Eduardo Avaroa
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Eduardo Avaroa Hidalgo. Patriota boliviano, héroe de la Guerra del Pacífico. En 1952 sus restos fueron repatriados desde Chile y sepultados en La Paz (Bolivia).
Sumario
Síntesis biográfica
Nacimiento y juventud
Nació el 13 de octubre de 1838, en San Pedro de Atacama, Chile. Sus padres fueron Juan Avaroa y Benita Hidalgo. Su esposa, Irene Rivero Pachas, fue la madre de sus cinco hijos: Amalia, Andrónico, Eugenio, Antonia y Eduardo. Realizó sus primeros estudios en la escuela del pueblo. Unos años más tarde adquirió conocimientos de Teneduría de Libros y Contabilidad. Fue miembro del Concejo Municipal de San Pedro de Atacama. Más tarde, llegó a ser contador y empresario, aplicando sus conocimientos en una mina de plata ubicada en el departamento del Litoral, territorio perteneciente en esa época a Bolivia, que formaba parte de la Confederación Perú-Bolivia. La familia Avaroa era una familia tradicional de la zona precordillerana de San Pedro de Atacama.
Labor de combatiente
Desembarcó junto a las tropas chilenas en Antofagasta, el 14 de febrero de 1879 y la desocupación de los funcionarios bolivianos del puerto, sorprendió a Avaroa, quien había viajado a esa población por motivos mineros. Avaroa no dudó en reclutarse como combatiente en las filas bolivianas. El 23 de marzo de 1879, se realizó el combate del Puente del Topáter. Apoyados por el prefecto de Antofagasta, Severino Zapata y por una tropa de más de cien efectivos, con el fin de resistir el ataque de más de 500 soldados chilenos, se situaron en varios puntos en los alrededores de la población de Calama.
Muerte
Con notable valentía, Avaroa intentó defender su posición, pero herido en la garganta, no se sumó a la retirada de las tropas bolivianas, las cuales no pudieron contra la superioridad numérica de las tropas invasoras. Ya sin municiones, lo intimaron a rendirse, pero se negó a hacerlo a la par de su frase: “¡Que se rinda su abuela, carajo!”. Dos balas enemigas acabaron con su vida. Eduardo Avaroa Hidalgo fue héroe por valor en la defensa de Calama, siendo asesinado a los 41 años de edad. Su cadáver fue sepultado por las tropas enemigas en el cementerio del pueblo de Calama, a las 4:00 pm del 23 de marzo de 1879; habiéndose cumplido así lo que él mismo expresara a Don Ladislao Cabrera: “Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me quedo”.
Condecoraciones
En la actualidad, es considerado uno de los más importantes héroes bolivianos de la Guerra del Pacífico y fue póstumamente reconocido con el grado de Coronel. En 1952, el cuerpo de Avaroa fue repatriado, siendo escoltado hasta los límites fronterizos por el ejército chileno, siendo allí recibido por su análogo boliviano. Luego de los honores realizados, fueron sepultados sus restos en la plaza de La Paz, la cual lleva el nombre de Avaroa, así como una estatua de bronce con postura desafiante del valiente héroe. La Provincia boliviana Eduardo Avaroa nombrada llamada en su honor, así como la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa. El 23 de marzo, día del aniversario de la caída en combate de Avaroa, en Bolivia se recuerda como el Día del Mar, recordando la Guerra del Pacífico. De la misma manera, su país natal elaboró una serie de sellos postales con sus últimas palabras. En el Regimiento Tópater fue instalada una placa en su honor. Y la ciudad que lo vio morir, la ciudad chilena de Calama, cuenta con una de sus calles principales con el nombre del héroe.