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El '''Paseo de Tacón''', '''Paseo Tacón''' o '''Paseo Militar''' fue uno de los principales paseos del siglo XIX en Cuba. Comenzaba con  una  estatua de Carlos III por lo que el popularmente fue conocida como [[calle Carlos III]]; En 1902 se le cambió el nombre por el de '''Avenida de la Independencia''', pero los habaneros le continuaron llamando Carlos III.  
  
Llegado el año 1902 se le cambió el nombre a Carlos III por el de Avenida de la Independencia, pero como suele suceder en estos casos, los habaneros le continuaron llamando de la antigua manera
 
 
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En primer tercio del [[siglo XIX]], para trasladarse hasta el [[Castillo del Príncipe]] desde [[La Habana Vieja|la Habana]] se imponía dar un rodeo por el camino de San Lázaro y las canteras o aventurarse por un terreno bajo y cenagoso, imposible de transitar en épocas de lluvia.
  
 
El plan de embellecimiento de la ciudad concebido por el ingeniero [[Mariano Carrillo de Albornoz]] contemplaba la construcción de un paseo que sirviera de esparcimiento a los habaneros. Se imponía al mismo tiempo la necesidad de procurar un camino más fácil a las tropas acantonadas en el Príncipe.  
 
El plan de embellecimiento de la ciudad concebido por el ingeniero [[Mariano Carrillo de Albornoz]] contemplaba la construcción de un paseo que sirviera de esparcimiento a los habaneros. Se imponía al mismo tiempo la necesidad de procurar un camino más fácil a las tropas acantonadas en el Príncipe.  
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*[https://www.miradacubana.com/mirada-cubana/andar-cuba/carlos-iii-historia-de-una-calle/Carlos III: historia de una calle.
 
*[https://www.miradacubana.com/mirada-cubana/andar-cuba/carlos-iii-historia-de-una-calle/Carlos III: historia de una calle.
 
*[https://onlinetours.es/blog/destino-cuba/avenida-carlos-iii/ Un paseo por la Avenida Carlos III]
 
*[https://onlinetours.es/blog/destino-cuba/avenida-carlos-iii/ Un paseo por la Avenida Carlos III]

Revisión del 17:35 15 abr 2021

Paseo de Tacón
Información sobre la plantilla
Calle de La Habana (desde Belascoaín hasta G), Bandera de Cuba Cuba
Mapa de Paseo 1866.jpg
Mapa, del Paseo, de 1866
TipoCalle
Longitud1 200 m (ancho de 51 m)
Nombres anterioresPaseo Tacón
Paseo Militar

El Paseo de Tacón, Paseo Tacón o Paseo Militar fue uno de los principales paseos del siglo XIX en Cuba. Comenzaba con una estatua de Carlos III por lo que el popularmente fue conocida como calle Carlos III; En 1902 se le cambió el nombre por el de Avenida de la Independencia, pero los habaneros le continuaron llamando Carlos III.

Historia

Concepción

En primer tercio del siglo XIX, para trasladarse hasta el Castillo del Príncipe desde la Habana se imponía dar un rodeo por el camino de San Lázaro y las canteras o aventurarse por un terreno bajo y cenagoso, imposible de transitar en épocas de lluvia.

El plan de embellecimiento de la ciudad concebido por el ingeniero Mariano Carrillo de Albornoz contemplaba la construcción de un paseo que sirviera de esparcimiento a los habaneros. Se imponía al mismo tiempo la necesidad de procurar un camino más fácil a las tropas acantonadas en el Príncipe.

Miguel Tacón, Capitán General de Cuba entre los años 1834-1838, impulsó la reforma del “camino” conducía hasta el Castillo del Príncipe. Este camino pasaba la calzada de San Luís de Gonzaga - Reina - y Belascoaín. La Habana llegaba justo hasta ese límite; la calle Belascoaín era el borde entre la ciudad y el campo.

La nueva vía se iniciaba en la intersección de la calzada de San Luis Gonzaga (Reina) y Belascoaín, atravesaba los sitios llamados de Peñalver y seguía en línea recta hasta el Príncipe para una extensión total de 1 200 metros y un ancho de 51.

