Jobabo
Se encuentra ubicado al sureste de la provincia , limitando al sur con el Golfo de Guacanayabo, al este con los municipios Las Tunas y Río Cauto, al este Colombia y Guáimaro y al oeste con las divisiones políticas de Guáimaro y el municipio Tunas. Su cabecera municipal se encuentra localizable a los 20.9 grados de latitud norte, y los 77.3 grados de longitud oeste.
Historia
El nombre de Jobabo tiene su raíz en la palabra aborigen Jobabol.
En lengua Aruaca significa sitio poblado por jobos. Es fácil imaginar dicho árbol intercalado en las inmensas selvas vírgenes, atravesadas por el fértil río de igual nombre que nace en las llanuras del rompe, desemboca en el Golfo de Guacanayabo, y que fuera, hasta la implantación en 1976 de la actual División Política Administrativa, la línea divisoria natural entre Oriente y Camagüey.
La historia de este territorio tunero se recoge desde el año 1510, en que el navegante español Alonso Ojeda, a causa de un naufragio, descubre por casualidad estas tierras. Casi 500 años de existencia de Jobabo, han servido para que sus pobladores escribieran páginas de gloria en cada una de las centurias transcurridas. Desde la primera sublevación de esclavos en América, en el año 1533 a orillas del Río Jobabo, hasta la sólida labor en la Batalla de Ideas, sus hijos han mantenido encendida la llama de la rebeldía, en lucha y defensa de su libertad.
Pasando por el histórico alzamiento de Francisco Vicente Aguilera en la hacienda de Cabaniguán, el ataque de Vicente García al Fortín de La Zanja, el paso de la invasión a Occidente en dos épocas por Maceo-Gómez y Camilo-Ché, las luchas proletarias y revolucionarias en el Ingenio Jobabo, el 30 de Diciembre de 1958, fue el punto cumbre y luminoso de las luchas por la independencia nacional en esta localidad. Luego vendrían, y seguirán viniendo por siempre, años de Revolución social y democrática, justicia con todos y para el bien de todos, y desarrollo de una comunidad que nunca ha dejado de sentir el orgullo de pertenecer a esta tierra. Grandes transformaciones sociales dirigidas por el gobierno socialista, convertirían a Jobabo de un simple par de bateyes alrededor de un ingenio, en uno de los principales centros de desarrollo social en la provincia, hasta finalmente merecer la denominación de municipio en el año 1976, con la nueva división político-administrativa.
Fuentes Documentales
- Trabajo realizado por la Sociedad Científica arqueológica bajo la tutoría de la Lic Belkis López Ramos, Colaboradora y Consultante Lic Juana María Cardosa Rafael: Especialista del CITMA en la Provincia. - Monografía del Mcpio Jobabo. Capítulo: La República Neocolonial 77 h (Material mimeografiado).
- Colectivo de Autores. Monografía del municipio
- Lic Esteban Felipe Yero Rosales. ¨Jobabo Otra Vez. Soporte digital
Primeros habitantes
El más antiguo horizonte arqueológico de Cuba y Jobabo, se remonta a algunos siglos atrás. Los primeros habitantes eran hombres de la gran raza mongoloide. Los grupos más tempranos se dedicaban entre otras actividades económicas a la caza, la pesca y la recolección. Ya en los primeros años de nuestra era, sucesivas oleadas de descendencias Aruacas provenientes de Suramérica traen al arco antillano la época neoindia y con ella la agricultura y la alfarería. Nuestros habitantes primitivos en dependencia de sus costumbres actividad económica fundamental, tipo de economía, y otros. Según estudios de José M. Guarch los primeros grupos surgen a partir del año 3300 A.C.
En el caso específico de la zona que hoy se define como Jobabo, sus primeros habitantes pertenecían a la variante cultural Guacanayabo, gran grupo de los pescadores, cazadores, recolectores, más bien inclinados hacia la recolección marina, economía de apropiación, debido a que obtenían su fuente de alimentación tal como se lo ofrecía la naturaleza. Comunidad gentilicia primitiva. Los ocho asentamientos aborígenes definidos por el grupo provincial y municipal de arqueología son: Tunita 1, Alto de Tunita 2, Alto de Tunita 3, El Colmenar, Rancho Claro1, Rancho Claro2, Rancho Claro3 y Conchal Las Caguaras.
Las evidencias encontradas sobre los medios de trabajo, indica que los elaboraban en la mayoría de los casos en piedras en volumen pulido, utilizando guijarros naturales; también de las tallas se han encontrado discos de piedras y anillos. La piedra tallada era utilizada en lascas con técnicas simples, de forma amorfa y de pequeños tamaños, en la que son escasos los retoques; la talla en cada concha está bien representada por las vasijas, las hachas, gubias y cucharas. Han aparecido además artefactos súper estructurales en piedra y volumen, trituradores en forma de campanas, dagas, esferas, martillos enmangados monolíticos pendientes laminares y globulares, el material de concha, sirvió para la utilización de percutores y picos de mano en la obtención de alimentos, también para lograr cuentas de collares y pendientes, con mayor frecuencia con los dientes de tiburón y cuentas con las vértebras de pescado.
Las prácticas funerarias las realizaban en los sitios de población y cuevas, en estas utilizaban colorantes, para esta región eran más frecuentes los entierros primarios. Al referirse a este aspecto Felipe de Jesús Pérez Cruz, en su libro ”Los Primeros Rebeldes de América” describe: …”En los primarios el cadáver no se volvía a tocar una vez que era depositado en tierra y a veces lo acompañaban ofrendas consistentes en instrumentos de trabajos, adornos personales y hasta materiales colorantes.

