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Revisión del 14:07 31 may 2012
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En los Glaciares del Pamir. Este libro relata acerca de cómo entre los hielos “Perpetuos” del Parir se halló la explicación de una paradoja geográfica de Asia Central.
Resumen
El libro del conocido glaciólogo soviético, participante en expediciones árticas, antárticas y de alfta montaña, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS, V. M. Kotliakov, «En los glaciares del Parir», expone de forma viva y comprensible los éxitos y consecuciones de los glaciólogos soviéticos en el Asia Central. Este problema tiene también gran importancia en casi toda la América del Sur, donde los glaciares también constituyen la fuente principal de las aguas de regadío y pueden ocasionar peligros, las crecidas de agua y hielo.
Sobre el libro
Este libro cuenta de de tres partes:
- primera parte: Conocimientos Iniciales.
- Segunda parte: Expedición Aero-glaciológica.
- Tercera parte: Dos veranos en el Parir oriental.
Prólogo
Corría el año 328 antes de nuestra era. Los habitantes de los escasos kishlak –aldeas— y los desarrapados caminantes que cabalgaban en asustadizos jumentos se apartaban aterrados y contusos. Una enorme polvareda se elevaba sobre el viejo camino comercial. Lo que avanzaba por él no era una caravana de mercaderes ordinaria, con mercancías de países remotos, sino un ejército grandioso. Los soldados caminaban despacio, conversando entre sí cansadamente. A la zaga marchaban centenares de camellos muy cargados. A la cabeza, montado en un corcel de poca alzada pero buena planta, iba Iskander el Grande. Miraba pensativo hacia el [oriente]], como si se esforzara por distinguir la India, el maravilloso país objeto de esta campaña. Hace ya muchos meses que el ejército de Alejandro Magno marcha hacia el oriente. Este antiquísimo camino atraviesa un desierto que parece no tener fin. La escasez de alimentos, el calor y el polvo deprimen la moral de los soldados. Y a no ser por los ríos caudalosos que corren en medio de las arenas, las penalidades serían insufribles. Bien entrada la noche salió Alejandro de su tienda, miró afligido las inaccesibles montañas, de donde venían las aguas de un río torrencial ancho, y dio. la orden de prepararse para el retorno. Esto tenía lugar a la orilla del río Politimet, afluente deél gran Oxus. Transcurrieron 2300 años y, lo mismo que en la época del imperio de Alejandro Magno, la vida del Asia Central depende totalmente de los dos ríos que cruzan la zona remontañosa del Tien-Shan y del Parir y que a través del desierto llevan sus aguas al mar de Aral. Los remotos sistemas de regadío, enterrados hoy por las arenas, han sido sustituidos por otros que, lo mismo que aquéllos, se nutren de las aguas del Sir-Dama y Amu-Daria. En nuestro tiempo aumentan rápidamente las superficies dedicadas a huertos, melonares y campos de algodón; cada vez necesitan más agua estas tierras. El verano del año 1965, en un pueblecito a orillas del lago Issyk-Kul, se reunieron cerca de 200 glaciólogos —especialistas en hielos naturales— soviéticos. Aquí, en el tercer Simposio de Glaciología de la URSS, se trató del pasado y futuro del Amu-Daria y de la transformación de la economia hidráulica de esta parte del Asia Central. Se discutieron con especial acaloramiento las propuestas de aprovechar los glaciares para aumentar el caudal de los nos de esta zona. Puede aumentarse el caudal de los ríos del Asia Central los años de sequía? —preguntaban los agricultores. Sí —respondían algunos glaciólogos—, deshelando artificialmente los glaciares. En su tiempo Alejandro Magno observó ya que, en la zona [[prernontañosa] del Parir, los campesinos cubrían la nieve con tierra, a principios de la primavera, para que se derritiera antes. No —decían otros—, eso no puede hacerse, porque la intensificación del deshielo de los glaciares puede ser causa de su degradación, la cual ya se produce rápidamente por vía natural. —Pero la intensificación artificial del deshielo, recubriendo de polvo la superficie del glaciar, sólo será necesaria algunos años de sequía y en áreas limitadas. -No obstante, las pérdidas adicionales de hielo pueden originar un proceso irreversible de disminución de los glaciares.
