Real Academia de la Historia
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Sumario
Reseña histórica
La Real Academia de la Historia comenzó como reunión literaria de amigos, en el año 1735. Los contertulios se dirigieron a Felipe V para que autorizara sus reuniones y el monarca les concedió su protección. Con ello, la tertulia ya especializada en la investigación del pasado quedó convertida en Real Academia de la Historia. La autorización la dio Felipe V por Real Cédula de 17 de junio de 1738. Desde entonces, la Academia gozó de la real protección como las demás corporaciones análogas, vínculo institucional que perdura, al ser Su Majestad el Rey Patrono de todas la Reales Academia creadas, todas ellas, a partir de la acción ilustrada que, en el siglo XVIII, culminó en la fundación de las tres más antiguas: Española, de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando.
Real Cédula Fundacional
Con fecha 18 de abril de 1738 el Rey Felipe V, aprobó por decreto dirigido a su Consejo la elevación a condición y título de Academia de la Junta que, para el estudio de la Historia y formación de un Diccionario Histórico-Crítico Universal de España, venía reuniéndose en los salones de su Real Biblioteca.
En la fecha indicada, aprobó también el Rey los Estatutos de la Academia, publicados en la Real Cédula que firmó en el Buen Retiro en 17 de junio de año expresado.
En 1766, la Academia decidió reformar los Estatutos, lo que se hizo en 1787, con la participación de los Académicos don Gaspar Melchor de Jovellanos y don José de Vargas Ponce. El fin que se quiso alcanzar era el de trabajar con más método y constancia. Los nuevos Estatutos fueron aprobados por la Academia en 1792.
Sede
Tras su fundación y establecimiento en la antigua Biblioteca del Palacio Real y la Casa de la Panadería, la Real Academia de la Historia se trasladó por Real Orden de 23 de julio de 1837 al edificio del Nuevo Rezado.
No obstante, la primera Junta Académica tardaría aún más de treinta años en verificarse en esta nueva ubicación. Tras diversos trabajos de adaptación, el 22 de junio de 1874, la sede de la Academia quedaría definitivamente.
La Casa del Nuevo Rezado era despacho de libros de rezo perteneciente a la comunidad jerónima de El Escorial. La edificación, iniciada en 1788, corrió a cargo del arquitecto Juan de Villanueva.
El edificio del Nuevo Rezado es la sede principal de la Academia de la Historia, pero con el tiempo se anexionaron a ella el palacio del Marqués de Molins y una pequeña casa de la calle de las Huertas, hasta completar para la Academia toda la manzana entre las calles León, Huertas, Amor de Dios y Santa María.
Organización
La Academia es regida por la Junta de Gobierno, que se reúne todos los viernes no feriados a las siete de la tarde, y está formada por:
- El Director: elegido cada tres años en votación secreta por los Numerarios presentes en la última junta del año, nombra los interinos cuando se producen vacantes.
- El Secretario: elegido entre una terna de candidatos de manera vitalicia, es el jefe administrativo de la Academia y ejecutor de los acuerdos.
- El Censor: elegido cada tres años entre una terna de candidatos, vela por el exacto cumplimiento del Estatuto, Reglamento y acuerdos.
- El Tesorero: elegido anualmente entre una terna de candidatos, gestiona los ingresos y gastos de la Academia.
- El Bibliotecario: elegido entre una terna de candidatos de manera vitalicia, tiene a su cargo la colección de libros de la Academia.
- El Anticuario: elegido entre una terna de candidatos de manera vitalicia, asume la conservación y estudio de los objetos arqueológicos.
- El Académico adjunto a la Comisión de Gobierno y Hacienda.
El trabajo de la Academia se organiza por medio de comisiones permanentes y especiales que se confían a uno o más de sus miembros.
Biblioteca de la Real Academia de la Historia
La Biblioteca de la Real Academia de la Historia, es un centro de investigación de primer orden, para el estudio e investigación de la historia de España y de América.
El fondo impreso de la Biblioteca se han ido adquiriendo por donación de bibliotecas particulares, por compra y por las publicaciones de los propios académicos, autores y entidades editoras. Destacan cerca de doscientos incunables de gran importancia. Entre los legados por parte de los sus académicos, está el de don Eduardo Fernández de San Román, marqués de San Román, que se incorporó a los fondos en 1888 con obras de tema diverso, especialmente de carácter militar.
El segundo legado es el de don Ángel Ferrari Núñez, fallecido en 1986, cuya biblioteca particular alcanzaba los 30 000 volúmenes entre libros, folletos y revistas. Un tercer fondo importante lo constituyen las publicaciones periódicas, cuyo número y actualidad se incrementa al ser recibidas en su mayoría por intercambio con el Boletín de la Real Academia de la Historia.
El fondo manuscrito, por su parte, está formado por más de un centenar de colecciones, procedentes en su mayoría de donaciones de particulares. Destaca la colección de Códices, que contiene en torno al centenar de ejemplares procedentes de los monasterios de San Millán de la Cogolla y San Pedro de Cardeña, entre los que destaca el Códice Emilianense, del siglo X, con las glosas al margen del texto latino que contienen las primeras palabras escritas en castellano y en vasco. También destacan un magnífico Beato miniado del siglo XI y unas Etimologías de San Isidoro del siglo XII-XIII con un Mapamundi.
Los manuscritos e impresos árabes se distribuyen en las colecciones de Codera y de Gayangos, esta última con un importante número de manuscritos aljamiados. Otro gran fondo documental es la colección del Diccionario Geográfico-Histórico correspondiente a este gran proyecto de la Academia en el siglo XVIII.
La colección documental más copiosa es la recopilada por don Luis de Salazar y Castro, especialmente interesante para los estudios genealógicos, llegada a la Academia en 1850, y compuesta por más de mil seiscientos volúmenes que sobrepasan los setenta y ocho mil documentos.
Referencias
- ↑ CONTRERAS, Remedios. Las Colecciones Reales sobre América de la Real Academia de la Historia y su contribución al V Centenario del Descubrimiento del Nuevo Mundo, en, "Boletín de la Real Academia de la Historia", Tomo CLXXXVI, Cuaderno I, enero–abril 1989, pp. 79-95

