Diferencia entre revisiones de «Santa Ines de Roma»

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‘’’’Santa Inés de Roma’’’’. Patrona de las niñas, jóvenes y la pureza.
  
Los detalles de su martirio llegan a nosotros a través de una obra llamada Actas escrita en el [[siglo V]], es decir, más de un siglo después de ocurridos los hechos que relata.Según este texto, Inés era una bella joven proveniente de una noble familia romana. Tuvo varios pretendientes, a los que rechazó por declararse fiel amante de [[Cristo]]. Entre ellos se contaba el hijo del prefecto de [[Roma]], quien la denunció a su padre por ser cristiana. En aquellos tiempos, los cristianos se encontraban bajo la persecución de Diocleciano y se les condenaba con la muerte si se negaban a sacrificar a los dioses romanos.
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==Síntesis biográfica==
  
==Juzgada y sentenciada==
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La vida de esta santa se cuenta en una  obra llamada Actas escrita en el [[siglo V]].
  
Fue juzgada y sentenciada a vivir en un prostíbulo, donde, según cuenta la tradición, milagrosamente permaneció virgen. Según las Actas de su martirio, aunque fue expuesta desnuda, los cabellos le crecían de manera que tapaban su cuerpo. Según la misma tradición, el único hombre que intentó desflorarla quedó ciego, pero Inés lo curó a través de sus plegarias. Más tarde fue condenada a muerte, y, cuando iba a ser decapitada, el verdugo intentó que abjurase, a lo que ella respondió:
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Santa Inés (‘’Agnes’’ en latín que remite a (agnus), ‘’ cordero’’ y por extensión significa ‘’ pureza e inocencia’’. Nació al rededor del año 291. Pertenecía a una noble familia romana. La joven recibió muy buena educación cristiana y había consagrado su virginidad al Señor [[Jesús]].
Injuria sería para mi Esposo que yo pretendiera agradar a otro. Me entregaré sólo a Aquél que primero me eligió. ¿Qué esperas, verdugo? Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto
 
Últimas palabras de Santa Inés
 
  
==Fue sepultada en la Vía Nomentana==
 
  
Pocos días después de su muerte se encontró a su mejor amiga y hermana de leche, una chica de su edad llamada Emerenciana, rezando junto a la tumba; cuando una furiosa Emerenciana increpó a los romanos por matar a su amiga, fue muerta a pedradas por la turba.
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Debido a sus riquezas y hermosura, la santa fue pretendida por varios  jóvenes de las principales familias romanas que hasta rivalizaron por su mano; pero Inés respondía a todos que había consagrado su virginidad a un esposo celestial, invisible a los ojos del cuerpo. Incluso el hijo del alcalde de Roma, el cual le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Pero ella, fiel a su esposo Jesús, le respondió: "He sido solicitada por otro amante. Yo amo a [[Cristo]]. Seré la esposa de aquel cuya madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta". Ante esta negativa, él la denunció como cristiana al gobernador. En ese tiempo se estaba realizando la persecución de [[Diocleciano]].
  
Aun cuando la veracidad de la fuente histórica que narra los detalles del martirio es puesta en duda por los historiadores cristianos, hay menciones a la mártir en otros escritos del tiempo, como por ejemplo, la Depositio Martirum del año [[354]] y los Epigramas del papa Dámaso. El poeta Prudencio se hizo eco de la leyenda áurea en su recopilación de actas, que fue atribuida erróneamente por mucho tiempo a Ambrosio de Milán.
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El gobernador intentaba persuadirla con amenazas, pero ellas no alcanzaron para que la joven desistiera de su fe. Estaba enamorada de Cristo y eso le hacía perseverar y no ceder ante el temor de la tortura. Al no lograr convencerla, el gobernador la envió a una casa de prostitución, donde acudieron muchos jóvenes licenciosos pero que no se atrevieron a acercársele, pues se llenaron de terror y espanto al ser observados por la santa. Ningún hombre pudo profanar ese cuerpo virgen, templo del Señor. El gobernador enfurecido la condenó a ser decapitada. La apresó y la amenazó con las llamas. Pero todo en vano. Finalmente resuelve condenarla a muerte decapitada.
  
