Gran Caverna de Constantino

Sistema cavernario Constantino
Información sobre la plantilla
Constantino1.jpg
Sistema Cavernario Constantino.
UbicaciónSierra de Galeras, Viñales, Pinar del Río
Fecha de descubrimiento1987Grupo Borras
Longitud10 247 metros
Clasificación espeleológicaSistema Cavernario

En 1987 un acontecimiento cambió la vida del grupo “Pedro Borrás” de la Sociedad Espeleológica de Cuba (SEC). el descubrimiento del Sistema de la Gran Caverna del río Constantino, el cual con una extensión total actual de 10 247 m, ocupa la mitad occidental del macizo cársico de la Sierra de Galeras, Municipio de Viñales, Pinar del Río, Cuba

Sinopsis

Este grandioso Sistema de cavernas, resultado del trabajo de exploración a su vez de un gran colectivo espeleológico, resume en sí mismo 20 años de paciente y perseverante labor de nuestro Grupo en aras de arrancarle muchos de los secretos que aún guarda este fascinante y en algunos aspectos excepcional aparato cársico subterráneo, coronado con el hallazgo de 2 importantes depósitos paleontológicos con más de 100 restos de monos fósiles endémicos (que constituye el récord de su tipo en el área de Las Antillas) así como 3 géneros y 3 especies de vertebrados extintos también nuevos para el Cuaternario cubano. Además, el descubrimiento en el Sistema Cavernario de Constantino de varias cuevas de valor arqueológico (ceremoniales y funerarias), entre ellas una importante estación de la grafica rupestre antillana; el hallazgo de espeleotemas no descritas antes para la Espeleología cubana (las denominadas por nosotros como miscelagmitas y anemopinulitas), la presencia aquí de una complicada y rica geología estructural resultante de una neotectónica relativamente fuerte que permanece activa, convierten en conjunto al Sistema de Constantino en un extraordinario escenario para el estudio de la Geología del Carso. Se presentan en este documento promocional, algunos resultados gráficos de los estudios realizados por nuestro Grupo en el Sistema, originado por la actividad reogénica (fluvial en el carso tropical de montañas bajas del occidente de Cuba) por un total de 9 corrientes fluviales alóctonas de diferente funcionamiento y caudal y al menos, 5 niveles de cavernamiento superpuestos e intercomunicados, con salidas a ambos lados del macizo carsificado. El Sistema Cavernario de Constantino de cara al siglo XXI ofrece a través de este documento, una valoración personal del Consejo Científico del Grupo Borrás de la SEC acerca no sólo de su actualidad, sino de las perspectivas para exploraciones futuras que aún deben realizarse.

Introducción

En este documento, se exponen los resultados de 20 años de estudio y exploración continua de este gran Sistema de cavernas fluviales actuales y pretéritas, con unas 32 vías de acceso intercomunicadas (bocas de la Gran Caverna de Constantino), la principal de las cuales puede ser localizada en el sumidero del undécimo arroyo que perfora la Sierra de Galeras por su vertiente sur (río de la antigua vega del Sr. Constantino.

Esta intrincada y compleja red de galerías y cavernas interconectadas, ha sido explorado por nuestro colectivo tras el incentivo de un estudio preliminar realizado a distancia (teledetección) a partir de la interpretación estereoscópica de fotografías aéreas, pancromáticas a escala 1:62 000, del vuelo americano de Cuba del año 1956, así como la fotointerpretación posterior de otros materiales aerocósmicos como son: fotos aéreas a escala 1: 31 200 del Proyecto 3,840 de 1983, el uso de imágenes espaciales espectrozonales a escala 1: 260 000, tomadas por un satélite soviético en el año 1988, así como imágenes multiespectrales en RGB a escala 1:110 000 del LANDSAT, todo lo cual posibilitó el montaje de un esquema fotogeológico de la fracturación neotectónica del macizo carsificado de la Sierra de Galeras y el desciframiento de otras posibles cuevas absorbentes (ponores) y transfluentes, en los extremos terminales de algunas fallas importantes.

El levantamiento topográfico del Sistema ha sido realizado mediante el uso de diferentes tipos de brújulas de geólogo con clinómetros acoplados, así como longímetros metálicos y de tejido, y el uso ocasional de un equialtímetro (nivel geodésico), utilizado para la nivelación de los diferentes pisos de cavernamiento.

