Vinicio Pedro Herrera

Vinicio Pedro Herrera
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Vinicio Pedro Herrera
NombreVinicio Pedro Herrera
Nacimiento3 de septiembre del 1922
Bauta, Artemisa, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
PadresFlorencio
Amancia


Síntesis Biográfica

Vinicio nació en Bauta, el 3 de Septiembre del 1922, en la calle Juan Bruno Zayas No. 26, entre Bandera y Trevejo (148 entre 243 y 245). Su padre se llamó Florencio, era albañil reverberista que construía hornos para panaderías, ingenios azucareros, etc... Muchas de sus obras forman parte de la historia de Bauta, entre las que se encuentran la base del Monumento a las Madres del Sardiné, el enchape con cerámica de la Cúpula del Campanario de la Iglesia Católica Municipal, la Torre del antiguo Ayuntamiento (hoy Policlínico Municipal) entre otras.


Florencio fue hijo de esclavos de la finca “Barbón” en Alquizar. Su mamá se llamó Amancia y era nativa de nuestra localidad; muy joven comenzó a trabajar, haciéndolo en el despalillo de un español llamado José que estaba donde hasta el 2007 quedaban los restos de lo que fuera la bodega de Evelio Hernández en 150 y 245 y posteriormente en otro despalillo cuyo dueño era conocido por Nardo, también español, que estuvo ubicado entre la actual Secundaria Básica“Camilo Torres” y el Restaurante “La Campana China”.

Sus Historias

Comenta el entrevistado que su mamá le contaba muchas cosas de cuando la colonia y la seudo-república en su período inicial; por ejemplo, que la famosa concentración weyleriana comenzó en Bauta por la finca “Pallares”, donde nació el politicastro Benito Remedios “el Zar de la piña en Cuba”; allí hubo barracones de negros esclavos. También le contaba que Baldomero Acosta daba grados militares sin contar con nadie, que le dio el grado de Capitán a un tal Gener que después fue Jefe de la Policía en Bauta y fue tremendo abusador. De Baldomero Acosta decía que este huyó a EUA porque un hombre en una reyerta le había dado un tiro por el que Baldomero quedó “muengo” de una oreja.

Sus estudios

A los 5 ó 6 años de edad, Vinicio fue al kindergarten (pre-escolar) que quedaba aledaño a la casa de Eduardo Ordaz en 251 No. 15412, y que después pasó a otro que estuvo ubicado donde actualmente está la Óptica Municipal, en 249 y 148.

En el 1929 comenzó los estudios primarios en la “Escuela Pública No. 1 Carlos Valdés Rosa”, que en aquella época estaba en el espacio que hoy día ocupan en 251 las casas desde el 15606 hasta el 12, casi frente a la antigua “Casa de Socorros”, logrando vencer el 6º grado.

Su oficio

Apenas cumplidos los 10 años, aprendió el oficio de zapatero, cuyo profesor lo fue un anarquista expulsado de Alquizar llamado Cristóbal de Quesada. Este oficio le proporcionó algún alivio a la familia que se encontraba en crisis económica.

Por carecer de medios económicos, Vinicio no pudo seguir los estudios secundarios, pues estos se realizaban solamente en Marianao, por lo que tuvo que dedicarse - además de la zapatería - a la venta ambulante de tabacos que conseguía por mediación de su primo Pablo Aróstegui y Abilio Guía.

Su trabajo

El primer Centro Obrero que conoció estuvo ubicado en una casa de madera que hoy corresponde a la dirección calle 154 No. 24716. Allí se desarrollaban los Gremios varios que componía la masa obrera del Municipio. La lucha contra Machado tuvo en ese Centro a sus principales activistas, quienes con innumerables huelgas aportaron su cuota en el derrocamiento del tirano, y entre los que se encontraban Luciano Damas, Laureano Sanetti, Aurora Arencibia, y otros. Nos comenta Vinicio que el primer obrero que recuerda como expulsado de la Textilera por su labor militante, fue Juan Morales Perera (hermano de Orlando “Pelusa”, del que hablamos en este libro).


En aquella época las huelgas estaban “en su apogeo”, y en el local que fuera la Fábrica de Tabaco “El Hierro”, propiedad de la Trust Company que sufriera un boicot por los bautenses, se instaló una verdadera Fábrica de Calzado que pertenecía a un judío llamado Burah Gell, que fomentó distintos modelos y varias marcas, entre la que se encontraba “Odesa”. (El local de esta Fábrica de Calzado, estuvo ubicado en el espacio que ocupa hoy el Supermercado de Santa Emilia). Posteriormente, en los bajos del edificio de la Fábrica de Calzado se instaló en un taller para la fabricación de jabones; allí se ubicó más tarde una “Escuela Primaria” conocida como “la jabonera”. Este taller de producción de jabones fue instalado recién iniciada la “Guerra Civil Española” en el 1936, pues según recuerda Vinicio, en ese año fue con su primo Pablo a un acto en la cervecería “La Polar” en el que usó de la palabra Blas Roca Calderío en presencia de Federico Domingo que representaba a los republicanos españoles en Cuba a través de una organización llamada SACE (“Sociedad de Amistad Cuba-España”), que enviaba donativos al pueblo español en guerra.