==Homenajes==
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En el momento de morir le dice al gobernador, que aún la intentaba persuadir de que renegara de su fe y fidelidad a Jesús a cambio de perdonarle la vida: "La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Únicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer". No quedó lugar sin herida en aquel cuerpo tan pequeño.
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En el momento del martirio, reza y espera sin temor la llegada de su propia muerte. Muere pura, imitando a su amado, el Cordero de Dios.  [[San Ambrosio]] y [[San Agustín]] describen que Santa Inés sólo tenía trece años cuando fue martirizada.
  
La hija de Constantino, Constanza, mandó construir la basílica que lleva su nombre en la vía Nomentana. Numerosas vidas de esta santa y obras de arte se realizaron durante la Edad Media: existen relicarios y estatuas en la ciudad de Roma, especialmente la realizada por [[Hércules Ferrata]] (Santa Inés en las llamas).
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A esta narración hay que añadir que los historiadores modernos se inclinan a pensar que los detalles del relato no son fidedignos. Como lo hacen notar las "actas" de Santa Inés, atribuidas sin razón suficiente a San Ambrosio, no pueden ser anteriores al año [[415]] y constituyen simplemente un intento de síntesis y armonización de los datos de las diversas tradiciones. San Ambrosio, en su sermón "De Virginibus" (377 d.C.), dice que Santa Inés, en su martirio "cervicem inflexit" ("dobló el cuello"), y de ahí se ha deducido que fue decapitada. Esta suposición encuentra un apoyo en la afirmación explícita de Prudencio de que la cabeza de Santa Inés cayó al primer golpe. Por otra parte, el epitafio escrito por el Papa San Dámaso habla de "llamas," pero sin añadir más detalles sobre la muerte; y el hermoso himno [["Agnes beatae virginis"]] (que Walpole, Dreves y otros autores consideran como obra genuina de San Ambrosio), deja ver claramente que la santa no fue decapitada, pues en tal caso no habría podido cubrirse modestamente después de recibir el golpe ("percussa"), ni llevarse las manos al rostro. Parece evidente que el autor del himno supone que Santa Inés recibió una herida en el cuello o en el pecho. De estas aparentes contradicciones, muchos autores deducen que ya en la segunda mitad del siglo cuarto, se había perdido la memoria de las circunstancias exactas del martirio, y que sólo quedaba una vaga tradición.
  
Debido a la raíz de su nombre (Agnus, "cordero" en latín), el 21 de enero, día de su fiesta, se bendicen los corderos con cuya lana se tejerán los palios de los arzobispos. El palio es un ornamento de lana blanca con seis cruces negras, que se pone sobre los hombros y tiene dos bandas que caen sobre el pecho y la espalda. Lo llevan el Papa y los arzobispos metropolitanos. Es un símbolo que manifiesta la estrecha unión con el romano pontífice y la misión del pastoreo, razón por la cual se confeccionan de la lana de los corderos. Los nuevos arzobispos reciben el palio el 29 de junio, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.
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La Iglesia de Santa Inés en la famosa Piazza Navona en Roma está ubicada sobre el sitio de su martirio.
  
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Sus restos fueron enterrados en la Vía Nomentana, en las llamadas [[catacumbas de Santa Inés]]. La princesa Constantina, hija del emperador Constantino y esposa de Galo mando a erigir una basílica en su honor al verse curada de una enfermedad tras acudir a la Santa.
  
==Roma escenario de su triunfo==
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Sus reliquias fueron extraídas de su nicho original, en el siglo IX se la veneraba en una arca puesta en la parte alta de la cripta bajo la basílica de la vía Novenata. Es en esta época cuando la cabeza es separada del cuerpo y enviada al Sancta Sanctorum del Palacio Pontificio. Actualmente esta en la basílica de SantÁgnese In Agone(en la plaza Navona donde estuvo el circo Argonal) donde podemos venerarla en su preciosa urna y siendo visible al fiel podemos constatar su tamaño reducido y por tanto  la niñez de la mártir se confirma con solo verla.
  
