Diferencia entre revisiones de «Anna Schwartz»
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Revisión del 07:17 2 jun 2025
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Anna Jacobson Schwartz (11 de noviembre de 1915 - 21 de junio de 2012) fue una economista estadounidense de la Oficina Nacional de Investigación Económica (National Bureau of Economic Research - NBER) y una de las figuras más influyentes en la historia del pensamiento económico del siglo XX. Aunque a menudo eclipsada en la percepción pública por su célebre colaborador, Milton Friedman, el riguroso trabajo empírico y la profunda comprensión de la historia económica de Schwartz fueron fundamentales para revolucionar la forma en que los economistas entienden el papel del dinero y la política monetaria en la economía. Su obra magna conjunta, "Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960", sigue siendo un pilar de la macroeconomía moderna y un testimonio de su meticulosa erudición.
Sumario
- 1 Primeros años y formación académica
- 2 La colaboración trascendental con Milton Friedman y la NBER
- 3 "Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960": Una obra monumental
- 4 Contribuciones posteriores y legado duradero
- 5 El legado de Anna Schwartz es profundo y multifacético
- 6 Reconocimiento y honores
- 7 Una figura clave en la sombra
- 8 Fuentes
Primeros años y formación académica
Nacida como Anna Jacobson en la ciudad de Nueva York, hija de inmigrantes judíos de Europa del Este, demostró una aptitud intelectual temprana. Ingresó al Barnard College a la temprana edad de 16 años y se graduó con honores en 1934. Posteriormente, obtuvo una maestría en economía de la Universidad de Columbia en 1935. En 1940, comenzó su doctorado en Columbia, aunque su disertación y la obtención formal del título se retrasarían varias décadas debido a sus compromisos profesionales y familiares. Finalmente, completó su doctorado en 1964, con su tesis incorporada en su ya vasto cuerpo de investigación.
Durante sus años de formación, Schwartz se vio influenciada por figuras destacadas de Columbia, como Wesley Mitchell, uno de los fundadores de la NBER y pionero en el estudio empírico de los ciclos económicos. Esta exposición temprana a la investigación económica basada en datos meticulosamente recopilados y analizados sentaría las bases de su futuro enfoque metodológico.
La colaboración trascendental con Milton Friedman y la NBER
En 1941, Anna Schwartz se unió al personal de la Oficina Nacional de Investigación Económica, una institución que se convertiría en su hogar intelectual durante el resto de su dilatada carrera. Fue en la NBER donde comenzó la que sería una de las colaboraciones más fructíferas e influyentes en la historia de la economía: su trabajo con Milton Friedman.
Friedman, ya una estrella en ascenso en el campo de la economía, encontró en Schwartz una investigadora con una dedicación inigualable al detalle y un profundo conocimiento de la historia financiera. Juntos, se embarcaron en un ambicioso proyecto para examinar la historia monetaria de los Estados Unidos. Este esfuerzo culminaría en la publicación en 1963 de "Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960".
"Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960": Una obra monumental
Este libro de más de 800 páginas es universalmente reconocido como un hito en la investigación económica. Con una minuciosidad asombrosa, Friedman y Schwartz recopilaron y analizaron datos sobre la oferta monetaria, la velocidad del dinero, la producción, los precios y otros indicadores económicos clave a lo largo de casi un siglo. Su objetivo era poner a prueba la hipótesis de que las fluctuaciones en la oferta monetaria eran una causa principal de las fluctuaciones en la actividad económica y los precios.
La conclusión central del libro fue rompedora y profundamente controvertida en su momento: los cambios en la cantidad de dinero preceden y causan cambios en el ingreso nominal. Argumentaron convincentemente que la política monetaria errática, particularmente las contracciones severas de la oferta monetaria, había sido un factor determinante en las principales recesiones y depresiones económicas de Estados Unidos, incluida la Gran Depresión de la década de 1930.
