Almiquí
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Almiquí (Solenodon cubanus) es un mamífero terrestre primitivo insectívoro que habita sólo en las regiones boscosas del oriente de Cuba (Baracoa). La palabra primitivo indica que es muy antiguo, por eso muchos científicos dicen que el almiquí es un fósil viviente.
Sumario
Características
El almiquí de Cuba (Solenodon cubanus) es junto con el almiquí paradójico una de las dos especies de la familia de los Solenodóntidos. Esta especie es endémica de Cuba, y como todas las de solenodonte está en peligro de extinción. Este insectívoro posee una mordida venenosa, usada probablemente para inmovilizar presas tan grandes como una rana. De hábitos solitarios.
Es de color pardo oscuro o negro, con los hombros y el hocico blancos o amarillentos. Su hocico termina con una trompa flexible, con cuarenta dientes, algunos de largas puntas, que usa para romper la envoltura de los insectos, su principal alimento, y así poderlos devorar. Viven en cuevas o túneles entre las raíces de los árboles, bajo las rocas o en troncos huecos. Es un animal muy activo que necesita alimentarse mucho, no sólo de insectos, sino también de lombrices, cangrejos, ranas y pequeños reptiles, que captura por las noches.
Es raro en el mundo entero y muy interesante. Familia de las Musarañas y los Topos, que también son insectívoros, mide unos 53 cm, de los cuales 20 mc son de la cola; es pequeño, pero si lo comparamos con la musaraña o musgano enano de Europa (Suncus etruscus) que mide solo 7 cm, incluyendo la cola, el almiquí es un gigante entre los suyos.
Tienen costumbres nocturnas, habitan en zonas boscosas y arbustivas, y viven en huecos de troncos caídos o entre las rocas. Se alimentan de insectos y reptiles, aunque parece que también comen frutos y otras materias vegetales. Al igual que en otros insectívoros, su saliva es venenosa.
Clasificación científica
Los almiquíes o agoutas pertenecen a la familia de los Solenodóntidos y constituyen el género Solenodon. El almiquí de Haití se clasifica como Solenodon paradoxus y el almiquí cubano como Solenodon cubanus.
Descubrimiento
En 1838 un destacado naturalista cubano, el doctor Felipe Poey dio a conocer las primeras noticias sobre el almiquí en Cuba. En la ciudad de Trinidad se le decía tacuache y en Bayamo tejón, pero esta denominaciones se consideraron inapropiadas, posteriormente se le dio el nombre de almiquí, como las montañas vecinas al sitio donde se encontraron varios ejemplares.
Juan Federico Brandt describió otra especie en Santo Domingo, alrededor de esa misma fecha, a la que nombró Solendon paradoxus. Aunque externamente los individuos eran parecidos, existían entre ambos diferencias apreciables.
El Solenodon cubanus Peters lleva detrás el apellido del doctor Wilhem Peters, porque en Berlín, en 1861 él descubrio la especie a solicitud del doctor Gundlach, quien le envío un almiquí hembra, conservado en aguardiente de caña.
Aunque este animal es bastante tranquilo, cuando se irrita eriza el pelo, enseña los dientes, gruñe, emite chillidos y segrega una sustancia aceitosa de olor desagradable. Además, uno de sus dientes está perforado para conducir al interior de sus presas saliva con sustancias tóxicas o venenosas e inmovizarlas. Con todas estas características y teniendo en cuenta que el almiquí posee extremidades con poderosas garras y cinco dedos, debiamos agradecerle a la naturaleza haberle dado un tamaño pequeño, de lo contrario sería una fiera temible.
Peligro de extinción
En la actualidad están en peligro de extinción debido a su baja tasa de reproducción y a la depredación que sufren por parte de especies introducidas como son los casos de Gato Salvaje la especie que más amenaza el presente y el futuro del almiquí, aunque otras como la Rata Negra, el Perro Salvaje y el Puerco Salvaje, también ponen en peligro la existencia del antiquísimo mamífero, el cual ha perdurado con pocos cambios desde el período cretácico hasta nuestros días.
Fuente
Gómez Luna, Liliana: Pequeña Enciclopedia del Medio Ambiente. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, Cuba, 2002.