Santa Inés ha sido siempre considerada en la Iglesia como patrona de la pureza. Es una de las más populares santas cristianas, y su nombre está incluido en el canon de la misa. Roma fue el escenario de su triunfo, y Prudencio nos dice que su tumba podía verse desde la ciudad. Probablemente, fue martirizada al principio de la persecución de Diocleciano, quien publicó sus crueles edictos en marzo del año [[303]]. [[San Ambrosio]] y [[San Agustín]] nos informan que Santa Inés sólo tenía trece años cuando fue martirizada. Sus riquezas y hermosura hacían que los jóvenes de las principales familias romanas rivalizaran por su mano; pero Inés respondía a todos que había consagrado su virginidad a un esposo celestial, invisible a los ojos del cuerpo.
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El [[21 de enero]] de [[1621]] su cuerpo fue depositado en una urna de plata bajo el altar de la basílica de la Novenata (SantÁgnese Fuori le Mura).
  
==Denunciada al Gobernador==
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El [[21 de enero]] de cada año, en este lugar se bendicen dos corderillos con cuya lana se teje el [[Pallium del Papa]] y de los [[Arzobispos]]. El palio es un ornamento de lana blanca con seis cruces negras, que se pone sobre los hombros y tiene dos bandas que caen sobre el pecho y la espalda.Es un símbolo que manifiesta la estrecha unión con el romano pontífice y la misión del pastoreo, razón por la cual se confeccionan de la lana de los corderos. Los nuevos arzobispos reciben el palio el 29 de junio, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.
  
No pudiendo hacerla vacilar en su resolución, sus pretendientes la denunciaron como cristiana al gobernador, seguros de que las amenazas y torturas serían más eficaces con una jovencita que no se dejaba vencer por los halagos. El juez empleó al principio palabras bondadosas y le hizo grandes promesas; pero Inés permaneció inconmovible, declarando que su único esposo era Jesucristo. Entonces el juez recurrió a las amenazas, que no lograron más que poner de manifiesto el valor de la joven y su decisión de aceptar los tormentos y la muerte. El juez mandó entonces encender grandes hogueras y desplegar ante los ojos de Inés los garfios de hierro y otros instrumentos de tortura, amenazándola con pasar a la ejecución; pero ella estaba tan lejos de temer la tortura que, con el rostro resplandeciente de alegría, se ofreció a tenderse en el potro. El juez ordenó que la llevasen arrastrando ante los ídolos y que la obligasen a ofrecerles incienso; pero, según nos dice San Ambrosio, los verdugos no consiguieron mover sus manos, excepto para trazar la señal de la cruz.
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La Iglesia introdujo su nombre en el canon de la Misa.
  
Al ver esto, el gobernador la amenazó con enviarla a una casa de prostitución, donde su virginidad, que tanto apreciaba, quedaría expuesta a los insultos de la brutal y licenciosa juventud romana. [Tertuliano hace el siguiente comentario sobre esta forma de tortura: "Al condenar a una doncella cristiana a los abusos de una juventud licenciosa, más bien que a los leones, no hacéis sino reconocer que nosotros tememos más una mancha de la pureza que cualquier tormento y aun que la misma muerte. Vuestro cruel proceder no os sirve de nada, porque más bien gana adeptos a nuestra santa religión."
 
 
==Enviada a un prostíbulo==
 
 
Inés respondió que [[Jesucristo]] era demasiado celoso de su pureza para permitir que ésta fuera así violada, pues El era su defensor y protector. "Puedes —le dijo— manchar tu espada con mi sangre, pero jamás podrás profanar mi cuerpo consagrado a Cristo." El gobernador se enfureció tanto que mandó que la llevaran inmediatamente al lupanar y que se diera a todos libertad para abusar de ella a su gusto. Muchos jóvenes licenciosos, llenos de malos deseos, acudieron al punto; pero la vista de la santa les produjo tal terror, que no se atrevieron a acercársele, excepto uno, que fue cegado por una luz bajada del cielo y cayó temblando por tierra. Sus compañeros, atemorizados, le transportaron a los pies de la santa que, al verlo, comenzó a cantar himnos de alabanza a Cristo, su protector. La virgen obtuvo con sus oraciones que la vista y la salud le fuesen devueltas.
 
