a TRUMAN.É uma pelicula muito equilibrada,sem qualquer excesso de sentimentalismo,profundamente sentida mas com emoçao e verdade. • Tuve la oportunidad de verla ayer en Miami y completamente emocionada les digo : Viva la amistad!!!! La amistad, tema principal de este film con unas actuaciones soberbias .Camara: Un monstruo! Buenisima • Anoche vi esta película y me planteé la muerte ,es triste morir sabiendo q dejarás este mundo,es mejor q tu corazón se paralice y no sientas tanta angustia,Estuve llorando como una hora fue sublime la actuación de los dos personajes. • Sencillamente , magistral. No tiene desperdicio
Reparto
• Ricardo Darín. Javier Cámara. Dolores Fonzi. Troilo. Eduard Fernández. Alex Brendemühl. Pedro Casablanca. Elvira Mínguez. Silvia Abascal. Nathalie Poza. Susi Sánchez. Jose Luis Gómez. Oriol Plá
Críticas
• Quizá toda película problemática puede endulzarse con algunas dosis de sentimentalismo, y será el jucio del espectador el que deba decidir si se ha sentido engañado, si cree que la película (o su director) ha sido honesta con él. La manipulación de las emociones obedece a ciertas reglas. Por problemático entendemos, por ejemplo, la enfermedad mortal y el suicidio. ¿De qué manera se aborda la historia de un hombre que ha decidido ahorrarse las desesperanzadas y dolorosas sesiones de quimioterapia en la fase terminal de un cáncer? Es la historia de Julián, un famoso actor de la escena (en la ficción y fuera de ella, interpretado por Ricardo Darín), que al principio de la película le advierte a su amigo de la infancia (intepretado por Javier Cámara) que no intente convencerle de lo contrario. Tomás ha viajado desde Toronto a Madrid para pasar cuatro días con su viejo amigo, con quien no se habla desde hace muchos años, con el objetivo precisamente de hacer lo que Julián no quiere que haga: convencerle de que a la muerte hay que pelearla hasta el final. • Hasta ahí la premisa argumental de Truman, bien sencilla y anunciada en los primeros minutos, que apenas se complica a lo largo del metraje y que se mantiene como el vector emocional y moral del film. Estamos invitados a convivir durante ese puñado de días con los dos amigos, Julián y Tomás, invitados a sentir el peso de una amistad inmune a la traición. Louis Malle dirigió en los sesenta una película, Fuego fatuo, que narraba el amargo itinerario de un hombre despidiéndose de sus amigos antes de suicidarse. En cierto momento, sobre todo cuando Julián coincide casualmente con el hombre a quien le robó su mujer (Eduard Fernández) y le pide perdón por ello, podemos pensar que estamos ante una versión contemporánea, española y menos grave, incluso cómica, de Fuego fatuo. Solo es un espejismo. A Cesc Gay también le interesan las despedidas definitivas (en ellas vuelca las emociones), pero lo que más le interesa es justificar a un personaje que no parece capaz de sentir nada ni por nadie ni por él mismo, un personaje al que supuestamente debemos admirar porque siempre va con la verdad por delante y no se esconde detrás de máscaras. Tampoco se esconde de la muerte. • Y entonces regresamos a la idea inicial: los temas problemáticos y las formas edulcoradas. Si les cuento que el relato busca redimir a su personaje con el amor hacia su perro (el que da título a la película, de hecho) y la devoción hacia un hijo al que apenas ve, concluiremos que con esos materiales se hacen los melodramas lacrimógenos y sentimentalistas. Y así es. Pero lo que hace especialmente interesante a Truman es que Cesc Gay, ese cronista de la soledad y las ansiedades urbanitas (que por primera vez sale de Barcelona para rodar en Madrid), trabaja el guion y las escenas con la inteligencia suficiente como para eludir las trampas emocionales, o al menos para enmascararlas y no hacerlas “tan” evidentes. El tono camina sobre un pepetuo drama que se quiebra en la comedia y viceversa, de manera que el calculado, simétrico y conclusivo guion (hay acaso más respuestas que preguntas) adquiere vida propia en las interpretaciones de Darín y Cámara. Quizá, en el cine de nuestros días, una película como Truman debe ser admirada no tanto por lo que consigue materializar sino por lo que logra evitar. • A favor: Las contradicciones internas de una película que, al final, consigue ser extraordinariamente eficaz en lo que busca. • En contra: La tendencia generalizada a conceder todo el peso de la película a las interpretaciones de dos grandes actores, y el peligro de que tanto Ricardo Darín como Javier Cámara se conviertan en caricaturas de sí mismos.
Premios
• Concha de Plata ex-aequo para sus dos actores principales, Ricardo Darín y Javier Cámara

