Paseo Ferroviario Camagüey
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Paseo Ferroviario Camaguey
Ubicado en las inmediaciones de la antigua Estación de Ferrocarriles, en la céntrica calle Van Horne, la obra deviene eje dinamizador de un proceso de cambio social desde la perspectiva del ciudadano ante los nuevos valores comerciales y urbanos que adquiere el sitio.
Historia
Justamente en el entorno donde se ubica la denominada “Terminal Vieja”, tuvo lugar la inauguración del Ferrocarril de Puerto Príncipe en 1851, gracias al tesón de Gaspar Betancourt Cisneros “El Lugareño”.
El inmueble constituye un ícono, por lo trascendental de la construcción y porque la llegada del ferroviario significó el desarrollo económico y sociocultural de la entonces Villa Santa María del Puerto del Príncipe, una de las primeras regiones en América Latina donde se lograba este propósito.
Tras un amplio proceso reconstructivo y de remodelación a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), se inauguró el 2 de septiembre en esta urbe el único bulevar temático ferroviario de Cuba hasta el momento.
Luego de levantar el asfalto, en el espacio que ocupa esta vía se recobró un segmento del adoquinado y se ejecutó un amplio programa de restauración para recuperar parte del tendido de la línea del tranvía eléctrico, también se adicionó un moderno sistema de iluminación y jardineras con el borde diseñado para servir de asiento, otorgando una nueva imagen y funcionalidad al lugar.
Simultáneamente enriquecen el patrimonio arquitectónico de esa arteria el parque Van Horne, donde se exhiben dos locomotoras, originales de la dotación de los antiguos ingenios Senado y Lugareño —después denominados Noel Fernández y Sierra de Cubitas, respectivamente—, símbolos del vínculo histórico entre el Ferrocarril y el desarrollo de la industria azucarera en la provincia de de Camagüey.
Además, la obra tiene como objetivo divulgar la influencia histórica y cultural que tuvo el ferrocarril en la región, surgido en la primera mitad del siglo XIX, cuando el trayecto Puerto Príncipe a Nuevitas se convirtió en el séptimo del mayor archipiélago de las Antillas, gracias a Gaspar Betancourt Cisneros.
Con la operación constructiva se rescatan valiosos exponentes arquitectónicos, documentales e industriales; un accionar que contribuye a su vez a la preservación del patrimonio intangible de la urbe.
Elementos tradicionales urbanísticos como adoquines que datan de hace más de un siglo, caracterizan el espacio, el cual cumple con todos los requisitos en su ambientación, con sistemas de luces y aditamentos para convertirse en el paseo preferido por los transeúntes de la urbe, fundada en 1514.
Con marcado carácter comercial, el tramo que colinda con el Hotel Plaza, brinda servicios de cafeterías, responsabilidad de la Empresa Provincial de Turismo de Ciudad Santa María.
El espacio también resulta atractivo para visitantes foráneos, provenientes especialmente de Canadá, Francia, Italia, Rusia y los Estados Unidos, atraídos por la cultura local.