Por reconocimiento a su soberbio promotor, que no era del agrado de muchos por su despótico accionar, al recorrido se le llamó Paseo de Tacón.

Tacón impuso su nombre al Gran Teatro, a la Cárcel Nueva y al mercado de la Plaza del Vapor, construidos todos durante su mandato (1834-1838) es de suponer que se lo asignara también a este paseo. Alameda de Tacón le llamaba, en 1860, el historiador Jacobo de la Pezuela.

Además de una ruta con fines militares por sus diferentes alternativas comunicativas, se convirtió en un sitio de recreo para los habaneros de la época. También fue espaciosa y segura vía para la ciudad que se expandía.

Estaba enclavado en un área prácticamente despoblada. Su concepción fue diametralmente diferente a la del Paseo de Isabel II.

Este paseo tenía un carácter mayoritariamente vial, por eso su senda central fue más amplia y diseñada para los carruajes, además de ser un paseo campestre. Su consolidación estimuló el desarrollo urbano a ambos lados del trayecto, fue el catalizador para que se continuara con la calzada de Infanta, que en un primer momento llegó solo desde la Esquina de Tejas hasta el paseo.

Lugares del paseo

El Paseo de Tacón comenzaba con una estatua de Carlos III confeccionada en mármol blanco de Carrara, esta se había erigido primeramente en el Paseo de Isabel II en el año de 1803, luego fue trasladada al nuevo emplazamiento. Se colocó sobre un pedestal pétreo en el centro de la primera rotonda, en la misma esquina de Belascoaín, frente a la actual calzada de Reina. En muy poco tiempo el trazado tomó el nombre del soberano. Cerrando el círculo, a ambos lados de la vía central, fueron situadas dos columnas dóricas estriadas, coronadas por urnas de piedra, que nada tienen que ver con columnas masónicas como algunos piensan dada la proximidad con la Gran Logia Masónica de Cuba, ambas se han conservado en el sitio hasta nuestros días.

A poca distancia, a espaldas del soberano y dentro de una segunda rotonda, que según muestra el citado plano de 1866 estaba entre las calles Oquendo y Soledad, se erguía la primera fuente del paseo, la de Ceres o de la columna.

La fuente fue modificada en la primera reforma del paseo. Se le quitó la columna y la estatua de la diosa se instaló directamente sobre el pedestal central.

Se afirma que la escultura de Carlos III, las columnas dóricas a la entrada del paseo y la fuente fueron instaladas en el año de 1835. La estatua de Ceres se mantuvo hasta hace muy poco tiempo sobre un pedestal en el trazado de la avenida actual, escondida entre los flamboyanes de uno de los laterales de la vía central, olvidada y maltratada hasta las últimas consecuencias. Fue retirada junto a su pedestal, esperamos que fuera para su restauración y que no aparezca un día decorando alguna paladar, un jardín particular o recolocada en cualquier otro sitio de esta ciudad, algo que ya se va haciendo habitual en la capital, sobre todo para “vestir a otros santos” de interés.

Continuando el recorrido, justo en el centro de la intercepción que formaron la Calzada de la Infanta María Luisa Fernanda - Infanta y el propio Paseo de Tacón, se encontraba la tercera rotonda y en ella la fuente de Los Aldeanos (1837) o de las frutas. Se le llamó de tal manera porque, sobre las cuatro pilastras que rodeaban el pedestal central, tenía unas copas llenas de frutas. También poseía la misma cantidad de estatuas alegóricas, primero fueron de yeso y posteriormente se sustituyeron por otras similares de mármol.

Fuente de Los Sátiros

Una cuarta rotonda servía de alojamiento a la fuente de Los Sátiros, (1837) o de las flores. Esta poseía cuatro vasos etruscos en sus respectivas peanas donde siempre crecían floridas plantas. Su pedestal central, muy parecido al de la fuente de los Aldeanos, estuvo rematado primero por un copón, que es el mismo que se encuentra emplazado hoy en 5ta Avenida y calle 42 en el municipio Playa, posteriormente se cambió por una estatua de fundición representativa de la diosa Pomona. Cuatro pilastras adosadas servían de sostén para que, en dos de ellas, descansaran las figuras de los Sátiros y sobre las otras había dos leones postrados, que coincidentemente también están en el emplazamiento de 5ta Avenida, las figuras se alternaban en círculo sobre el pedestal. Parece haber sido la fuente mejor lograda del paseo.

