Uncastillo

Uncastillo
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Municipio de España
EntidadMunicipio
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaBandera de la Privincia de Teruel.png Teruel
 • ComarcaVilla de la prov. de Zaragoza
Población (2011) 
 • Total801 hab.

UncastilloVilla de la prov. de Zaragoza a 115 km. de la capital. Situada en la zona septentrional de la Depresión de Ebro (comarca de las Cinco Villas ), junto al rio Riguel (afluente del Arba), a 601 m. de alt. Temperatura media anual, 12,5 °. Precipitación anual, 700 mm. Población: en 2011, 801 hab.; en 1998, 920 hab.; en 1978, 1.131 hab.; en 1950, 2.834 hab; en 1900, 2.732 hab.

Enciclopédico

El último domingo de mayo se va en romería a la ermita de la Virgen de los Bañales, a la que acuden también los vecinos de pueblos comarcanos. Las fiestas patronales tienen lugar del 4 al 10 de septiembre, en honor de la Virgen de San Cristóbal, a cuya ermita se va en procesión. Desde 1979, a finales de julio se celebran los actos conmemorativos de los Cincuenta Caballeros, capturados por Almanzor en el año 994 y llevados como rehenes a Córdoba para garantizar la paz con el reino de Navarra, del que formaba parte Uncastillo. Una semana más tarde se celebra la Feria de oficios Artesanos, que en 2000 alcanzó la sexta edición. En agosto de 2000, con motivo del homenaje a la actriz Inocencia Alcubierre se celebró el Primer Festival de cine mudo, consolidado en los años siguientes. Forma parte del espacio Territorio Museo.

Historia Media

Su topónimo aparece en la documentación medieval como Unum Castrum y denota el origen militar de esta villa. Según una tradición, probablemente del siglo XI, un personaje musulmán llamado Ibn Walid colaboró en la conquista de esta localidad. Este hecho, sin poderlo precisar más, se fecha en los primeros años del siglo X. En el 971, Sancho Garcés II concedió un privilegio de ensanchamiento de la villa, convirtiéndose en una de las principales fortalezas. Con Sancho el Mayor aparecen los primeros tenentes en esta fortaleza, llegando a conocer más de veinte para los siglos XI y XII. Uno de ellos, Arnaldo de Lescún, se rebeló contra Ramiro II en la fortaleza de Uncastillo, no permitiéndole la entrada en la villa; sin embargo, los vecinos no secundaron esta acción y, al dominarse la situación, recibieron un privilegio de franquicia por haber entregado el castillo al rey. En 1264 fue concedido a Guillem de Montpellier por Jaime I y con Alfonso III pasó a manos de los unionistas. En 1363 se celebró la entrevista de Pedro IV de Aragón con Carlos II de Navarra y Enrique de Trastámara en la que se aliaron contra Pedro I de Castilla, proponiéndose su sustitución por el de Trastámara. Eclesiásticamente Uncastillo, como toda la Val d'Onsella, estaba incluido desde el siglo XII hasta el XIX dentro de los límites del obispado de Pamplona. Durante la Edad Media contó con numerosas iglesias: Santa María, San Martín, San Félix del barrio de Metina, San Juan, Santiago, San Mamés, Santa Cruz, Santa Eulalia, San Vicente y San Lorenzo o San Esteban del burgo nuevo, siendo la más importante la de Santa María, que recibió importantes donaciones. Así, en 1129, Alfonso I concedió a los clérigos de esta iglesia un privilegio de ingenuidad y franquicia para ellos y sus propiedades; en 1135, Ramiro II donaba diversos bienes para ayudar a su edificación; y en 1169, Alfonso II daba los fueros de Jaca a cuantos poblasen las heredades de esta iglesia.

Arte

Por decreto de 3-VI-1931 se declaran monumentos histórico-artísticos las iglesias de Santa María y de San Miguel, y por decreto de 12-V-1966 se declara conjunto histórico-artístico toda la villa de Uncastillo, comprendiendo la población y sus alrededores hasta quinientos metros desde las últimas edificaciones. La declaración de conjunto histórico-artístico hizo justicia a la importancia objetiva de los monumentos de Uncastillo, al tiempo que ha permitido iniciar a partir de la fecha de declaración una ambiciosa tarea restauradora, necesariamente lenta.