En el caso de los estudios litogenéticos (espeleotemas), así como de algunos análisis de sedimentos subterráneos, se han realizado difractogramas de rayos X (por cortesía del Laboratorio Central de Mineralogía “José Isaac del Corral” y del Centro de Investigaciones y Proyectos de la Industria Básica, CIPINB). Para los estudios cronológicos de una parte del material paleontológico del Cuaternario de Cuba que ha sido hallado en la caverna, se contó con la colaboración especial del Museo Americano de Historia Natural y del laboratorio Beta Analytic Inc. del estado de Florida, USA.

Geoespeleología

El Sistema Cavernario de Constantino ocupa actualmente toda la mitad occidental del macizo carsificado de la Sierra de Galeras, Municipio Viñales, provincia de Pinar del Río, Cuba. Está formado por un total de 9 corrientes subterráneas de distinto funcionamiento hidrogeológico. Posee además un total general de 46 vías de acceso o entradas, de las cuales 32 de ellas se corresponden con ell Sistema directamente comunicado (la Gran Caverna del Constantino). Con una espeleometría lineal actual de poco más de 10 Km. de galerías subterráneas (10 247 m), este subyugante sistema cavernario podría llegar a duplicar su longitud total conocida, partiendo del presupuesto de que, de los 5 niveles de cavernamiento presentes en el aparato cársico, bien representados y estudiados en el sector del Constantino, solamente han sido completamente explorados hasta hoy en cambio a lo sumo dos niveles, en los restantes cauces subterráneos que conforman el Sistema.

Este Sistema posee una complicada espeleogénesis reogénica o fluvial de montaña, que de acuerdo a la Tipología Geólogo – Geomorfológica de las Cavidades Cársicas de Cuba (Jaimez y Gutiérrez, 1993; 2000) pertenece al grupo de cavidades del grupo tectónicas, subgrupo eutectónicas (participación de grietas y fallas neotectónicas activas como soluciones de continuidad), al tipo genético reógenas (por la corrosión acelerada de los arroyos de montaña), al subtipo eureógenas (del griego Eu que significa “buenas” o típicas reógenas). Desde el punto de vista de su funcionamiento hidrogeológico y de acuerdo con la tipología propuesta en este sentido por Molerio (1975) y Acevedo (1979), se trata de un Sistema mayormente transfluente (en sólo algunos casos formado por cauces absorbentes) mientras que de acuerdo a la Clasificación Genética de las Cuevas de Cuba de Núñez Jiménez (1967) y de Núñez Jiménez et. al (1984), se trata de un Sistema de cavidades de tipo fluvial, pertenecientes al subtipo Cuyaguateje.

El Sistema se ha desarrollado fundamentalmente entre rocas calizas pertenecientes a la Formación Guasasa (del Jurásico Superior (Oxfordiano superior) hasta el Cretácico Inferior (Cenomaniano o Turoniano), con un buzamiento estratigráfico en el sumidero del río Constantino de aproximadamente unos 70 º al sureste (70 º a 135). La constitución geológica de estas rocas en el área que ocupa el Sistema Cavernario es muy compacta (muy dura), recristalizada (criptocristalina, micrítica) y fuertemente tectonizada, siendo particularmente expresivo el agrietamiento y fallamiento neotectónico en muchos sectores interiores de la Gran Caverna, donde resulta posible apreciar claramente las improntas de fallas activas y sus espejos de fricción (planos de fallas), así como brechas tectónicas y “cataclastos” (bloques ciclópeos y cuadrangulares que suelen formar grandes conos de derrumbes, caídos por efecto del rechazo elástico y fricción en zonas de fallas activas o semiactivas de acuerdo con Jaimez (1991) y Jaimez & Gutiérrez (1992). La principal estructura neotectónica disyuntiva que controla este aparato cársico subterráneo fue denominada provisionalmente por los autores con el nombre de trabajo de falla “Bengala”, tratándose de una extensa falla de transformación, de orientación nordeste, y buzamiento aparente del plano de falla de unos 82 º al sureste. Su distribución espacial en relación al macizo carsificado Sierra de Galeras es transverso – diagonal, por lo que corta el mismo y se adentra luego en las Alturas de Pizarras del Norte donde gira gradualmente hacia el este y permite su comprobación sobre otras litologías en este caso no carsificables, por el afloramiento de verdaderas cataclasitas en ocasiones milonitizadas (brechas tectónicas, espejos de fricción, milonitas). Esta estructura parece estar aún activa o haberlo estado hasta hace poco, por cuanto ha sido la causante evidente de un brusco desplazamiento meandriforme de unos 200 m al este del río Ancón (principal corriente superficial de la zona a la que tributa el río Constantino y todos sus afluentes subterráneos) y que se expresa tanto a nivel de cauce como de la primera terraza aluvial). Considerando este desplazamiento y partiendo del presupuesto de que la morfología fluvial asociada es de edad a lo sumo del Pleistoceno, es razonable entonces suponer una velocidad aproximada de desplazamiento lateral de la falla de transformación de unos 0.13 mm/año, lo que viene a ser casi el doble de la velocidad promedio de los movimientos verticales hallados hasta el presente para el resto del grupo montañoso de la Sierra de los Órganos (0.07 mm/año), de acuerdo con datos de Iturralde – Vinent (1988). No obstante lo anterior hay que decir que, observaciones más recientes realizadas por nuestro Grupo, sugieren una velocidad de desplazamiento lateral posiblemente superior a la cifra antes ofrecida, hipótesis que se encuentra actualmente en estudio y revisión.

