Alexandr Herzen
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Alexandr Ivánovich Herzen. Demócrata revolucionario ruso, pensador materialista, escritor; fundador del populismo. Hijo del aristócrata moscovita I. A. Iákovlev. Terminó sus estudios en la Universidad de Moscú (1833). Fue deportado dos veces por las autoridades zaristas (1835-40 y 1841-42). Emigrado desde 1847. Testigo de la revolución de 1848-49 en Francia y en Italia. Desde 1852, vivió sobre todo en Inglaterra, donde fundó la Tipografía Rusa Libre (1853). Editó el periódico ruso, no sometido a censura, "Kolokol" ("La Campana") (1857-67).[1]
Muerte
Murió en París.
Obras filosóficas principales
- "El diletantismo en la ciencia"
- "Cartas sobre el estudio de la naturaleza"
- "Desde la otra orilla"
- "A un viejo camarada"
El camino ideológico de Herzen es complejo y contradictorio; sin embargo, a través de todas sus búsquedas teóricas se percibe un anhelo capital: crear una teoría científica nueva, "realista" partiendo de los resultados superiores obtenidos por el pensamiento filosófico-social, teoría que constituyera el fundamento de la revolución social futura.
Herzen analizó con espíritu crítico las ideas del socialismo utópico francés (lo conoció por primera vez en 1832), de la historiografía romántica de la época de la Restauración y de la filosofía clásica alemana del siglo XIX; y a comienzos de la década de 1840 las reelaboró en una concepción atea y materialista original del mundo, de la cual constituía una parte importante el intento de interpretar con un criterio materialista la dialéctica de Hegel, a la que más tarde denominó "álgebra de la revolución". Herzen "llegó al umbral del materialismo dialéctico". (Lenin).
El tema principal de las investigaciones filosóficas de Herzen era la demostración de la unidad del ser y el pensar, de la práctica y la teoría, de la sociedad y el individuo. Pugnaba por hallar y formular un método de conocimiento adecuado a la realidad y que constituyera de "empirismo" y "especulación".
En el campo de la filosofía de la historia, se ocupó sobre todo del problema realtivo a la ley social, concebida por él, en última instancia, como una combinación del decurso espontáneo de la historia (de la vida inconsciente de los pueblos) y de la actividad consciente de los individuos (del desarrollo de la ciencia).


