Usuario:Humberto0601ad jc/Zona11
Religión mexica |
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Religión mexica. La religión de los antiguos mejicanos era una especie de politeísmo análogo al de los griegos en cuando al fondo de las creencias, pero que se acercaba a las religiones de Asia en cuanto al culto. Su creencia se basaba en un dios supremo creador y señor del universo llamado Ometecuhtli. Bajo este superior estaban colocados trece grandes divinidades y más de doscientas de menor importancia, cada una de las cuales tenia un día consagrado. Los aztecas honraban con preferencia al dios de la guerra, Huitzilopochtli o Mexitli, cuya imagen habían llevado consigo en su larga peregrinación, hasta que echaron los cimientos de la ciudad de Tenochtitlan que vino a ser la capital del imperio. Otra divinidad por que tenían una profunda veneración era Quetzalcoatl, dios del aire, de quien creían que había residido en la tierra para enseñar a los hombres el cultivo de los campos, el laboreo de los metales y la ciencia del gobierno. Suponían que este dios era completamente pacífico y que se tapaba los oídos cuando se hablaba de guerra. Los mexicanos decían que Quetzalcoatl era de alta estatura, que tenia cutis blanco, cabellos negros y barba larga, y que al alejarse de la tierra había prometido volver. Otra tradición mexicana explicaba la confusión de las lenguas por una leyenda semejante a la historia de la torre de Babel de las sagradas escrituras.
La religión de los aztecas tenia otros puntos de contacto con el dogma católico. Creían en la caída del primer hombre, en el pecado original y en la regeneración por medio de abluciones que recuerdan el bautismo. Consideraban que la especie humana había sido arrojada a la tierra por castigo, y en sus oraciones imploraban la misericordia divina. Entre los objetos de su culto figuraba la cruz, que encontraron los castellanos en Yucatán y en otras provincias. Los mexicas tenían, además, la confesión, que los purificaba de los crímenes cometidos anteriormente; y en una ceremonia semejante a la eucaristía, en que los sacerdotes distribuían a los fieles prosternados los fragmentos de una imagen del dios.
Fuentes
- Barros Arana, Diego (1865). Compendio de Historia de América. Parte I. Santiago de Chile: Imprenta del Ferrocarril. pp. 22-24