Ataque a Yara (1868)
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Ataque a Yara (1868). Al día siguiente de haber proclamado la independencia de Cuba en La Demajagua, el domingo 11 de octubre de 1868, el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, con una fuerza de 200 hombres, muy pocos de ellos armados, trató de tomar este pueblo.
Localización
El pueblo de Yara), se encuentra a unos 35 km al oeste-suroeste de la ciudad de Bayamo, y a 30 km al este del lugar donde se encontraba el ingenio de La Demajagua donde Céspedes inició la lucha por la independencia.
Contexto
Esta fue la primera acción militar de los alzados en armas junto con Carlos Manuel de Céspedes, y por tanto, la primera acción bélica en las largas luchas por la independencia de Cuba, y en ella cayeron el primer soldado cubano y el primer soldado español.
Desarrollo
Durante la marcha hacia Yara, el grupo comandado por Céspedes hizo dos paradas: una corta, en el ingenio San Francisco, y otra más larga, en la hacienda Palmas Altas, donde almorzaron. La llegada a Yara se produjo al anochecer de ese día.
Céspedes sabía que Yara no era una plaza militar y confiaba en ocuparla sin combatir. Por esa razón, al llegar a las cercanías de la localidad envió dos de sus colaboradores a intimar a la rendición al capitán pedáneo Tomás Riera, para que no intentara impedir la entrada a las fuerzas insurrectas. Este respondió que estaba dispuesto a rendirse a discreción, por lo que los cubanos avanzaron confiados hacia su objetivo, pero en ese intervalo una pequeña columna española de 125 hombres, procedente de Bayamo y bajo el mando de un oficial de apellido Garcerán, entró por el lado opuesto del pueblo.
El jefe de la columna, al conocer que los insurrectos avanzaban sobre la villa, dislocó sus fuerzas en las casas que rodeaban la plaza pública y en la iglesia. Cuando los patriotas, ya de noche, entraron en el pueblo dando gritos en favor de la independencia, el enemigo abrió sobre ellos un fuego cerrado que provocó el desorden entre aquellos hombres carentes de experiencia militar y mal armados, y los hizo retroceder en la más completa dispersión.
Solo 11 quedaron al lado de Céspedes y este ordenó dirigirse hacia la Sierra Maestra. Cuando alguien, desalentado, dijo que todo estaba perdido, Céspedes pronunció su inmortal frase: “¡Aún quedamos 12 hombres, bastan para hacer la independencia de Cuba!”
Fuentes
- Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
- Diccionario enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Tomo II. Acciones combativas. Centro de Estudios Militares de las FAR, 2006.
- Gerardo Castellanos. Panorama histórico, 2 t., La Habana, 1935. Pág. 635.
- Enrique Collazo. Desde Yara hasta El Zanjón, La Habana, 1967. Págs. 4-5.
- Fernando Portuondo. Historia de Cuba, La Habana, 1953. Págs. 399-400.
- Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo. Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, 2 t., La Habana, 1974. Págs. 66-67.

