Museo Obrero de Manzanillo

El Museo de Luchas Obreras expone las tradiciones de lucha del movimiento obrero en Manzanillo. Sitio Histórico "Monumento Nacional" y único museo de su tipo en el país.

Historia

El Museo de las luchas obreras fundado el 9 de octubre de 1982, se encuentra ubicado en el inmueble donde radicó el antiguo Gremio de Torcedores de Tabaco en la ciudad de Manzanillo, sitio testigo de innumerables acontecimientos históricos; todos relacionados con las luchas del movimiento obrero desde los inicios del siglo XX, destacándose el amplio movimiento huelguístico, la fundación de la célula del Partido Comunista de Manzanillo en el 1925, la presencia de personalidades como Francisco Rosales Benítez primer Alcalde Comunista, Blas Roca Calderío destacado líder comunista cubano entre otras personalidades.

La Construcción de un Edificio para el Gremio de Tabaqueros.

En el año 1927 los tabaqueros de Manzanillo, dirigidos por Argimiro Pacheco, se dieron a la tarea de luchar para construir un edificio para el Gremio.

En esos momentos la dictadura de Machado estaba oprimiendo cada día más a la clase obrera. A los comunistas los tenían acusados de traidores a la patria y de que se vendían a Rusia. Argimiro Pacheco, era el secretario general del Partido comunista que existía en Manzanillo y Presidente del Gremio de tabaqueros del municipio.

Para realizar la obra crearon una comisión que era presidida por Argimiro Pacheco, la integraban también Gerardo Barraza y Manuel López. Enseguida compraron el terreno para la construcción a Maximiliano Varona Pacheco. Era un cuarto de solar en la esquina de las calles Maceo y Purísima. El albañil que tuvo la tarea de dirigir y trabajar en la construcción del edificio fue Luis Jerez, un constructor de obras con bastante experiencia en el oficio. Tuvieron que trabajar incesantemente para darle las condiciones necesarias al terreno situado en la loma.

Acta de compra del terreno para la construcción del gremio de tabaqueros.

Para construir no tenían dinero, lo que tenían era un gran deseo, una tremenda voluntad de trabajar por un local. Se dieron a la tarea de hacer colectas para comprar los materiales de construcción, pagarle a los albañiles, a los carpinteros y pagar otros gastos de la obra. Estas colectas las hacían los tabaqueros entre ellos y también le dieron aportes obreros de otros sectores laborales, cada uno daba lo que podía: 5 centavos, 10 centavos o una peseta.

Comenzaron la construcción y los materiales que tenían no alcanzaban para terminar la obra. Pero pidieron dos mil pesos a Luis Baeras. De esa forma le hipotecaron el edificio a ese señor para terminarlo y lo terminaron. Pero el Interés que pagaban a Luis Baeras era de 25 pesos mensuales. Esos 25 pesos eran muy difíciles de pagar todos lo meses por el Gremio, por eso después de que lo terminaron lo pidieron prestado al Sindicato Nacional de las despalilladoras y se los prestó después que comprobaron la realidad, entonces pagaron la hipoteca.

La Presidenta del Gremio de las Despalilladoras era Inocencia Valdés, que estuvo emigrada en los Estados Unidos con los tabaqueros cuando la Guerra de Independencia de Cuba. Después que ella vino a Manzanillo y vio el local y las condiciones de la hipoteca les prestó los dos mil pesos y salieron los tabaqueros de la pesada carga cuando ya les faltaban pocos pesos para perder el local, para pasar a manos de Luis Baeras el hipotecario. Después el Gremio no pagó los dos mil pesos al sindicato de despalilladoras ni ellas trataron de cobrarlos.