Esta rotonda se encontraba justo frente a la puerta de La Quinta de los Molinos, lugar que fue primero la casa de descanso de los Capitanes Generales y luego el Jardín Botánico. Su pináculo central logró sobrevivir hasta entrado el siglo XX, aunque se recompuso, ya no era una fuente, se trataba entonces de un conjunto escultórico.

Fuente de Esculapio

La fuente de Esculapio (1836) esperaba al transeúnte en la última rotonda, donde hoy se interceptan las avenidas Boyeros y Salvador Allende. Se asegura que era la de peor factura y de tosco mármol. La estatua del Dios romano de la medicina y la curación se erguía sobre un pedestal cuadrangular en el centro de una taza octogonal, poseía cuatro surtidores, uno en cada cara del pedestal.

Respecto a la calidad estética del trazado las opiniones siempre fueron divididas, pero lo innegable es que se dotó a la zona en crecimiento de una vía de importancia, que posteriormente entraría a jugar un rol significativo en el entramado urbano habanero.

El Carlos III republicano

Llegado el año 1902 se le cambió el nombre a Carlos III por el de Avenida de la Independencia, pero como suele suceder en estos casos, los habaneros le continuaron llamando de la antigua manera. El paseo y sus ornamentos poco a poco se fueron extinguiendo, cediendo su traza a una amplia avenida que conservó la misma estructura vial en una zona ya urbanizada. En el año 1936 se le restituyó el antiguo nombre y se le practicó una reforma. Fue una de las primeras calles capitalinas con pavimento asfaltico, para ello se destinó un presupuesto considerable por el Ayuntamiento de la Ciudad y los entendidos aseguran que es una de las más anchas de la ciudad.

En el transcurso de su existencia colonial y hasta el momento en que nos encontramos analizando en este instante, se posicionaron en ella importantes inmuebles y entidades, como fueron los casos de la fábrica de tabaco H.Upman o La Madama, la Quinta de Toca, el Hospital Freyre de Andrade, el edificio de la Sociedad Económica de Amigos del País, la Central Telefónica Automática de Príncipe que fue una de las primeras de Cuba y de América Latina entre otros.

El carácter de tránsito de Carlos III ha jugado históricamente un importante rol, por ella han rodado todo tipo de vehículos, desde las rústicas carretas, los simpáticos fotingos y durante un largo tiempo los tranvías. Albergó uno de los paraderos de la The Havana Electric Railway Light and Power Company, se encontraba justo frente a la Quinta de los Molinos y al emplazamiento de la fuente de Los Sátiros, de allí salió el último viaje de un tranvía por la Habana, el número 388 de la ruta P-2, el martes 29 de abril de 1952.

Hubo lugares muy populares que la caracterizaron, mencionados con frecuencia por padres y abuelos, como los casos del Hospital de Emergencias, el cine Manzanares, el restaurante Las Avenidas y la esquinera funeraria San José, que tenía su frente hacia la calzada de Infanta, pero formaba parte del entorno y el ambiente de la avenida.

No fue hasta la década de los cincuenta cuando se le realizó una reforma integral que le propició la apariencia que, de alguna manera, conserva hasta hoy.

Fue en este entorno temporal que se edificaron inmuebles como el del Gran Templo Masónico, el que ocupó la Compañía Cubana de Electricidad y el conocido Mercado homónimo. También se remodeló la verja de la Quinta de los Molinos para alinear perfectamente la calle, esto provocó algunos conflictos, la cuestión requería tener que cortar el árbol más antiguo del Jardín Botánico, pero al asunto se le encontró una solución y se consiguió el objetivo sin llegar a la tala del añejo espécimen.

