Tumba del papa Julio II (Roma)

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Tumba de Julio II.
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Obra de Miguel Ángel en la Basílica de San Pietro in Vincoli, Roma _ Italia
Datos Generales
Autor(es):Miguel Ángel
Año:Comenzada en 1467
País:Bandera de Italia Italia
Estilo:Barroco
Localización:Basílica de San Pietro in Vincoli, Bandera de Roma Roma


La tumba de Julio II. Obra de Miguel Ángel, ocupa el transepto de la Epístola de la basílica de San Pietro in Vincoli.

Los inicios

La relación de los della Rovere con este templo comenzó en 1467, cuando Paulo II se lo confió al cardenal Francesco della Rovere, en ese momento general de la orden franciscana, que pocos años antes había llegado a Roma, cuando la familia era todavía desconocida. Pero su rápida ascensión a los círculos más restringidos de la curia romana y su encumbramiento al papado como Sixto IV fue definitiva para que la iglesia cobrara gran esplendor e incluso se erigieran unas dependencias conventuales anexas.
El cardenal Giuliano della Rovere, después Julio II, sobrino de Francesco, continuó las obras de reconstrucción y fue quien levantó el claustro que hoy se conserva, que también incluyó apartamentos cardenalicios que seguramente utilizaron los otros cinco cardenales más de la familia que fueron titulares de la basílica.
Y estas circunstancias son las que explican que aunque en principio la tumba de Julio II, un colosal mausoleo exento, fuera a colocarse en la basílica de San Pedro del Vaticano, los avatares a los se enfrentó durante los cuarenta años que duró su elaboración, modificado para ir reduciéndolo hasta seis veces, hicieran que terminara en este emplazamiento en San Pietro in Vincoli, una basílica estrechamente vinculada a su familia.
Julio II acudió a Miguel Ángel] para la realización de su tumba, en ese momento trabajando en Florencia, en 1505. Aunque todavía era muy joven, ya había demostrado su genio en esculturas como la Piedad del Vaticano, terminada en 1499, con sólo 23 años, y el David, de 1504.

Descripción

Las dos damas

Las dos figuras a derecha e izquierda de Moisés son también de la mano de Miguel Ángel. Representan las dos hermanas Raquel y Lea de La Divina Comedia de Dante.
Lea fue la guía de Dante en su viaje al Paraíso. Le condujo a su querida novia Beatriz. El poeta encontró por primera vez a Lea cuando ella iba cantando por una vereda, cogiendo flores mientras decía: “Yo paso el tiempo tejiendo guirnaldas para mi adorno para cuando me veo en el espejo salga guapa. Pero mi hermana Raquél nunca deja su vestuario. Ella pasa todo el tiempo delante del espejo, admirando sus bellos ojos. Yo me contento con hacer; ella, solo con ver.” Pero estas dos figuras también se llaman, tal vez con más propiedad, “la vida activa” y “la vida contemplativa”. No parecen vanidosas ni frívolas como las dos hermanas descritas en la Divina Comedia.

El Sepulcro

Moisés es la figura central de la tumba del Papa Julio II, el pontífice que reclina sobre su sepulcro encima del Moisés.
El Papa Julio fue el gran patrón de Miguel Ángel. Además de este sepulcro, comisionó los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina.
Fue el papa renacentista por excelencia, más terrenal que espiritual, capaz de capitanear ejércitos y derrotar a enemigos poderosos. Asimismo, fue Julio quien ordenó el derribo de la vieja Basilica de San Pedro y la construcción de la actual.
La tumba es el resultado muy reducido de un proyecto grandioso. El Papa canceló el primero después de que Miguel Ángel ya trabajara en él y había ido a buscar los bloques de mármol en las montañas de Carrara; y las versiones posteriores de su sepulcro devinieron cada vez más recortadas.
Las otras estatuas del monumento, incluido el retrato del Pontífice, no son obra de Miguel Ángel, sino de cinco escultores menores. Aunque siguieron el diseño de Miguel Ángel y él les dirigió en parte y les dio sus consejos, no quedó satisfecho con su trabajo. No obstante, la estatua de Moisés, una de las figuras más impresionantes jamás esculpidas, asegura la memoria del Papa Julio.