Pues bien, el entrevistado consiguió trabajo en aquella Fábrica de Calzado, en la que ganaba 6 ó 7 pesos semanales, pero al disminuir la venta del calzado elaborado en Cuba al ser invadido el Mercado Cubano por zapatos extranjeros, tuvo que dejar ese oficio. Esta invasión de calzado foráneo entraba sin la correspondiente Inspección Aduanera, pues se enviaban los zapatos del pie derecho como si se tratara de muestras – las cuales no pagaban impuestos - por el Puerto del Mariel, y los del izquierdo por el de La Habana, para que luego los implicados “cazaran” los pares y los ponían en venta burlando el fisco. Aquel negocio solo beneficiaba a personeros del “Gobierno y Aduanas” en detrimento de la Economía Nacional.

Miembro de la Juventud Socialista

En el 1938 ya Vinicio era miembro de la “Juventud Socialista” en la que conoció a varios dirigentes nacionales como Joaquín Oldoski, Lucas Pino, Severo Aguirre, Aida Pelayo, Natacha Mella (t) y otros que, según él, eran de la “Internacional Comunista”, como Flavio Grobart, al que conoció personalmente a través de “Pepe” Pego Barranco.

De aquella época recuerda con nostalgia la “Guardia de Honor” que se le brindó a las cenizas de Julio A. Mella cuando se trajeron de México, y estaban custodiadas por cuatro mujeres “polacas” (así se les denominaba a los judíos), en cuyos pechos llevaban atravesadas unas cintas rojas en la que enfundaban pistolas y a coro gritaban: “¡Salud, camaradas, que Dios no existe!”.

Otros comunistas de la época que tuvo oportunidad de conocer personalmente fueron Guillen, Marinello, Raúl Roa y Gustavo Aldereguía.

De la “Juventud Socialista” en Bauta recuerda a Guillermo Rodríguez que fuera “Presidente Municipal”, cargo que después fue ocupado por Raúl “El Cabo” Díaz Girado, a Alfredo Herrera, Pedro Alejo, el “Galleguito” (pintor que aún vive detrás del “Círculo Social Primero de Mayo”), Antonio Perdigón, Aldo González Torres, José “Pepe” Borges (“Pepe el boticario”, cantante de tangos) entre otros. El “Presidente de la Juventud Socialista Nacional” por aquella época lo fue Severo Aguirre.

Retoma su trabajo como zapatero

A finales de la década del 30 volvió a sus andanzas como zapatero, pues consiguió trabajo con Eligio Cárdenas, dueño de una Fábrica de Calzado que trajo de “Los Pinos” e implantó en Bauta en un local detrás del “Puesto de los Comunistas”, en 150 entre 251 y 253. En aquella fábrica se producía calzado para niños con la marca “Cárdenas’ Shoes”, los que ponía a la venta en la Peletería a la que llamó “Casa Cárdenas”.

Su trabajo en construcción de la Base Aérea

Al comienzo de la “Segunda Guerra Mundial”, Vinicio trabajó en la construcción de la “Base Aérea de San Antonio de los Baños”, que estaba a cargo de la Compañía Norteamericana “Calluga Corporation”- como se le escucha pronunciar -, donde uno de sus principales contratistas era J. Ronger, hermano de Fredd Ronger que fue el superintendente de la Textilera “Ariguanabo” y mano derecha de Dayton Hedges; allí en la “Base” logró llegar a ser Jefe de una Brigada de Electricistas, logrando también amistad con J. Ronger, además de por su buen trabajo, porque dominaba algo el idioma del gringo. En el 1942 se terminó la construcción de la Base Aérea que le proporcionó mejoría económica a Vinicio al ganar 10 centavos la hora. Antes de irse, pudo entrevistarse con el americano al que le solicitó una “Carta de Recomendación” para presentársela a su hermano Fredd en la Textilera. Por ser negro, mucho trabajo pasó para que Fredd lo atendiera, sin embargo su insistencia y necesidad de trabajo superó la barrera de la discriminación racial, y el 11 de Abril del 1942 - fecha que nos dice con precisión y orgullo - comenzó a trabajar en la Textilera “Ariguanabo” como barrendero de los telares. Nos confiesa Vinicio que él mismo se sorprendió cuando vio la “Carta de Aceptación”, pues de más de 2000 trabajadores que había en la fábrica en aquel momento, solo 35 eran negros; Carlos y Félix Arrondeo Aróstegui, primos de Vinicio, fueron el 26 y el 28 en esta lista de negros trabajadores de Ariguanabo... Él hizo el número 36. Recuerda que lo primero que le advirtieron fue que si faltaba un día tenía que comprometerse a trabajar sin faltar durante 6 meses, y si faltaba un día de estos 6 meses, que no volviera a la fábrica. Sabía muy bien que tenía que cuidarse, pues él era el sostén de la casa y recientemente había pasado a militar en las filas del PSP, Partido que no era “bien mirado” ni por los americanos ni por sus lamebotas.