Carlos III a Avenida Salvador Allende

pasando en el siglo XX por los nombres Avenida de la Independencia y Carlos III. 

Lejos estaba de imaginarse el “bueno para nada” del Capitán General Miguel Tacón, que el paseo que él impulsó para La Habana en la Cuba colonial, se convertiría en una de las arterias viales fundamentales de nuestra ciudad en la República y sin duda alguna, la principal del municipio Centro Habana actual. Hoy el área de la otrora primera rotonda se constituye como el nodo central del municipio y la traza del paseo, es el corredor urbano que permite el enlace entre el centro de la capital y los municipios del oeste, sur y suroeste, todo gracias a la concepción vial estratégica del antiguo paseo.

  • Aún se conservan algunas edificaciones emblemáticas y en otros casos los espacios pasaron a cumplir diferentes funciones, pero la estructura vial mantiene prácticamente la misma morfología de siempre.

En la década del setenta del pasado siglo XX se le cambió nuevamente el nombre por el de Avenida Salvador Allende, pero sucedió lo mismo que en las otras ocasiones, todos la seguimos llamando como siempre. Lo que echa raíces en las entrañas de la sociedad, no hay decreto que lo cambie, es una cuestión de transferencia cultural. Para reforzar la confraternidad popular con el antiguo nombre, al ser remodelado el famoso mercado que existió desde la década de los cincuenta, se le nombró Plaza Carlos III.

Biblografías

  • Andar: Alusivo a los recorridos históricos - culturales Rutas y Andares organizados por la Oficina del Historiador de La Ciudad de La Habana. Estos recorridos están diseñados para acercar a la familia cubana al patrimonio histórico - cultural atesorado en nuestro país y de esta forma dar a conocer la historia local.
  • En Antropología Urbana se utilizan conceptos básicos para el análisis de las ciudades y los nodos. Límite: Franja limítrofe entre una zona urbana y otra rural. Borde: Espacio fronterizo o final. Hito: Elemento significativo que remite a primera vista a pensar en un lugar asociado a él.
  • Tacón y Rosique, Miguel [Gobernador]. (1838). “Relación del Gobierno Superior y Capitanía General de la Isla de Cuba”. México: Reimpresa por Mariano Arévalo, pp.32-33.

De la Torre, José María. (1866). “Plano de La Habana”. La Habana: Confeccionado por ingenieros militares de la capital. Santa Cruz y Montalvo, Mercedes (Condesa de Merlín). (1844). “Viaje a La Habana”. Madrid: Imprenta de la Sociedad Literaria y Tipográfica, Carta X, p.98. Sánchez de Fuentes Peláez, Eugenio. (1916). “Cuba monumental, estatuaria y epigráfica”. La Habana: Imprenta Solana y Compañía, Tomo – I. Sánchez de Fuentes Peláez, Eugenio. (1916). “Cuba monumental, estatuaria y epigráfica”. La Habana: Imprenta Solana y Compañía, Tomo – I, pp. 174-175. Cuevas, Laureano; Mialhe, Federico. (1841). “Un paseo pintoresco por la isla de Cuba”. La Habana: Litografía del Gobierno, Tomo –I y II. Pichardo, Esteban. (1875). Mapa de La Habana. Ceres: Diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad en la mitología romana, es la patrona de Sicilia. Paladar: Forma popular de nombrar a los restaurantes particulares en Cuba. Los sátiros: Criaturas masculinas de la mitología griega, acompañaban a Pan y a Dioniso. Frecuentemente se les atribuye un desaforado apetito sexual. Los etruscos: Pueblo de la Antigüedad de la Toscana, Italia. Se destacaron en el campo de las artes, fundamentalmente en la orfebrería, el arte funerario, la pintura y la escultura. Consolidaron un estilo en las artes que se conoce como “estilo etrusco”. Pomona: Diosa de las frutas, los árboles frutales, los jardines y las huertas en la mitología romana. Imágenes: Del Autor, Cuba monumental, estatuaria y epigráfica, Fondos de la fototeca del Colegio San Gerónimo de La Habana y de la Fototeca de Cuba.

Fuentes