La tragedia de la tumba

Primer proyecto

Tal como fue el proyecto inicial, hubiera sido una de las obras más importantes del Renacimiento. En palabras de Vasari, el diseño que Miguel Ángel presentó al papa, “en belleza y grandiosidad, riqueza de ornamentación y estatuaria, aventajó a cualquier tumba antigua o moderna jamás realizada.” Era una cámara funeraria de cuatro fachadas, adornadas con nada menos que cuarenta estatuas. Y su destino era la nueva basílica de San Pedro que el Papa mandó construir. Desgraciadamente este primer proyecto se ha perdido. Una reconstrucción de una de las fachadas es esta:
Tan pronto como Julio fue elegido papa (1506) llamó a Roma a Miguel Ángel para diseñar su tumba. Estuvo encantado con su diseño y le envió a las canteras de Carrara para sacar el mármol.
Al volver de las canteras, Miguel Ángel comenzó a esculpir las primeras figuras en Roma, y el Papa a menudo iba a visitarle mientras trabajaba. Charlaban como viejos amigos. Sin embargo, Julio poco a poco iba cambiando de idea. Tal vez fuera cuestión de dinero, que necesitaba para sus guerras. Miguel Ángel siempre creía que sus rivales Bramante y Rafael influyeron para que el papa abandonara el proyecto. Sea como fuese, un día cuando Miguel Ángel fue a pedirle dinero al Papa, se encontró con la sorpresa de que no le recibiría.

Segundo proyecto

Finalmente, ya viejo y enfermo, Julio volvió a pedirle que hiciese su tumba; y Miguel Ángel firmó un contrato con los representantes y herederos del Papa para un proyecto menos ambicioso que el primero.
Empezó a trabajar de nuevo con ilusión. Esculpió dos de sus mejores figuras: los llamados Esclavos, actualmente en el Louvre de Paris; y empezó a trabajar el bloque del gran Moisés. Pero al morir Julio, se paró la obra.
El nuevo papa, Leo X, tuvo sus propios proyectos y obligó a Miguel Ángel a trabajar para él. Sin embargo, los herederos de Julio no estaban dispuestos a consentir que Miguel Ángel dejara la tumba, aunque fuera bajo las órdenes de un papa, e insistieron que se atuviera a las obligaciones de su contrato con ellos. Al final, llegaron a un acuerdo las dos partes: compartirían a Miguel Ángel, que tendría que trabajar en los dos proyectos a la vez. Esto requirió de largas temporadas en las canteras para Miguel Ángel, y un trabajo duro y frustrante.
Y así, durante los siguientes cuarenta años, pasó algo similar al comienzo de cada nuevo papado: Los herederos de Julio insistieron en que Miguel Ángel cumpliese con ellos y el nuevo papa le encargaba sus propios ambiciosos planes. Como los papas tenían más poder y podían incluso alterar las leyes por decreto, siempre ganaron ellos en la disputa. Así, los Papas Clemente VII y Paulo III ordenaron las pinturas del Juicio Final y los frescos de la Capilla Paulina.
Sin embargo, no se dieron por vencidos los herederos con Miguel Ángel. Hubo tres contratos más y tres proyectos, y a lo largo de años Miguel Ángel diseño y empezó a esculpir muchas estatuas para ellos; pero una tras otra fueron desechadas porque las comisiones cambiaban y las figuras ya empezadas no encajaban en los nuevos proyectos.
Los herederos de Julio hicieron la vida imposible a Miguel Ángel. Le acusaron de incumplir con ellos. Creyeron que parte del dinero que Julio le había entregado por las pinturas de la Capilla Sixtina fuera destinada al proyecto del sepulcro y que el escultor simplemente se lo había quedado. Amenazaron con demandarle. La disputa duró años e hizo sufrir terriblemente a Miguel Ángel. Un hombre de gran sentido del deber, le torturaban estas acusaciones de deshonestidad. “Yo perdí toda mi juventud encadenado a esta tumba,” escribió. “Fue mi ruina.” En total hubo cinco proyectos de la gran tumba del Papa Julio II.
La estatua llamada “Victoria”, hoy en el Palacio Viejo de Florencia, probablemente fue creada para alguno de los cinco proyectos, pero, como no podía ser incorporada en el último, se quedo sin terminar en el taller de Miguel Ángel a su muerte.
Otras figuras para alguno de los proyectos de la tumba, son los llamados “Gigantes”, que, abandonadas por Miguel Ángel en distintas fases de su realización, parecen estar luchando para salir de los bloques de mármol que los aprisionan.

Véase también

Basílica de San Pietro in Vincoli

Fuentes

artículo [1] disponible en queaprendemoshoy.com consultado el 7 de diciembre de 2016
artículo [http://viajarconelarte.com/2015/01/la-tumba-de-julio-ii-en-san-pietro-in.html disponible en viajarconelarte.com consultado el 7 de diciembre de 2016
artículo [http://sobreitalia.com/2013/01/25/la-tumba-de-julio-ii-la-costosa-obra-de-miguel-angel/ disponible en sobreitalia.com consultado el 7 de diciembre de 2016
artículo [https://callegrande.wordpress.com/2015/09/03/moises-de-miguel-angel/ disponible en callegrande.wordpress.com consultado el 7 de diciembre de 2016