Ismael Ricondo Fernández
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Ismael Ricondo Fernández. Mártir de Artemisa. Su espíritu revolucionario y rebelde, lo relaciona al grupo de jóvenes que en Artemisa siguen las orientaciones de Fidel y se preparan con firmeza para la lucha. Fue un hombre trabajador, honesto, revolucionario y conquistaba el afecto de todos, desde muy pequeño.
Primeros años de su vida
Nació en la finca "La Tentativa" el 17 de junio de 1930, hijo del matrimonio campesino Jenaro Ricondo y Andrea Fernández.
Desde el año 1921 residía en la finca "La Tentativa" la familia Ricondo-Fernández, donde se había ganado el afecto de todos los vecinos del barrio por su laboriosidad y honestidad. Cuatro eran los hijos que tuvieron y educaron en esos principios.
En la escuela Rural del barrio situada en la finca La Manuela estudió Ismael hasta el sexto grado, siendo sus maestros, que lo recuerdan con gran cariño, Cira Ortega y José Ramón Orta.
Juventud
Su espíritu de superación lo hace matricular en la "Academia Pitman", donde estudia Comercio. Allí estrecharía las relaciones afectivas y revolucionarias, con quienes eran sus amigos y fueron después compañeros en el ataque al Moncada: Ciro Redondo, Julio Díaz y Rigoberto Corcho.
Incorporación a la lucha
Su espíritu revolucionario y rebelde lo vincula al grupo de jóvenes que en Artemisa, siguen las orientaciones de Fidel y se preparan para la lucha realizando prácticas de tiro frecuentemente.
Al día siguiente del asalto al Moncada, los padres de Ismael escucharon decir que estaba herido en el brazo derecho y detenido con seis compañeros más de Artemisa. Su hermano mayor y el padre de Ciro Redondo fueron a Localidades de Santiago de Cuba, pero nada pudieron saber.
Muerte
El 18 de agosto salió la información en el periódico de que Ismael Ricondo había muerto en el Moncada. No se sabe donde han ido a parar los restos del joven campesino. Hay versiones de que alguien lo enterró junto con otros compañeros.
La madre piensa que su hijo estaría contento de saber que está con ellos. Ismael no volvió a ver los campos que rodean la finca "La Tentativa", pero sabía, tenía la plena convicción de que iba a una lucha por defender lo que hoy es una realidad para el campesino cubano. Los padres lo saben y piensan, como todo el pueblo de Cuba, que Ismael no dió su vida en vano.
Fuente
- Museo Municipal de Artemisa
