El banquete de Baltasar

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El Banquete de Baltasar también conocido como La escritura en la pared, es un relato que se encuentra en el capítulo 5 del libro de Daniel, en donde el rey Baltasar, organiza un gran banquete para mil de sus príncipes. Durante el banquete, el rey manda traer los vasos de oro y plata que su abuelo, Nabucodonosor II, había saqueado del templo de Jerusalén, y con ellos, él y sus invitados beben vino y alaban a los dioses de oro y plata.

El texto bíblico fue escrito originalmente en arameo.

Cronología

El banquete tuvo lugar la noche antes de la caída de Babilonia, que ocurrió el 12 o el 13 de octubre del año 539 a.C. Por lo tanto, el banquete se celebró el 11 o el 12 de octubre de 539 a.n.e..

Los hechos

El rey (o príncipe) Baltasar, quien gobernaba mientras su padre Nabonido se encontraba ausente, decidió hacer un gran banquete con mil de sus nobles. Mientras celebraba con vino, Baltasar mandó a traer los vasos de lujo que su predecesor Nabucodonosor había robado del templo de Jerusalén. El rey y sus invitados se ponen a beber en las copas sagradas y a adorar a los dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera, y piedra (Daniel 5:1-4).

Mientras todos estaban festejando, de repente apareció una mano misteriosa que escribe en la pared. La mano, por sí sola, sin cuerpo, lo cual debía haber sido lo más aterrador que se ha visto en mucho tiempo. La escritura era extraña, y por supuesto, Baltasar se espanta, se pone pálido y sus rodillas empiezan a golpear entre sí. Nadie en su corte podía leer o interpretar lo que decía la escritura, por lo que el rey manda llamar a los sabios y adivinos de Babilonia, pero como era de esperarse, nadie sabe qué significa. Así que la reina (probablemente Nitocris, hija de Nabucodonosor) al ver el tremendo lío que se había armado, le sugiere al Baltasar que llame a Daniel, quien ya había sido famoso por su sabiduría desde tiempos de Nabucodonosor. Cuando Daniel llega, el rey le promete riquezas, ropas finas y una cadena de oro por descifrar el mensaje. Pero Daniel, con mucha calma, le dice que se quede con sus regalos, porque lo importante es lo que tiene que decirle (Daniel 5:5-23)

Entonces, Daniel le explica que la escritura en la pared decía: Mene, Mene, Tekel, Parsin (que se se traduce generalmente como: «Contado, contado, pesado, dividido»). Básicamente, Dios había contado los días del reinado de Belsasar, lo había pesado y encontrado falto, y había decidido dividir su reino entre los medos y los persas. Una sentencia clara y aterradora que por supuesto, fue inevitable (Daniel 5:23-28). Por poquísimo tiempo, Daniel obtuvo el tercer puesto de gobernante de Babilonia (Daniel 5:29).

Pero así como decía la escritura, esa misma noche, Baltasar fue aseinado por el ejército aqueménida, Darío el Medo ascendió al trono y Babilonia finalmente cayó (Daniel 5:30-31), tal como lo habían profetizado Isaías, Jeremías y, por supuesto, el mismo Daniel.

Interpretación de las palabras

El juego de palabras «Mene, Mene, Tekel u-Parsin» probablemente se deriva de términos en acadio relacionados con unidades de peso: «Mēne» significa «mina», «tekel» se traduce como «shekel» y "pēres" (de «parsīn») hace referencia a «media mina». Esta interpretación está directamente conectada con la traducción literal de las palabras como "contado, pesado, dividido".

Además, el término arameo "parsīn" puede verse como un juego de palabras irónico sobre «Persia» o «persas», haciendo alusión al hecho de que Babilonia fue efectivamente conquistada por los persas. Daniel fue aparentemente el único que logró entender este desafío lingüístico, interpretarlo de manera plausible y, lo más audaz, confrontar públicamente al rey con su interpretación crítica.[1]

Es en este contexto que se entiende por qué los invitados no se atrevieron a ofrecer sus propias interpretaciones, a pesar de que los términos eran comunes en el lenguaje cotidiano. Hoy en día, la interpretación exacta de este juego de palabras es aún más incierta, ya el arameo era una lengua sin vocales, esto hace que el significado de las palabras pueda variar enormemente dependiendo de cómo se decidan leer, lo que mantiene la verdadera intención oculta entre una variedad de interpretaciones plausibles.

Testimonios extrabíblicos

Los historiadores Jenofonte y Heródoto coinciden con el libro de Daniel en que Babilonia fue tomada por sorpresa, durante un banquete, y además Jenofonte menciona que, cuando Babilonia cayó, el rey Nabonido y su hijo, gobernaban la ciudad. Jenofonte registra que Baltasar fue asesinado, aunque no lo menciona por nombre. [2]

Autor y fecha de composición

El autor del texto bíblico es anónimo y escribe en tercera persona,[3] aunque la tradición religiosa lo ha atribuido al mismo Daniel. Si esta correspondencia es correcta, el relato habría sido escrito en el siglo VI a.n.e, probablemente unos años luego de los sucesos.

Por otro lado, si el relato fue escrito por una persona distinta mucho tiempo después de la muerte del profeta, podría haberse redactado entre los siglos V a.n.e. y III a.n.e.

Enlaces externos

Referencias

  1. Norman Porteous. (1979). «Daniel: A Commentary». Pág. 75–86.
  2. Gran Enciclopedia Rialp. (1991). «BALTASAR».
  3. Tremper Longman III. «Daniel: NIV Application Commentary». Introduction.