Huelga Obrera en Octubre de 1944

En Octubre del 1944 se produjo la “Gran Huelga Obrera” que promulgaba la sustitución del Sindicato “Amarillo” de la Patronal, en la que Vinicio participó junto a los trabajadores del gremio que lucharon por esto hasta alcanzar el objetivo, gracias también a los dirigentes de los trabajadores de esa época.

Jesús Menedez Larrondo

El 7 de Diciembre del 1947 vino a Bauta el joven líder azucarero, Representante a la Cámara por Las Villas, Jesús Menéndez Larrondo, invitado por la Sociedad bautense de “personas de color”, “La Unión”, para realizar un panegírico sobre Antonio Maceo. Para esta actividad la “Dirección de la Sociedad” había invitado a las Logias (Masónica y Caballero de la Luz) de Bauta, que no asistieron por tratarse de “La Unión”. Vinicio participó en este acto donde el líder de la FNTA (Federación Nacional de Trabajadores Azucareros) hizo una verdadera disertación sobre el “Titán de Bronce”. Posteriormente Menéndez almorzó en casa de los Pedro-Herrera. Recuerda nuestro entrevistado que Jesús venía acompañado de su padre, Carlos Menéndez, y que vestía un traje azul. Una vez terminado el almuerzo se quitó la corbata que llevaba al cuello y la dio de regalo a Vinicio como una muestra de agradecimiento, quien con celo la conservó hasta que el 18 de Enero del 2007 la donó a través de los autores del presente “a la Oficina del Historiador de la Ciudad”, Dr. Eusebio Leal Spengler.

Recordaba Vinicio que en una ocasión hubo un juego de pelota entre los equipos de Bauta y del Central “Toledo” en los predios de este último. Aquel juego era decisivo, por lo que acudieron muchos bautenses a apoyar al Equipo Municipal. Por otro lado, Jesús Menéndez se preparaba para hablarles a los trabajadores azucareros. Vinicio iba en el tumulto y al reconocer a Jesús fue a saludarlo recibiendo una respuesta recíproca del líder que se comía una galletica de soda con un boniatillo y una “Salutaris” - refresco de limón de botella grande codiciada por los pobres de entonces. En ese momento llegó un soldado que le dijo a Jesús que lo acompañara, que el Teniente del Puesto lo había mandado a buscar. Sin inmutarse, el líder azucarero le contestó que él iría después de hablarles a los trabajadores. Acompañaba a Menéndez el también líder de la FNTA Francisco Calasier. - “... Muchos de los que íbamos a ver el partido de pelota nos desviamos y fuimos a oír a Jesús Menéndez - rememora Vinicio - que en una de sus vibrantes frases dijo: - “...en la punta de la mocha hay que poner la Cláusula de Garantía del Diferencial Azucarero”. Vinicio sintió siempre gran admiración por aquel líder, vilmente asesinado el 22 de Enero del 1948.

Su explusion de la Textilera

En el 1949, estando Carlos Prío de “Presidente de la República”, Vinicio fue expulsado de la Textilera por apoyar a la “Sección Sindical Obrera” y por ser denunciada su actividad militante en el PSP. Otros de los expulsados fueron Taurino Acosta, Félix Gómez, Eugenio Felipe, Lola Perera y algunos más. Unos pocos tuvieron la suerte de ampararse a la “Ley de Subsidio” que existía recibiendo 30 pesos mensuales. Un tiempo después consiguió trabajo como “suplente”, hasta que lo nombran fijo a los dos años. Este tiempo no querían reconocérselo para su antigüedad, por lo que tuvo que luchar duro para que se lo admitieran.

