Coros de Clave
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Coros de Clave. Agrupaciones corales que surgen a imitación de los orfeones españoles que proliferaron durante el siglo XIX en Matanzas y La Habana, los dos sitios donde tuvo mayor presencia, muchas veces vinculado a los cabildos de antecedentes africanos.
Surgimiento
En su origen cantaban una composición hecha para ser cantada por un conjunto de voces, con acompañamiento de tambores, maracas, claves u otros instrumentos, por grupos de esclavos africanos que salían generalmente el Día de Reyes.
Según Natalio Galán:
Para Fernando Ortiz:
Antaño se formaban, sobre todo por los jolgorios carnavalescos, grupos de clave, en cuyo canto orillero se filtraba la rítmica criolla. Constituyendo orfeones populares, que en alta proporción numérica funcionaban en las distintas sociedades y grupos de peninsulares del siglo pasado y aún durante los primeros años de la República, creándose los coros
de clave o claves navideñas, con sus acentos a contratiempo presidiendo lo melódico y otras características alejándola (la clave) del punto:
- a) Su cadencia a la tónica
- b) La ausencia de la décima, que sí usa la guajira
- c) Los ritmos base formándola, mucho más complejos y variados que en la criolla y guajira, tenuemente tocados
En la República el punto de clave se asemejó a la criolla al perder sus acentos desplazados en un apacible 3/4 del bajo (acercándose más al «clavé» español), manteniendo el 6/8 en el canto a dúo, en terceras y sextas que pudo llegarle del África donde se practica este paralelismo junto con el intervalo de cuarta.
Entre los complejos rítmicos que el 6/8 crea, la clave no puede ocultar su mestizaje marcadamente africano.
Los instrumentos que utilizaban eran las guitarras, clave y viola, una especie de bajo sin cuerdas percutido. Otros empleaban marímbulas, bongó, tres, tambores de cuña, quinto, bombo, guiro, botija, quijada de caballo, guataca, diversos instrumentos, dependiendo de la zona en que se ejecutara.
Martha Esquenazi
Una de las investigadoras que más ha escrito acerca del tema, sitúa los coros de clave en barrios populares:
Marianao, Regla, San Miguel del Padrón y Guanabacoa. “Hacia 1886 –escribe Esquenazi- este tipo de agrupaciones corales conocida como coros o bandos de clave; entre los más afamados se encontraban el:
- Bando Azul
- El Rosedá
- El Marino
- Los Congos de Angonga
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Oye, niña, la voz,
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Ignacio Piñeio:
Esquenazi sigue diciendo que sobre 1894, a raíz de migraciones internas, se trasladan los coros a Sancti Spíritus, “allí son conocidos La Yaya, de Juan Echemendía –continúa redactando Esquenazi-; en las primeras décadas del siglo XX se fundan coros de clave en esta ciudad como el Grano de Oro y el Joven Clave entre otros. De la misma forma, que en Trinidad, después de la guerra de 1868, aparece un tipo de coral similar conocida como Tonada trinitaria, que luego se extiende a Cienfuegos. Los textos de tonadas reflejan temáticas sociales, religiosas o amorosas”.
Esquenazi muestra una tonada que hace referencia a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, que sirvió de contrapartida a Santiago de las tropas españolas en los campos de batalla independentistas:
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Bibliografía
- Natalio Galán. Cuba y sus sones. Valencia, Pre-Textos, 1997.
- Fernando Ortiz. La africanía de la música folklórica de Cuba. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1993.
Fuente
- "Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba". Instituto Cubano del Libro. Editorial Letras Cubanas, 2009. Consultada el: 18 de noviembre de 2010
- Cubarte