La falla con el nombre de trabajo “Bengala” parece ser por tanto una estructura que permanece aún activa y es posible que la misma sea la principal responsable de un gran número de sectores y galerías derrumbadas e incluso colapsadas, incluidas zonas con derrumbes que se produjeron entre 1991 y 1998 (como en el nivel superior del sumidero del arroyo La Aguada conocido por Cueva de la Jutiona), donde se desplomó y desapareció completamente del escenario subterráneo, un corredor estrecho y alto de unos 10 m de largo, que anteriormente unía la boca de esta alta espelunca con el cauce subterráneo del arroyo La Aguada, hoy sólo salvable con el uso de cuerdas.

Litogénesis

Pinulita.jpg

El Sistema Cavernario de Constantino no constituye un palacio deslumbrante en cuanto a abundancia de espeleotemas; entre otras razones debido a la ya explicada deformación neotectónica que presenta. Por ello, los grandes procesos clásticos y microclásticos prevalecen imponiéndose sobre la morfología litoquímico – reconstructiva en buena parte del Sistema. No obstante, en los pocos “sectores estables” en donde se han podido conservar las formaciones secundarias, estas ofrecen espectáculos bellísimos y en algunos casos únicos en Cuba. Tal es el caso de 3 nuevos tipos de espeleotemas únicamente reportados y estudiados hasta el momento para esta caverna por el Grupo Borrás de la Sociedad Espeleológica de Cuba. Ellas son: las denominadas por nosotros como anemopinulitas (pinulitas distorsionadas al parecer por la acción del viento, al presentar todas sus ejes axiales desviados en una misma dirección:), y las “pinulita-antoditas” que no son otra cosa que formas pavimentarias tipo pinulitas, pero con el aspecto de flor o de rosas de varios pétalos.

Aún más llamativas y extrañas por su composición, génesis, y distribución, resultan ser las denominadas por nosotros como miscelagmitas (del latín “miscere” que significa mezclar, mezcla), y que son raras estalagmitas completamente deleznables, de color blanco grisáceo hasta gris claro, formadas por mezclas de carbonatos, cloruros, y sulfatos en su composición de sales, así como valores de hasta un 60 % de arcilla montmorillonita. Estas formaciones son hasta ahora únicas en Cuba del Sistema Cavernario de Constantino, en donde pueden observárseles en agrupaciones de hasta decenas de ellas, en sectores del cuarto y quinto nivel de cavernamiento (Galería de la Permanencia, Salón del Pequeño Michael, y Balcones de La Caneca). Su origen parece estar relacionado con migraciones geoquímicas desde zonas con lentes de esquistos y pizarras cuarcíticas en la parte superior de la Sierra de Galeras, como eventuales fuentes de aporte de cloruros, sulfatos, y arcilla montomorillonita.



Fuente