- En tiempos de Alejando Magno llamaban Politimet al hoy río Zeravshán, y Oxus, al Amu-Daria.
-Eso no ocurrirá, ya que si el glaciar pierde una parte de su masa, en cuanto haya un año de nieves abundantes tenderá a volverla a aumentar hasta las dimensiones correspondientes al clima actual. - Es posible que así sea, pero no tenemos pruebas de ello, y tampoco está claro si el clima actual puede considerarse favorable o no para la existencia de los glaciares. — Una demostración indirecta del restablecimiento de los glaciares puede ser su rápido crecimiento en los volcanes en actividad después de las erupciones, como ocurrió en Alaska y en México. — Sin embargo, en esos casos tienen lugar grandes destrucciones de los glaciares, mientras que con el recubrimiento artificial de polvo nosotros provocamos en ellos variaciones lentas y dirigidas, que no podemos considerar convenientes. — El deshielo artificial de los glaciares afectará solamente a una parte insignificante de ellos y no podrá influir sensiblemente en el estado general de la glaciación actual del Asia Central. - Cómo puede hablarse de una parte insignificante, si desconocemos la cantidad de hielo que hay actualmente en las montañas del Asia Central y el régimen de los glaciares a las grandes alturas que caracterizan la glaciación en esta zona? Esta discusión no fue casual. En el año 1965 era todavía muy poco lo que conocíamos acerca del régimen de los glaciares del Asia Central. La glaciación del [Parir]], donde se hallan las fuentes del Amu-Daria, sólo había sido descrita en un libro publicado diez años antes, es decir, en 1955. Los debates del simposio de lssyk-Kul confirmaron la necesidad de estudiar de un modo serio y planificado la glaciación en la cuenca del Amu-Daria. De este trabajo se encargó el Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de la URSS, que organizó una expedición al Pamir. Esta tenía como misión catalogar los glaciares de una gran parte del Pamir y estudiar su régimen. En 1968 comenzaron las investigaciones de campaña de esta expedición, en la cual tomé parte trabajando durante cinco anos. En las páginas de este libro hablaré de los trabajos de esta expedición, la mayor parte de los cuales fueron llevados a cabo entre las nieves y hielos de alta montaña. Durante el proceso de investigación pudimos visitar muchos lugares del Pamir y conocer la naturaleza, las gentes y la historia del país. El cuadro de nuestros viajes quedaría incompleto si omitiese la narración de los medios para conocer la naturaleza del Parir, la vida de sus pobladores y las costumbres locales Los acontecimientos a que me referiré en el libro datan de los años 1968—1973. Durante estos años tuvimos no pocas alegrías y disgustos, sin los cuales quizá sea imposible la vida expedicionaria. Mi deseo es que las secas hipótesis sobre la nieve, los hielos y el agua cobren vida, ya que de base para su conocimiento sirve el amor humano por la naturaleza, por la ciencia y por los hombres. En el libro se incluyen fotagraffas que ilustran la naturaleza del Parir y nuestra vida. Como es lógico, estas fotos no pueden suplir las impresiones reales que produce la vista de la naturaleza, porque, como decía Nasreddin, el olor del asado no puede saciar el hambre.
