El judas de Leonardo
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El judas de Leonardo novela Leo Perutz es una novela ingeniosa sobre los tres grandes discursos de la edad moderna: dinero, amor y arte. La novela está construida de manera voluntariosa y precisa; los discursos están cuidadosamente asignados a los escenarios y los personajes. Transporta al lector hasta la historia de Milan y de la vida y obra de ese grande que fue Leonardo Da Vinci
Argumento
El Judas de Leonardo es una novela ingeniosa sobre los tres grandes discursos de la edad moderna: dinero, amor y arte. La novela está construida de manera voluntariosa y precisa; los discursos están cuidadosamente asignados a los escenarios y los personajes. El codicioso Boccetta se interesa exclusivamente por el dinero, la bella Niccola aparece sólo en la intriga amorosa, y la vida de Leonardo, él mismo lo dice con cierto orgullo, pertenece únicamente al arte: «Yo no sirvo a ningún duque, a ningún príncipe, y no pertenezco a ninguna ciudad, ningún país, ningún reino. Sólo sirvo a mi pasión de ver, de comprender, de ordenar y crear, y pertenezco a mi obra». El comerciante bohemio Behaim actúa como protagonista en la intriga del dinero y del amor: él traiciona su amor por cobrar una deuda. Sólo un personaje de la novela juega en los discursos del dinero, del amor y del arte un papel principal: Mancino, un poeta de origen desconocido que, como subraya su balada, no se conoce verdaderamente: «Y qué soy yo en este mundo sino un mercachifle que negocia con lo que tiene en un momento dado, unas veces con versos, otras con mujeres». Ese Mancino, el lector lo averigua, ama a Niccola tan desinteresadamente como a su poesía, pero como no puede vivir de ninguno de los dos amores, ha de prestarse a toda clase de servicios ruines y negocios oscuros.
Trama
Sin preámbulos, transporta a los aguaceros lombardos de marzo de 1498 y pronto, hasta el conocedor de la historia de Milán, de la vida y obra de Leonardo y de Villon, tendrá dificultad para distinguir lo que es verdad, lo que es leyenda y lo que es ficción en esta novela moderna. Ya el primer capítulo brinda una excelente ocasión de comprobarlo. Que Leonardo fue exhortado el 29 de junio de 1497 por el secretario del duque Ludovico Sforza a que concluyese los trabajos de la Cena del refectorio del convento de Santa María delle Grazie es un hecho documentado, pero no la descripción que hace Perutz del encuentro que tiene lugar entre el duque, el prior y Leonardo. ¿Una bonita ficción? No, una bonita leyenda que ya en 1554 aparece en los Discorsi de Giovanni Battista Giraldi -que la presenta como un relato verdadero de su padre- de donde la podría haber tomado, embelleciéndola, Vasari para la segunda edición de sus Vite (1568). En la Vita de Leonardo de Vasari, el prior del convento se queja al duque con tanta insistencia por el retraso de Leonardo «que éste se vio obligado a mandar venir a Leonardo y a instarle con la mayor amabilidad a que terminase la obra». Leonardo se justifica ante el duque «algo a lo que nunca se habría prestado frente al prior».
Personajes
Los personajes principales de la novela, el viejo codicioso y su bella hija que se enamora de un ser indigno, el mercader que traiciona su amor, el poeta de origen desconocido, todos ellos son figuras artísticas de la tradición literaria pero viven en una novela histórica.
Resumen
La ironía con que maneja Perutz el concepto de la novela histórica se pone especialmente de manifiesto en el «Comentario final del autor» donde reconoce la libertad y audacia de su construcción al dejar que Villon siga viviendo en Mancino. La primera clave de ese comentario final reside en que el autor no argumenta con una sola palabra en favor de la plausibilidad de su construcción. En lugar de ello remite al lector a las conclusiones que puede sacar de esa construcción. Si el lector la acepta, Mancino, alias Villon, pronuncia en la novela los versos del poeta francés con todo el derecho; si no la acepta, deberá considerar que el vilipendiado Mancino es también un plagiario. En la formulación que hace Perutz de esta alternativa, se encuentra la segunda clave del comentario final: el autor, que surge para hacer frente al reproche del plagio, ya no aparece en ese comentario. Delega la responsabilidad de la utilización de los versos de Villon en su figura literaria Mancino a la que dedica como plegaria precisamente un epitafio de Villon… El lector que esperaba del «Comentario final del autor» alguna aclaración sobre la novela o las intenciones del autor se ve defraudado -pero es compensado con creces por una pieza de enredo magistralmente escenificada donde aparecen el autor, el personaje histórico y el personaje de la novela. Lo único que parece serio en este juego es el amor que siente el autor por su personaje novelesco Mancino-Villon.
Traducciones y publicaciones
Esta obra y muchas de este autor han sido traducidas al español, ingles, alemán, sueco entre otros Se han realizado varias ediciones de este libro muy importante para la vida cotidana.


