Reinhard Keiser
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Reinhard Keiser. Compositor.
Síntesis biográfica
Este notable compositor, discípulo de Kusser, sustituyó a su maestro en Hamburgo. Escribió más de cien óperas y logró con ellas éxitos rotundos de público, a la vez que situaba a la ciudad al frente del movimiento operístico nacional. El público se emocionaba con sus expresivas melodías, y con su discurso declamatorio en estrecha relación con los recitativos, que se ajustaban a las inflexiones características del idioma. Pero a pesar de su agarre como melodista, las arias de sus óperas estaban muy cerca de la canción y dirigidas más a aficionados que a públicos cultivados. Esto, unido a libretos mediocres dirigidos al halago superficial, restó solidez a su teatro lírico, que no pudo consolidar.
Méritos
También se destacó como compositor de cantatas y otra música de iglesia. Además de Keisser, con muchos otros compositores, trabajaron para el ¨Mercado de los Gansos ¨, Johann Mattheson, quien era también cantante y actuaba en papeles de sus propias óperas y en las de otros autores. Asimismo, Georg Philipp Telemann, un compositor dotado y muy prolífico, que llegó a Hamburgo en 1721 y escribió para su teatro más de veinte óperas- aparte de otra veintena que ya había compuesto-, con un tratamiento musical un tanto superficial; se atuvo tanto a libretos en italiano como en alemán, sin demostrar una preocupación histórica por cimentar la ópera alemana. Hamburgo tuvo en algunos momentos la posibilidad más factible para la creación del teatro operístico sajón, porque en el argumento de sus óperas se dio cabida a temas relacionados con el hombre común; sin embargo, lo que fuera muestra de un humanismo ejemplarizante, perdió solidez y seriedad al intercalarse en un mismo libreto los asuntos terrenos, a veces escabrosos, ruines y hasta inmorales, con asuntos mitológicos y de índole dogmática, con tal de conseguir a toda costa el favor del espectador. Así, implicaba un mensaje deformador, que solo llegaba y excitaba a las clases más populares. Musicalmente se cayó primero en el potpurrí (literalmente ¨olla podrida¨), en el cual se alternaban arias italianas con arias alemanas sin relación dramática, poética ni musical. Tal estado de cosas siguió degenerando hasta caer en el pasticcio (literalmente pastel, torta), en cuyo caso colaboraban diversos autores en la misma obra, descuidando la unidad dramática. Obviamente, estos procedimientos no lograron fomentar un teatro lírico que pudiera rivalizar con los italianos belcantistas, cuya hegemonía seguirá reinando todavía por mucho tiempo. La última ópera escrita por alemanes subió al palco ascénico del teatro hamburgués en 1738. Handel, que podría haber contribuido como creador riguroso a hacer realidad los anhelos de Keiser, cuando estuvo en Hamburgo no había madurado como compositor. Entre los años 1703 y 1707, escribió con éxito cuatro óperas; pero sus intereses profesionales como músico lo llevaron a Italia y en el futuro, fuera de su país, se dedicaría a la ópera italiana. Fue Alemania el país que se situó a la cabeza del movimiento organístico, tanto por la cantidad y calidad de sus compositores, como por el resultado musical en última instancia. Al principio fue decisiva la influencia italiana representada por Samuel Scheidt, influencia que penetra en el norte por los discípulos del flamenco Sweelinck- quien se formó en Venecia con Zarlino- y por el sur con los discípulos de Frescobaldi.
Fuente
- Colectivo de autores.Historia de la Música II. Editorial Pueblo y Educación,1991.


