Civeta africana
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Civeta africana (Civettictis civetta) animal omnívoro. No se encuentra amenazado de extinción.
Hábitat
Puebla los bosques del África subsahariana, sobre todo los del África austral. Mosaicos total o parcialmente boscocos, zonas cultivadas y pantanosas. Zonas abiertas y secas, con una densa vegetación junto a cursos de agua que en torno a afloramientos de piedras y en terrenos con barrancos.
Descripción
Es un animal tipo perro, velludo, bajo de cuerpo, con un elaborado dibujo de franjas y manchas en cuerpo y cola, las patas negras y una llamativa máscara facial, con frente pálida, hocico blanco, y manchas oculares negras. Tiene un pelaje tosco y laxo, cresta desde la frente hasta al extremo caudal. Las andaduras normales son un paso bajo, indeciso y cabizbajo o un trote constante.
Alimentación
Se alimenta de vertebrados y plantas, principalmente raíces, brotes y frutos. Es capaz de comer frutos venenosos como los de Strychnos, inects de mal sabor como las langostas malolientes, milpiés y serpientes peligrosas. Puede comer de forma irregular y ayunar hasta dos semanas. Las piezas las captura mediante un cauto acecho o bien con una repentina arremetida. Los vertebrados los muerde profundamente, los sacude con violencia y luego los deja caer. Mata presas tan grandes como liebres o mangostas. Las civetas son alimentadas con una mezcla de frutas, legumbres, harina de maíz y carne.
Comportamiento y características
Es un animal solitario excepto cuando cría. Después de 60-72 días de gestación, nacen hasta cuatro crías en una madriguera, grieta o termitero o entre la densa vegetación. Los cachorros se desarrollan con rapidez, empiezan a tomar alimentos sólidos al cabo de un mes y adoptan la conducta adulta a los cinco meses.
La civeta africana ha sido criada en cautividad en Etiopía desde hace varios siglos. El almizcle de la civeta, un producto de olor infecto de las glándulas anales del macho, posee un marcado poder fijativo de los otros perfumes y es utilizado en la fabricación de los perfumes costosos.
En un año, una civeta producirá aproximadamente 300 a 500 g de almizcle con un valor comercial para el criador de 200 dólares aproximadamente. Etiopía tiene prácticamente el monopolio mundial de la producción de almizcle y exporta cada año alrededor de 2000 kg por un valor de aproximadamente 900.000 dólares. Las civetas en cautividad mueren a menudo de una enfermedad que se parece a la parvovirosis de los perros.