Epílogo
Nuestro relato toca a su fin. Su fábula fue dictada por la vida ordinaria de una pequeña expedición que investigó los glaciares del Parir. Pero el fin principal de este libro es hablar de glaciología y de la naturaleza del parir. La paradoja del desacuerdo entre la desértica Asia Central y los caudalosos ríos que sirven para regar sus campos, que asombró más de una vez a los forasteros desde los tiempos de Alejandro Magno, está ahora definitivamente explicada. Todo resultó ser fácil y ordinario: en las montañas caen precipitaciones suficientes para alimentar los glaciares y los ríos que salen de ellos. Pero, ¿es, acaso, todo tan fácil? Claro que no. En el Pamir hay aún muchas cosas desconocidas y no resueltas. En el estudio de los fenómenos naturales ocupa un puesto muy importante la intuición científica de los naturalistas, basada en la «visión» y en los conocimientos exactos. Pero si los conocimientos exactos se adquieren en los libros y en las mediciones correctamente planteadas y meticulosamente realizadas, la «visión» de la naturaleza aparece como resultado de una enorme experiencia particular de hacer observaciones e investigaciones en la naturaleza. Precisamente a esto nos referíamos en el libro. Los acontecimientos de que hemos hablado en él atestiguan el carácter multifacético de las relaciones mutuas entre el hombre y la naturaleza y confirman una de las verdades más importantes: para comprender la naturaleza hay que saber verla, hay que sentirla. Puede ser que nosotros hayamos tenido suerte, pero nuestra expedición estuvo extraordinariamente unida y las relaciones entre los participantes en ella se distinguieron por su benevolencia y cordialidad. Así debe ser. Esto precisamente permite superar todas las dificultades y adversidades del largo camino. Los secretos que queremos descubrir están escondidos muy lejos en los glaciares y cerrados con los siete candados de los elementos dé la naturaleza. Para vencer todos los obstáculos se necesita una firmeza y un temple especial, mucha tenacidad, conocimientos y amor a la ciencia y a la naturaleza. Estas virtudes caracterizan a los glaciólogos, que se forjan en el objeto mismo de sus observaciones, frío y poco accesible. La glaciología es una ciencia nueva, en rápido desarrollo, que cada vez ocupa un puesto más destacado en la familia de las ciencias que estudian la Tierra. Su importancia en el conocimiento de la naturaleza de nuestro planeta se debe a que el clima de toda la esfera terrestre depende mucho de la glaciación actual, porque los glaciares controlan el nivel del océano universal y la historia geológica contemporánea y el devenir de la humanidad están ligados inseparablemente con la glaciación, y el desarrollo futuro de la Tierra depende de si se produce o no un nuevo crecimiento de los glaciares. Tiene gran importancia. el papel de la glaciología en el aprovechamiento por el hombre del medio natural. El cálculo de los recursos de aguas potables es imposible si se desconocen las reservas de ellas que contienen los glaciares. El desarrollo de la ciencia y de la técnica suscita la necesidad de dominar las regiones polares y de alta montaña, en las cuales los glaciares determinan la faz de la naturaleza. El progreso de la humanidad obliga a intensificar la lucha contra los aludes, los avances bruscos de los glaciares y otras catástrofes de carácter glaciar. La utilización racional y la transformación de la naturaleza hacen necesaria la previsión de los fenómenos naturales relacionados con la nieve y el hielo. En la URSS se llevan a cabo investigaciones muy amplias en la rama de la glaciología, pero se realizan de un modo disperso. No dudo que en un futuro próximo se creará en la Academia de Ciencias el Instituto de la Nieve y el Hielo y en el Servicio Hidrometeorológico comenzará a funcionar un servicio constante de observación de los glaciares. Se harán un Catálogo de los glaciares y un Catastro de aludes, y se publicará el Atlas de los recursos de nieve y hielo. Los rincones menos accesibles se explorarán por medio de un Laboratorio Glaciológico volante, montado en un helicóptero, y las observaciones glaciológicas se harán desde los [[[satélites]] artificiales de la Tierra y desde estaciones orbitales. Entre los cosmonautas pronto habrá glaciólogos. Y, ¿qué será del Pamir? A medida que estas montañas se vayan dominando, se trazarán nuevas carreteras, se crearan complejos turísticos, parques nacionales y se organizará un servicio especial de previsión de catástrofes naturales. Los éxitos de las investigaciones y de la dominación del Pamir dejarán muy atrás los pequeños logros de nuestra expedición. Las observaciones con helicóptero a grandes alturas se harán ordinarias y muchos parámetros se medirán a distancia, sin necesidad de visitar los glaciares. Aparecerán nuevos libros sobre trabajos de glaciólogos en otros rincones aún menos accesibles de nuestro planeta, pero tardarán mucho en olvidarse los primeros pasos, no siempre seguros, pero cada vez más firmes, de los primeros investigadores de los glaciares del Parir, entre Tos cuales yo incluyo a nuestra pequeña expedición.
Índice
Prólogo 5 Primera parte Todo camino tiene su comienzo 11 Caminos y senderos 21 Sin caminos ni senderos 49 Un helicóptero sobre los glaciares 68 Segunda parte Circunvalación del Parir 93 Dos campamentos en el Obijigóu 126 La operación “P” 139 Tercera parte Panoramas no terrenales 167 La tragedia 185 En septiembre a 5000metros de altura 194 Epílogo 212
Fuente
- Libro “En los glaciares del Pamir