  • Castillo: Ha dado su nombre a la villa, derivado del medieval «Unicastello», y evidencia la importancia estratégica en la frontera de las sierras prepirenaicas con la tierra llana. Está emplazado en la peña Ayllón, a cuyo pie se agrupa la villa, formando un gran recinto amurallado, y en la zona más alta del mismo, hacia el norte, otro segundo, donde destacan las dos construcciones de mayor interés: en el ángulo norte del recinto, una torre de planta cuadrada, con el piso bajo abovedado por crucería sencilla, y dos más, que irían con techos planos soportados por arcos tajones apuntados; por su estructura puede considerarse la torre del homenaje, y por sus elementos góticos se data ya en el siglo XIII. Cerrando este recinto interior por el sur está el palacio de planta rectangular, con una torre adosada en el lado corto de occidente, a la que indebidamente se ha denominado «del homenaje», ya que no alberga sino una escalera de caracol para subida a la planta superior del palacio y terraza de remate; es un palacio de tipo residencial, habiendo subrayado su interés tipológico Cristóbal Guitart; se conserva el gran salón de la planta baja, formado por tres tramos cubiertos con bóvedas de crucería. Es de época de Pedro IV y de su encargado de obras en el palacio de la Alfarería don Blasco Aznárez de Borau (1356-58). Estas edificaciones góticas de los siglo XIII y XIV sustituyeron sin duda a otras anteriores de la época de la reconquista.
  • Iglesia de Santa María: En 1135 se data una donación de Ramiro II para la edificación de esta iglesia, a la que, en enero de 1155, Ramón Berenguer IV concede los diezmos de la villa; se consagra el 2-XI-1155, según los datos del importante cartulario editado por Martín Duque. Estas fechas se corresponden con las características artísticas. Es una fábrica románica, con ábside semicircular y tramo recto de presbiterio, y nave única, que consta de seis tramos, con la particularidad que los tres de los pies son más anchos, todos reforzados por tajones doblados y cubiertos con cañón ligeramente apuntado. Destaca la decoración escultórica, en especial de los capiteles del interior en la zona del ábside, y sobre todo la magnífica portada abierta en el lado sur, y formada por tres arquivoltas, de las que las dos interiores presentan gruesos boceles conformando la decoración. Es un taller de escultura, al que se ha denominado «maestro de Uncastillo», que representa escenas anecdóticas de la vida diaria, y sorprendentes por su carácter profano. Sobre la portada, los relieves de Cristo en majestad y un apóstol, que son del mismo taller, así como la portada de la iglesia de San Miguel (hoy en Boston) y la de la próxima localidad navarra de San Martín de Unx. Lacoste ha relacionado esta escultura románica con la zona francesa del Bearn.

La torre, como la del Salvador de Ejea de los Caballeros, y la de San Martín, también en Uncastillo, presenta un remate de carácter militar, con garitones de ángulo y flecha, en estilo gótico tardío. La ampliación más importante de la iglesia de Santa María, además de la sacristía, obra de Juan de Segura de 1535, es el magnífico claustro contratado en el año 1550 por Juan de Landerrayn (documentado por San Vicente), identificable con Juan de Landerri. En el claustro se ve la fecha de 1556, que coincide con los seis años y medio previstos para su edificación. Está dotado de ocho magníficas portadas renacentistas en puertas y bocas de capillas, aunque las bóvedas son de crucería estrellada. Del tesoro artístico de Santa María, destaca el retablo mayor con lienzos dedicados a la vida de la Virgen, la Asunción en su tema central, realizados por el pintor Jusepe Martínez y Lurbe, terminado en el año 1649; la titular es una talla de la Virgen sedente del siglo XIII, ya restaurada en el siglo XVII por el dorador del retablo Francisco Navarro; la mazonería es de Juan Fernández, carpintero de Uncastillo.

  • Iglesia de San Miguel: Relacionada con la de Santa María por la escultura de la portada, que fue vendida en 1915 al museo de Boston por el entonces obispo de Jaca, Manuel de Castro Alonso. La iglesia pasó a propiedad particular, dividida en dos viviendas, núms. 8 y 9 de la plaza del Mercado. Se ha respetado la fábrica, pero el interior está dividido en baja y dos plantas para habitaciones. Es de ábside semicircular y nave única de cuatro tramos, cubiertos con bóveda de crucería sencilla de arcos de medio punto, que constituye novedad en las iglesias de Uncastillo. Con numerosas marcas de cantería, tanto en el interior como en el exterior del ábside se lee la firma del cantero Garsia.
  • Iglesia de San Martín: Fue consagrada en el año 1179, y aunque su fábrica románica resultó muy modificada en el siglo XVI, se ha conservado el ábside semicircular, que al interior presenta una importante decoración de esbeltísimas estatuas-columna gemelas, que pudieron ser estudiadas en 1963 por la norteamericana Anne de Egry, al retirarse el retablo mayor, que las ocultaba. Son relacionables con la manera del escultor Leodegarius, que trabaja en la portada de Santa María de Sangüesa. También se ha conservado una portada románica, en cuyo tímpano se repite con torpeza el tema de los dos leones flanqueando el crismón de la portada occidental de la catedral de Jaca. Las obras del siglo XVI, que afectan a casi toda la iglesia, fueron realizadas por Juan de Landerri, el maestro del claustro de Santa María, entre 1554 y 1557.

