Alberto Peraza Ceballos
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Alberto Peraza Ceballos. Nació en San Juan y Martínez, Pinar del Río, en 1961. Poeta y escritor para niños.
Sumario
Premios
- Tercer lugar en el concurso Hermanos Loynaz de poesía infantil 1989.
- Premio Loynaz de poesía 1992.
- Premio Hermanos Loynaz de poesía infantil 1992.
- Premio especial nacional de décima Hermanos Loynaz 1992.
- Premio nacional de poesía infantil Hermanos Loynaz 1995.
- Mención de décima concurso 26 de julio de las FAR 1993.
- Mención Ismaelillo de la UNEAC 1995.
- Premio nacional Rubén Martínez Villena de poesía 1993.
- Premio "17 de mayo" 1995.
- Mención "Cucalambé" de décima 1995.
Publicaciones
- "Salvar el alba de poesía infantil" 1992. Editorial Hermanos Loynaz.
- "Escapar al olvido de décima" 1992, Editorial Hnos. Loynaz
- "Estaciones de poesía infantil" 1994, Editorial Sanlope
- "Camino del río seco". Literatura infantil, 1999.
- "El libro de Dayron y de todo el que quiera", literatura infantil, 1999. Ed.
Aparece en las antologías
- "Poetas del mediodía". Editorial Sanlope. 1995.
Otros datos de interés
- Miembro de ASEJE (Asociación de Jóvenes Escritores de Iberoamérica).
- Miembro del Taller Nacional "Espinel" de décima.
- Recibió la medalla "Tío Castilla", por la labor decimista, en Veracruz, México y Estados Unidos de Amáerica
Décimas
Alberto Peraza Ceballos. Es un poeta que siempre ha tenido para la décima un sitio de privilegio en su obra poética de su poemario Sobornos clandestinos y otras utopías, son estas décimas.
Quién viene a tocar mi puerta con pasos que no conozco; ni yo mismo reconozco a Esperanza, si ya muerta es una pared incierta entre mi casa y el mundo.
Trae ojos de vagabundo, la piel manchada de sed:
ella, tú, alguien, usted; rivalidad de un segundo.
Quién abre de un golpe leve, quién obliga la mirada,
quién vuelve resucitada con manos de cuento breve.
Quién se fue a violar la nieve antes que el cielo se hunda, quién dejó su ala profunda y olvidó la otra mitad.
Esperanza es libertad y la libertad no abunda.
Quién muere y no cree su muerte "porque la muerte no existe".
El hombre es un canto triste que se ha inventado la muerte.
Esperanza, para verte dejé la puerta entreabierta:
naufragio con la cubierta sin bandera y sin abismo;
Esperanza soy yo mismo tocando en mi propia puerta.