Simón Rodríguez Rodríguez

Simón Rodríguez Rodríguez. Mártir de la Seguridad del Estado cubano, quien fue asesinado el 13 de abril de 1962 por grupos contrarrevolucionarios que operaban en la zona de Melena del Sur.

Síntesis biográfica

Simón Rodríguez nació en Camagüey el 28 de octubre de 1925 en el seno de una familia humilde, hijo de Juan Rodríguez e Irene Rodríguez. Su padre era obrero agrícola, la familia estaba formada por sus padres y 23 hermanos, de ellos 8 hembras y 15 varones. Simón era el segundo de los hijos, por lo que de pequeño tuvo que trabajar para ayudar a su padre en el sustento de la familia. La familia se traslada a vivir a la provincia de La Habana en el año 1930, entonces Simón contaba con 5 años; vivían en la finca La Alegría, en una casa de madera y guano. Siendo un niño inteligente que le gustaba el estudio, no pudo aprender a leer y escribir hasta la gloriosa Campaña de Alfabetización, cuando ya contaba con 36 años de edad y posteriormente continúa superándose en clases nocturnas en la escuela Los Pinos. Contrae matrimonio con Aurora García, la familia residía entonces en la finca San Galletano cerca de la laguna de Ojo de Agua, allí tuvo tres hijos: Jesús, Miguel, Carmen y otro que nace poco tiempo después de su muerte y a quien su esposa le puso Simón como su padre. Fue buen hijo, buen padre y un esposo ejemplar. Era un hombre de carácter fuerte, valiente y no le tenía miedo a nada.

Lucha clandestina y Milicias Nacionales

Durante la lucha clandestina se destacó como vendedor de bonos para recaudar fondos con el propósito de ayudar a la patria. Al fundarse las Milicias Nacionales el 26 de octubre de 1959, fue el jefe de las milicias en el Zapote y Ojo de Agua, actividad que desplegó con gran perseverancia, dedicación y esfuerzo, ya que siempre se mantuvo trabajando día y noche. Simón fue un hombre que en estos años tuvo muchos problemas pues se enfrentaba con valentía ante cualquier manifestación o expresión en contra de la Revolución, además sus enemigos provocaban a sus amigos y esposa, tal fue así que según testimonios de Severino López Pérez, en una ocasión, debido a provocaciones con su familia y a la Revolución tuvo problemas fuertes con Joseito Chandía, un vecino de él; y en medio de esa discusión le lanzó un machetazo que le arrancó la oreja.

Ejemplo de la Seguridad del Estado

El trabajo desplegado por Simón fue arduo y constante, pues no se cansaba y por esta perseverancia fue que se pudieron contrarrestar en la localidad varias acciones contrarrevolucionarias tales como: Quema de cañaverales. Planes de atentado. Distribución de propaganda enemiga. Localizar bandas enemigas y lugares en que operaban entre otros. Fue un hombre que se arriesgaba a cualquier tarea asignada, por ejemplo: Escuchaba de noche a escondidas conversaciones de contrarrevolucionario en la zona y de esta forma previa cualquier acción despiadada de la contrarrevolución cubana. El día antes de su muerte estuvo conversando con Severino López, jefe principal del DIER en nuestro municipio, donde Simón ofreció información secreta que tenía y Severino lo aconsejó mucho, principalmente que se cuidara de sus adversarios, pues ese carácter tan fuerte y la valentía que poseía podía ser que el enemigo se encarnara aún más en el de lo que ya lo estaba; además Severino le advirtió sobre la proximidad de la banda del Pipero en la zona. La banda del Pipero era contrarrevolucionaria y estaba formada por hombres asesinos que querían sembrar el terror en las familias campesinas de las zonas que hacían lo posible por llevar adelante la revolución. Esta banda nace en Juan Borrel y estaba integrada por: Orlando, el zambo, Berto el Pipero entre otros. Cometió varios asesinatos, entre ellos el de Narciso Sánchez y Porfilio Acosta, nativos de Güines y el de Humberto Hernández e hirieron a varias personas.

Su asesinato

Ese mismo día 12 de abril fue a ver a Julián Alonso Vasallo (el goyo) para informarle que era posible que al trabajo voluntario que se iba a realizar el día 13, no pudiera llegar temprano, porque ya tenía conocimiento sobre la proximidad de la banda del Pipero en las cercanías de la localidad. Al día siguiente 13 de abril de 1962, después de más de 3 años de constante esfuerzo, el contrarrevolucionario Sergio Alfonso (chivato de la banda del Pipero) Visitó la zona para secciorarse de la presencia de Simón en la localidad e informó al Pipero sobre el mismo. Ese día en horas de la tarde se produjo un incendio en un cañaveral cerca del Zapote en el que Simón estuvo presente para apagarlo. Como responsable de las milicias junto con otros obreros, llegaron a la conclusión de que era necesario reforzar la guardia en los campos de caña, tarea que debía organizar ese mismo día. Al atardecer Simón regresó a su casa, se bañó e iba camino hacia la escuela y le informa a su maestro que esa noche no podía asistir a clases por tener que formar una guardia especial para cuidar los campos de caña. Había dejado su escopeta en la casa y solo lo acompañaba su machete. Después de haber avisado a su maestro en la escuela los Pinos, se dirige rumbo a San Galletano para cumplir su misión, pero no pudo lograr sus objetivos, pues fue interceptado por la banda del Pipero y lo asesinaron cobardemente. Simón trato de defenderse y seguir el rastro de sus asesinos, pero no pudo, murió al cruzar una cerca de la orilla

Monumento a Simón Rodríguez

del cañaveral. Después de la muerte de Simón esta banda huye hacia la Ciénaga de Zapata. Tres meses después fueron capturados y ajusticiados por la revolución.

Un héroe

En aquel lugar del campo que nos lleva a Ojo de Agua hay un obelisco que recuerda el triste hecho y para honrar la memoria de aquel luchador se le fue otorgado el carnet del PCC, como homenaje póstumo, ya que había sido obrero ejemplar, por su actitud ante el trabajo, ante la defensa de la Patria y ante el amor a la familia.

Fuente

  • Museo de Melena del Sur