Su análisis de la Gran Depresión fue particularmente impactante. Contrariamente a la visión keynesiana predominante en ese momento, que enfatizaba una caída en la demanda agregada como la causa principal, Friedman y Schwartz demostraron que una serie de errores catastróficos por parte de la Reserva Federal, que permitieron una contracción de la oferta monetaria en aproximadamente un tercio entre 1929 y 1933, exacerbaron drásticamente la crisis. Sostuvieron que si la Reserva Federal hubiera actuado para evitar esta contracción, la Gran Depresión habría sido una recesión mucho menos severa y prolongada.
El rigor empírico de "Una historia monetaria" fue innegable. El libro presentaba una vasta cantidad de datos y análisis estadísticos que respaldaban sus conclusiones, obligando a la profesión económica a reconsiderar seriamente el papel del dinero. Aunque no todos los economistas aceptaron inmediatamente sus conclusiones, la obra transformó el debate y sentó las bases para el resurgimiento del monetarismo.
Contribuciones posteriores y legado duradero
Más allá de "Una historia monetaria", Schwartz continuó realizando importantes contribuciones a la economía monetaria y la historia financiera. Junto con Friedman, también publicó "Estadísticas monetarias de los Estados Unidos" (1970) y "Tendencias monetarias en los Estados Unidos y el Reino Unido: Su relación con el ingreso, los precios y las tasas de interés, 1867-1975" (1982). Estos trabajos ampliaron y profundizaron su análisis empírico de la relación entre el dinero y la economía.
Incluso después de la muerte de Friedman en 2006, Schwartz continuó investigando y escribiendo activamente desde su oficina en la NBER hasta poco antes de su fallecimiento. Fue una crítica persistente de las políticas de la Reserva Federal, especialmente durante la crisis financiera de 2008, argumentando que la Fed a menudo intervenía de manera incorrecta o tardía.
El legado de Anna Schwartz es profundo y multifacético
- Revolución metodológica: Su insistencia en el análisis empírico riguroso y la cuidadosa recopilación de datos históricos estableció un nuevo estándar para la investigación económica. Demostró que la historia económica podía ser una fuente crucial de evidencia para probar teorías económicas.
- Revalorización del dinero: Su trabajo con Friedman fue fundamental para devolver el dinero al centro del análisis macroeconómico. Desafió la ortodoxia keynesiana que había minimizado la importancia de la oferta monetaria y allanó el camino para el desarrollo del monetarismo como una escuela de pensamiento influyente.
- Impacto en la política monetaria: Las conclusiones de "Una historia monetaria" tuvieron un impacto significativo en la forma en que los bancos centrales, incluida la Reserva Federal, enfocan la política monetaria. La importancia de mantener una oferta monetaria estable y predecible se convirtió en un principio central para muchos responsables de la formulación de políticas.
- Inspiración para futuras generaciones: A pesar de operar en un campo predominantemente masculino y de no buscar activamente el protagonismo, la brillantez y la dedicación de Schwartz sirvieron de inspiración para generaciones de economistas, tanto hombres como mujeres.
Reconocimiento y honores
Aunque quizás no recibió el mismo nivel de reconocimiento público que Friedman, la profesión económica reconoció ampliamente las contribuciones de Schwartz. Fue presidenta de la Western Economic Association en 1988 y fue nombrada miembro distinguido de la American Economic Association en 1993. En 2007, el Banco de Inglaterra le otorgó un doctorado honoris causa en reconocimiento a sus importantes contribuciones a la economía monetaria.
Una figura clave en la sombra
Anna Schwartz fue una científica económica en el sentido más puro. Su trabajo se caracterizó por una dedicación incansable a la búsqueda de la verdad a través de la evidencia empírica. Aunque a menudo trabajaba en la sombra de figuras más extrovertidas, su intelecto agudo, su rigor metodológico y su profundo conocimiento de la historia la convirtieron en una arquitecta indispensable de la teoría monetaria moderna. Su legado perdura en los libros de texto de economía, en las deliberaciones de los bancos centrales y en la continua búsqueda de una comprensión más profunda de las fuerzas que dan forma a nuestras economías. Su vida y obra son un recordatorio perdurable del poder de la investigación meticulosa y la colaboración intelectual en el avance del conocimiento humano.