Batalla de Málaga (1937)

Para otros usos de este término, véase Batalla de Málaga (desambiguación).


Batalla de Málaga
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Parte de Batalla
Fecha 3 al 8 de febrero de 1937
Lugar ciudad de Málaga,
región de Andalucía,
República Española Bandera de España
Resultado Victoria de los fascistas de Francisco Franco
Consecuencias Los fascistas conquistaron la provincia de Málaga

En el marco de la Guerra Civil Española (1936-1939), la batalla de Málaga fue una ofensiva llevada a cabo entre el 3 y el 8 de febrero de 1937. Fue lanzada por una fuerza combinada del «bando sublevado» (los fascistas dirigidos por el militar traidor Francisco Franco) y los fascistas italianos del CTV (Corpo Truppe Volontarie) para arrebatar el control de la provincia de Málaga a los republicanos. La participación de soldados regulares marroquíes y tanques italianos del recién llegado Corpo Truppe Volontarie llevó a la retirada de los republicanos y la capitulación de Málaga en menos de una semana. La caída de la ciudad produjo uno de los mayores éxodos de civiles en la Guerra Civil, eclipsado por la posterior «masacre de la carretera Málaga-Almería».

Inicio

Una vez que el bando «nacional» (fascista) logró levantar el sitio de Granada, Málaga y su provincia quedaron en un casi total aislamiento, así desde el 18 de agosto de 1936, Málaga se convirtió en una especie de "península republicana" en zona franquista, unida a su zona por un estrecho pasillo, que invitaba a ser estrangulado.

Beneficios

La conquista de Málaga aportaba grandes beneficios a los franquistas, ya que Málaga era un puerto importante en el mar Mediterráneo, con 150 000 habitantes (era la segunda ciudad de Andalucía). Su toma acortaría la línea del frente en 150 kilómetros y desalojaría la amenaza de los democráticos que aún persistía sobre la ciudad de Granada. No sólo privaría al bando republicano de una punta de lanza sobre el estrecho de Gibraltar sino que dotaría a los fascistas de un excelente puerto en pleno Mediterráneo, facilitando las comunicaciones del sur de España con Marruecos y con Mallorca.

Por todo ello, la toma de Málaga era interesante.

Desenlace

La victoria fue de los franquistas, con la ayuda de carros de asalto y autos blindados fascistas italianos del Corpo Truppe Volontarie.

Los franquistas consiguieron hacer desaparecer el «pasillo» que comunicaba Málaga con el territorio republicano, y entonces el ejército «nacional» (franquista) se hizo con la ciudad.

Se desconoce el número de hombres, mujeres y niños civiles asesinados por Franco en esa jornada. Solo se tienen datos de unos 5000.[1]

La victoria de los sublevados, con la ayuda fascista del Corpo Truppe Volontarie fue completa ante la debilidad republicana. Ciertamente, era muy difícil la defensa de una ciudad que militarmente estaba rodeada por los franquistas. La caída de Málaga fue un golpe para la España republicana aunque no tuvo más consecuencias para la zona republicana. La devastadora derrota en Málaga causó que los ministros comunistas en el Gobierno de Valencia exigieran el cese del subsecretario de Guerra, el general Asensio Torrado, y su sustitución por el editor del diario socialista Claridad, Carlos de Baraibar.[2]

La fácil victoria de las tropas italianas contra los españoles constituyó todo un triunfo resonante para el mundo, y especialmente para el líder fascista italiano Benito Mussolini. La idea de poderío de su cuerpo expedicionario fue una ilusión, pues las posibilidades militares de los republicanos en Málaga habían sido inexistentes. Lo cierto es que el cuerpo fascista italiano tenía graves carencias que quedarían al descubierto unas semanas más tarde durante la Batalla de Guadalajara, cuando estos sufrieron una rotunda derrota frente a tropas experimentadas del Ejército Popular republicano.<ref>Beevor, Antony (2006): The Battle for Spain; The Spanish Civil War 1936-1939 (págs. 216-220). Londres: Penguin Books, 2006. ISBN 0-14-303765-X.

Fuentes