 
==Decapitada==
 
 
El principal acusador de la santa, que al principio sólo había pretendido satisfacer su avaricia y sus bajas pasiones, incitaba ahora furiosamente contra ella al gobernador, poseído del espíritu de venganza. Pero el gobernador no necesitaba que le azuzaran, pues estaba en el colmo de la ira al verse ridiculizado por una simple jovencita. Así pues, la condenó a ser decapitada. Trasportada de gozo al oír la sentencia, "Inés fue al sitio de la ejecución con más alegría que una joven va al matrimonio," según la expresión de San Ambrosio. El verdugo tenía instrucciones de emplear todos los medios para doblegarla, pero Inés permaneció inconmovible y, tras una corta oración, tendió el cuello a la espada. Los espectadores lloraban al ver a la hermosa muchacha cargada de cadenas y ofreciendo su cuello al verdugo. Finalmente éste descargó el golpe con mano temblorosa. El cuerpo de la santa fue sepultado a corta distancia de Roma, junto a la Vía Nomentana.
 
 
Hay que añadir a esta narración de [[Alban Butler]], quien se fundó principalmente en Prudencio, que los historiadores modernos se inclinan a pensar que los detalles del relato no son fidedignos. Como lo hacen notar las "actas" de Santa Inés, atribuidas sin razón suficiente a San Ambrosio, no pueden ser anteriores al año [[415]] y constituyen simplemente un intento de síntesis y armonización de los datos de las diversas tradiciones. San Ambrosio, en su sermón "De Virginibus" (377 d.C.), dice que Santa Inés, en su martirio "cervicem inflexit" ("dobló el cuello"), y de ahí se ha deducido que fue decapitada. Esta suposición encuentra un apoyo en la afirmación explícita de Prudencio de que la cabeza de Santa Inés cayó al primer golpe. Por otra parte, el epitafio escrito por el Papa San Dámaso habla de "llamas," pero sin añadir más detalles sobre la muerte; y el hermoso himno [["Agnes beatae virginis"]] (que Walpole, Dreves y otros autores consideran como obra genuina de San Ambrosio), deja ver claramente que la santa no fue decapitada, pues en tal caso no habría podido cubrirse modestamente después de recibir el golpe ("percussa"), ni llevarse las manos al rostro. Parece evidente que el autor del himno supone que Santa Inés recibió una herida en el cuello o en el pecho. De estas aparentes contradicciones, muchos autores deducen que ya en la segunda mitad del siglo cuarto, se había perdido la memoria de las circunstancias exactas del martirio, y que sólo quedaba una vaga tradición.
 
 
En todo caso, no hay duda posible de que Santa Inés fue realmente martirizada y enterrada junto a la [[Vía Nomentana]], en el cementerio que tomaría su nombre. Constantina, hija de Constantino y esposa de Galo, erigió ahí una basílica en honor de la santa, antes del año 354. Se conserva todavía la inscripción del ábside, en versos acrósticos, pero lo único que dice sobre Santa Inés es que fue "virgen" y "victoriosa." El nombre de Santa Inés se halla en la "Depositio martyrum" del año 354, el 21 de enero, y ahí mismo se señala el sitio de su sepultura. Existen también muchas pruebas del antiquísimo culto que se rendía a la santa, tanto en los objetos de arte, como en las importantes y frecuentes menciones de su nombre en la literatura cristiana. "Inés, Tecla y María estaban conmigo," dijo San Martín a Sulpicio Severo. Como lo dijimos más arriba, Santa Inés es uno de los santos nombrados en el canon de la misa.
 