Su participación en actividades relevantes

Vinicio participó en la reunión de “La Vallita” en la que Fidel hizo uso de la palabra. Conoció a Ventura Dellundé, a Pelayo Cuervo, Orlando Rodríguez y a muchos otros dirigentes ortodoxos a su paso por Bauta. Participó en cuanta huelga obrera hubo y fue electo en Asamblea, “Delegado de la Sección Sindical” de su Departamento en la Textilera.


Triunfo de la Revolución

Al triunfo de la Revolución, por orientación del PSP, una vez tomado el “Cuartel de la Guardia Rural”, sacó muchos documentos de valor de sus archivos, los que fueron escondidos en la casa de Guillermo Rodríguez, y cuya información fue utilizada posteriormente.


Su trayectoria Revolucionaria

Fue fundador de la “Milicias Nacionales Revolucionarias” conjuntamente con el grupo preparado por el PSP llamado “Comisión Barberos y Peluqueros”, que fueron parte del germen de nuestras Milicias, así como obtuvo la Condición de Fundador de los CDR.
Se considera oportuno reconocer que en el año 1959 existían políticas diversas que mermaban la unidad de los Partidos que a principios de la Revolución aún existían. Elementos anticomunistas se apartaban de los individuos que, a pesar de ser revolucionarios como ellos, no simpatizaban con el comunismo. De esa forma, un grupo del “Movimiento 26 de Julio” dirigido por “Cateto” (hijo), hizo - al igual que los auténticos - una milicia aparte a la que llamaban “La Cateta”, que participaron en actividades en la “Base Aérea de Baracoa”, destacándose por sus boinas azules. Tenían profesores Rebeldes que les enseñaban disciplina militar, mientras otros Rebeldes también daban clases a los del PSP. Se logró enviar a este último grupo a la “Base Aérea de Baracoa” para que recibieran entrenamientos junto a los miembros de “La Cateta”, teniendo algunos altercados en su inicio, hasta que el “Jefe de la Base” discutió fuerte con ellos recalcando que todos, sin excepción, eran revolucionarios y que era imprescindible la unidad, que finalmente se logró después de muchas otras broncas.

En el 1960 Vinicio ingresó en el Batallón 132 pasando una “Escuela Militar” en “El Esperón”; este Batallón recibió las armas en la “Casa Municipal del Miliciano” llamada “Camilo Cienfuegos” de la que el Teniente Aguirre era su Jefe. Aquel día estuvo en la entrega de las armas Osmany Cienfuegos, hermano del desaparecido Comandante Camilo Cienfuegos. Pocos días después el Batallón realizó la caminata de los 62 kilómetros, la que Vinicio culminó convaleciente aún de un esguince de tobillo. Posteriormente lo trasladaron al Sector 4 en el Hotel “Comodoro”, integrando el Batallón 167, donde fue “2º Jefe de la Ligera de Combate”.

En Abril del 1961 el Batallón recibió un entrenamiento forzado, pues había indicios de una posible agresión armada. El Jefe era Martín Stawton Acoy. Y en la mañana del día 15 partieron hacia Girón, pero al llegar a Matanzas, el Batallón fue destinado a reforzar la defensa del Litoral Norte de la Provincia habanera limítrofe con Matanzas.

En el 1975 Vinicio recibió el carné que lo acredita como militante del PCC.

En los CDR dirigió en el ámbito de Base y Municipio el frente de Salud hasta el 1983. Participó en dos Congresos Nacionales de los CDR, así como en uno de la CTC.

Condecoraciones

Es portador de las medallas

  • “Fundador de los CDR”
  • “Vigilancia CDR-MININT” (20 años)
  • “José Ramón Martínez” del SNTIL.

Actualidad

Ya Vinicio tiene 85 años de edad y aún le quedan fuerzas para dar a conocer la historia que le contaron sus padres primero, y después la que personalmente vivió. Actualmente es alumno de la “Universidad del Adulto Mayor”, pues refiere que “Nunca es tarde para aprender algo nuevo”. Su prodigiosa memoria es digna de admiración... Y raras veces, cuando le preguntan algo que realmente no sabe, se sonríe, mira de frente y dice: “No, eso no lo sé”. No obstante los avatares de la vida, Vinicio sigue regalando sonrisas con sus anécdotas, y también buenos consejos, para al final preguntarnos: “¿Algo más que quiera saber...?”. Aún lo vemos con su andar rápido y semiencorvado hacia delante, muchas veces con su carretilla recogiendo materia prima, pero siempre con su característica sonrisa y su gorra a lo “la Serie”. Así es de modesto y sencillo Vinicio Pedro Herrera, al que hemos catalogado como “la enciclopedia viviente de Bauta”.


Fuente


(Tomado del Catauro bautense del Ing. Omar Ríos González y el Dr. Eduardo Ordaz Callejón).