De la magnifica colección de retablos de la iglesia de San Martín, entre los que sobresalen los de pintura del siglo XVI (tema al que ha contribuido con notables aportaciones en su tesis doctoral Carmen Morte García), es obligado mencionar el retablo mayor, dedicado al titular; es obra documentada en 1520 del pintor Martín García, con posible colaboración de taller; se trata de un artista formado con los últimos maestros del gótico, pero que evoluciona hacia el renacimiento germánico, con influencias italianas en los fondos arquitectónicos. El retablo de la Virgen, de hacia 1530, presenta influencias de la pintura navarra de la época. La sillería del coro, tallada en nogal, con tableros decorados con temas platerescos y medallones en altorrelieve, es obra singular del siglo XVI. De las piezas de orfebrería sobresale una cruz procesional del platero Jerónimo de la Mata, de 1567, y un busto de San Martín, de 1601, del platero Jerónimo Pérez de Villarreal. Actualmente alberga el Centro de Interpretación de Arte Religioso del Prepirineo.

  • Iglesia de San Juan: Destaca del resto de las románicas de la villa por su planta de cruz; los brazos del crucero impropio, más bajos que la nave, presentan sendos absidiolos, no acusados al exterior. En el de la derecha se encuentra el conjunto de pintura mural, restaurado, con el tema de Cristo en Majestad, al que se aproximan y veneran los peregrinos, junto con dos escenas de la vida de Santiago; está relacionado con la devoción al apóstol Santiago en el ámbito de las rutas de peregrinación a Compostela. Junto al bizantinismo general de la pintura románica tardía en la segunda mitad del siglo XIII, se aprecia en este importante conjunto mural un naturalismo expresivo en la representación del atuendo de los peregrinos y soldados.
  • Iglesia de San Felices: Es iglesia románica. dotada de cripta, y con ábside semicircular y nave única de tres tramos, abovedados con cañón apuntado. Lo más interesante es la escultura de las dos portadas, con el martirio de San Felices en el tímpano de la portada sur, y dos ángeles teniendo un crismón en el tímpano de la portada norte. Abbad Ríos los atribuyó al escultor románico, maestro anónimo, conocido como «maestro de Agüero o también «maestro de San Juan de la Peña», por haber trabajado en estos conjuntos.

A este mismo escultor correspondía la decoración de la Iglesia de San Lorenzo, de la que Abbad Ríos pudo ver en pie el muro meridional, con su portada y tímpano con el martirio del titular, y algunos capiteles. Ya los propietarios de entonces habían derruido lo que faltaba, y posteriormente se continuó la misma práctica.

  • Iglesia de San Andrés: Emplazada en la calle de Mediavilla, forma conjunto con el palacio, sirvió de capilla funeraria para el obispo don Pedro del Frago, cuyo sepulcro con yacente va rodeado con verja de forja. La capilla es de tres naves separadas por columnas y con techumbre plana, siendo lo más sobresaliente el conjunto de pintura mural, uno de los más destacados del siglo XVI en Aragón, dirigido por el pintor de los duques de Villahermosa, Rolan de Mois, según Carmen Morte.
  • Casa Consistorial: Ha sido restaurada. Lleva en la portada la fecha de 1568. Es uno de los más nobles ayuntamientos aragoneses del siglo XVI; de su disposición interior merecen destacarse los calabozos, formados por dos estancias superpuestas, de planta cuadrada, en los pisos bajo y noble, y abovedadas por medio de trompas de ángulo con cúpulas sobre nervios, al igual que el cuerpo de campanas de la torre de Sádaba. En la planta noble del Ayuntamiento se conserva el gran salón capilla, con la verja de separación del presbiterio.

Del resto de la arquitectura civil de la villa, que constituye un conjunto urbano del mayor interés, con predominio en las casas de la piedra de cantería, regular y bien escuadrada, hay que destacar un edificio medieval, de estilo gótico, próximo a la iglesia de San Martín, conocido popularmente como «la lonjeta»; su planta baja, muy abandonada, consta de dos naves separadas por pilares, y dividida cada una en tres tramos por arcos diafragma apuntados; en la noble abre una ventana con arcos gemelos apuntados. Parece coetánea de las obras góticas del castillo.

Fuentes