 
Es muy posible que el P. Jubaru tenga razón en su ensayo de armonización entre los datos de San Dámaso y de San Jerónimo, pero de ahí no se sigue necesariamente que sea exacta su teoría de que las "actas" griegas constituyen una amalgama de la biografía de dos Ineses diferentes. Por lo que se refiere a nuestra santa, el P. Jubaru pretende que vivió en Roma, que consagró desde temprana edad su virginidad a Dios y que desechó a todos sus pretendientes. Al estallar la persecución, Inés abandonó a sus padres y se entregó voluntariamente al martirio. El juez la amenazó con la hoguera, pero como la santa permaneciera inconmovible en su fe, murió finalmente apuñalada en el cuello. En su complicada monografía, el P. Jubaru pretende además haber descubierto el relicario que contenía una gran parte del cráneo de la santa, en la tesorería del "Sancta Sanctorum" de Letrán. Dicha tesorería fue abierta en 1903, después de haber estado cerrada durante varios siglos, por orden del [[Papa León XIII]]. El P. Grisar, S. J., y muchos otros arqueólogos consideran la reliquia como probablemente auténtica, ya que en el siglo IX se hizo costumbre separar el cráneo de los demás huesos para conservar los restos de los santos en las iglesias. También parece cierto que el cuerpo de Santa Inés se conservaba hasta dicha época bajo el altar de su basílica, y que, en 1605, se comprobó que el cráneo no estaba con los demás huesos. A raíz de un examen médico de los fragmentos de cráneo descubiertos en el "Sancta Sanctorum," el [[Dr. Lapponi]] dictaminó que los dientes demostraban con absoluta evidencia que el cráneo era de una niña de unos trece años de edad. Todos los autores actuales afirman que los extravagantes milagros narrados en las llamadas "actas" son una invención del biógrafo. Así pues, el caso de Santa Inés constituye la mejor prueba de que las absurdas leyendas inventadas por biógrafos deseosos de glorificar a sus biografiados, no pueden servir por sí mismas de base para demostrar que se trata necesariamente de martirios fabulosos y que dichos santos no existieron.
 
 
Las representaciones artísticas pintan a Santa Inés con un cordero y una palma. El origen del cordero es sin duda la semejanza entre las palabras latinas "agnus" (cordero) y "Agnes" (Inés). En la iglesia de Santa Inés, en Roma, se ofrecen cada año dos corderitos el día de la fiesta de la santa, en el momento en que el coro entona la antífona "Stans a dextris ejus agnus nive candidior." Dichos animales son alimentados hasta que llega el momento de usar su lana para tejer las palias que se colocan en el altar de la Confesión, sobre el cuerpo del [[Apóstol San Pedro]], en la vigilia de la fiesta de San Pedro y San Pablo. Esas palias son después enviadas a todos los obispos de occidente, en señal de que su jurisdicción proviene en último término de la Santa Sede, centro de la autoridad religiosa.
 
 
Hasta la época en que la fiesta de San Pedro Nolasco, más tarde desplazada por la de San Juan Bosco, quedó fijada el 28 de enero, el calendario occidental celebraba una segunda festividad de Santa Inés (cuya conmemoración persiste todavía en la misa y el oficio del día 28). Esta costumbre es tan antigua como los sacramentarios gelasiano y gregoriano, y su origen es difícil de explicar. Las palabras "de nativitate" o "in genuinum," que aparecen en algunos textos litúrgicos de los [[siglos VII y VIII]], parecen indicar que Santa Inés murió el 28 de enero, en tanto que la fiesta del día 21 coincide con el día en que la mártir fue llevada a juicio y amenazada con la tortura. Sin embargo, dada la importancia que la "octava" ha tomado en la liturgia cristiana, resulta curioso que la segunda fiesta ocurra exactamente ocho días después de la primera. Existen pruebas de que ya en el siglo VI se conocía la festividad de la Circuncisión con el nombre de "octava Domini." Por otra parte, hay que recordar que nuestro actual misal, siguiendo una antiquísima costumbre de orígenes precristianos, indica que se haga especial conmemoración de los difuntos "in die séptimo, trigésimo et anniversario," es decir, una semana, un mes y un año después de la muerte. Dom Báumer ha hecho notar que la primitiva octava suponía sólo una conmemoración de la fiesta al fin de la semana, y que no se hacía mención de ella en los días intermedios.
 
 
Las "actas" de Santa Inés se encuentran en Acta Sanctorum, 21 de enero. Las "actas" griegas fueron editadas por primera vez por P. Franchi de Cavalieri, S. Agnese nella tradizione e nella legenda (1899), junto con una seria discusión de toda la cuestión. Ver también la monografía del P. Jubaru, Sainte Agnes d´aprés de nouvelles recherches (1907), y Sainte Agnés, vierge et martyre (1909); DAC, vol. I, cc. 905-965; Analecta Bollandiana, vol. XIX (1900), pp. 227-228; P. Franchi, en Studi e Testi, vol. XIX, pp. 141-164; Bessarione, vol. VIII (1911), pp. 218-245; Líber Pontificalis (ed. Duchesne), vol. I, p. 196; CMH., pp. 52-53, 66; S. Báumer Geschichte des Breviers (1895), p. 325; sobre las reliquias, cf. Grisar, Die romische Kapelle Sancta Sanctorum und ihr Schatz (1908), p. 103. Cf. igualmente S. Ambrosio, De Virginibus, en Migne, PL., vol. XVI, cc. 200-202; y Prudencio, Peristephanon, 14.
 
 
 
==Oración==
 
 
[[Dios]] todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para confundir a los fuertes de este mundo, concédenos a cuantos celebramos el triunfo de tu mártir santa Inés imitar la firmeza de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
 
  
  
 
==Fuente==
 
==Fuente==
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*Santa Inés de Roma. Disponible en: [http://www.iglesia.org/item/1451-santa-in%C3%A9s-virgen-y-m%C3%A1rtir Iglesia]. Consultado el 11 de enero del 2017.
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*Santa Inés de Roma. Disponible en: [http://www.preguntasantoral.es/2011/01/santa-ines-de-roma/  Pregunta Santoral]. Consultado el 11 de enero del 2017.
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*Santa Inés de Roma. Disponible en: [https://www.aciprensa.com/jornadas/jmj2002/ines.htm Aciprensa]. Consultado el 11 de enero del 2017.
  
http://www.corazones.org/santos/ines.htm
 
http://santosyvida.blogspot.com/2013/01/santa-ines-patrona-de-las-adolescentes.html
 
  
[[Category:Santo_o_deidad]]
+
[[Category:Santo_o_deidad]][[Category:Religiosos]][[Category:Santas]]

Revisión del 14:53 11 ene 2017

Santa Inés de Roma
Información sobre la plantilla
Santa Inés de Roma jpeg.jpeg
Religión o MitologíaCatólica
Día celebración21 de enero
Patrón(a) o Dios(a) dePatrona de las niñas y adolescentes
País o región de origenRoma Italia, Bandera de Italia
Venerado enIglesia Católica
‘’’’Santa Inés de Roma’’’’. Patrona de las niñas, jóvenes y la pureza. 

Síntesis biográfica

La vida de esta santa se cuenta en una obra llamada Actas escrita en el siglo V.

Santa Inés (‘’Agnes’’ en latín que remite a (agnus), ‘’ cordero’’ y por extensión significa ‘’ pureza e inocencia’’. Nació al rededor del año 291. Pertenecía a una noble familia romana. La joven recibió muy buena educación cristiana y había consagrado su virginidad al Señor Jesús.


Debido a sus riquezas y hermosura, la santa fue pretendida por varios jóvenes de las principales familias romanas que hasta rivalizaron por su mano; pero Inés respondía a todos que había consagrado su virginidad a un esposo celestial, invisible a los ojos del cuerpo. Incluso el hijo del alcalde de Roma, el cual le prometió grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Pero ella, fiel a su esposo Jesús, le respondió: "He sido solicitada por otro amante. Yo amo a Cristo. Seré la esposa de aquel cuya madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta". Ante esta negativa, él la denunció como cristiana al gobernador. En ese tiempo se estaba realizando la persecución de Diocleciano.

El gobernador intentaba persuadirla con amenazas, pero ellas no alcanzaron para que la joven desistiera de su fe. Estaba enamorada de Cristo y eso le hacía perseverar y no ceder ante el temor de la tortura. Al no lograr convencerla, el gobernador la envió a una casa de prostitución, donde acudieron muchos jóvenes licenciosos pero que no se atrevieron a acercársele, pues se llenaron de terror y espanto al ser observados por la santa. Ningún hombre pudo profanar ese cuerpo virgen, templo del Señor. El gobernador enfurecido la condenó a ser decapitada. La apresó y la amenazó con las llamas. Pero todo en vano. Finalmente resuelve condenarla a muerte decapitada.

En el momento de morir le dice al gobernador, que aún la intentaba persuadir de que renegara de su fe y fidelidad a Jesús a cambio de perdonarle la vida: "La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de otros pretendientes. Únicamente será mi esposo el que primero me eligió, Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no quiero sea de ojos que no deseo complacer". No quedó lugar sin herida en aquel cuerpo tan pequeño. En el momento del martirio, reza y espera sin temor la llegada de su propia muerte. Muere pura, imitando a su amado, el Cordero de Dios. San Ambrosio y San Agustín describen que Santa Inés sólo tenía trece años cuando fue martirizada.

A esta narración hay que añadir que los historiadores modernos se inclinan a pensar que los detalles del relato no son fidedignos. Como lo hacen notar las "actas" de Santa Inés, atribuidas sin razón suficiente a San Ambrosio, no pueden ser anteriores al año 415 y constituyen simplemente un intento de síntesis y armonización de los datos de las diversas tradiciones. San Ambrosio, en su sermón "De Virginibus" (377 d.C.), dice que Santa Inés, en su martirio "cervicem inflexit" ("dobló el cuello"), y de ahí se ha deducido que fue decapitada. Esta suposición encuentra un apoyo en la afirmación explícita de Prudencio de que la cabeza de Santa Inés cayó al primer golpe. Por otra parte, el epitafio escrito por el Papa San Dámaso habla de "llamas," pero sin añadir más detalles sobre la muerte; y el hermoso himno "Agnes beatae virginis" (que Walpole, Dreves y otros autores consideran como obra genuina de San Ambrosio), deja ver claramente que la santa no fue decapitada, pues en tal caso no habría podido cubrirse modestamente después de recibir el golpe ("percussa"), ni llevarse las manos al rostro. Parece evidente que el autor del himno supone que Santa Inés recibió una herida en el cuello o en el pecho. De estas aparentes contradicciones, muchos autores deducen que ya en la segunda mitad del siglo cuarto, se había perdido la memoria de las circunstancias exactas del martirio, y que sólo quedaba una vaga tradición.

La Iglesia de Santa Inés en la famosa Piazza Navona en Roma está ubicada sobre el sitio de su martirio.

Sus restos fueron enterrados en la Vía Nomentana, en las llamadas catacumbas de Santa Inés. La princesa Constantina, hija del emperador Constantino y esposa de Galo mando a erigir una basílica en su honor al verse curada de una enfermedad tras acudir a la Santa.

Sus reliquias fueron extraídas de su nicho original, en el siglo IX se la veneraba en una arca puesta en la parte alta de la cripta bajo la basílica de la vía Novenata. Es en esta época cuando la cabeza es separada del cuerpo y enviada al Sancta Sanctorum del Palacio Pontificio. Actualmente esta en la basílica de SantÁgnese In Agone(en la plaza Navona donde estuvo el circo Argonal) donde podemos venerarla en su preciosa urna y siendo visible al fiel podemos constatar su tamaño reducido y por tanto la niñez de la mártir se confirma con solo verla.

El 21 de enero de 1621 su cuerpo fue depositado en una urna de plata bajo el altar de la basílica de la Novenata (SantÁgnese Fuori le Mura).

El 21 de enero de cada año, en este lugar se bendicen dos corderillos con cuya lana se teje el Pallium del Papa y de los Arzobispos. El palio es un ornamento de lana blanca con seis cruces negras, que se pone sobre los hombros y tiene dos bandas que caen sobre el pecho y la espalda.Es un símbolo que manifiesta la estrecha unión con el romano pontífice y la misión del pastoreo, razón por la cual se confeccionan de la lana de los corderos. Los nuevos arzobispos reciben el palio el 29 de junio, solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.

La Iglesia introdujo su nombre en el canon de la Misa.


Fuente

  • Santa Inés de Roma. Disponible en: Iglesia. Consultado el 11 de enero del 2017.
  • Santa Inés de Roma. Disponible en: Pregunta Santoral. Consultado el 11 de enero del 2017.
  • Santa Inés de Roma. Disponible en: Aciprensa. Consultado el 11 de enero del 2017.