Ambrosio Campos Vicente

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Ambrosio Campos Vicente
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NombreAmbrosio de la Concepción Campos Vicente
Nacimiento7 de diciembre de 1880
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
FallecimientoNo se precisa la fecha de su muerte
ResidenciaCuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónProfesor
PadresCosme Damián Campos Meléndez y Doña María Francisca de Borja Vicente y Vicente

Ambrosio Campos Vicente. Destacado profesor del Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara, natural de Santiago de Cuba, radicado en Santa Clara, donde estudió y desarrolló su vida profesional en la labor docente.

Síntesis biográfica

Nació el 7 de diciembre de 1880 en Santiago de Cuba. Hijo de Don Cosme Damián Campos Meléndez y Doña María Francisca de Borja Vicente y Vicente. Es el tercero de los cinco hijos de esa familia. Los dos hermanos mayores: Agustín y Antonio y dos hermanas menores: María Teresa y Mercedes de la Caridad.

Don Cosme Damián fue ascendido a Primer Teniente y trasladado al Regimiento de Infantería del Rey No. 1, por lo que tuvo que mudarse con su familia a la ciudad de Puerto Príncipe (actual Camagüey), donde nacieron las dos hermanas de Ambrosio.

Estudios realizados

Nuevamente, el regimiento al que pertenecía el padre fue trasladado en 1892, esta vez para Santa Clara. En esa fecha Ambrosio de la Concepción tenía 9 años. Matriculó en el colegio que dirigía la profesora Sofía Ferrari. Posteriormente, asistió a la Escuela Pía, de la que era director Don Mariano Clemente Prado. Aunque esa escuela era mantenida por el Municipio y gratis para los pobres. Ambrosio tuvo que abonar una pensión mensual porque su padre ganaba sueldo del Ejército Español. Los hermanos Agustín y Antonio seguían sus estudios en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Don Mariano Clemente Prado, maestro de grandes dotes pedagógicas que supo anticiparse a su época. Dio el joven alumno repetidas muestras de su clara inteligencia y de su gran afición al estudio, inspirado por las nobles doctrinas educativas de su ilustre maestro. En premio a su labor fue condecorado en diversas ocasiones con medallas de oro y plata. Obtuvo diplomas de honor y se le consideró como el mejor y más aventajado alumno en varios cursos.

Ambrosio tenía a su maestro Mariano Clemente Prado en tan alta estima que dejó un testimonio muy valioso de la actitud de su mentor ante situaciones que se le presentaron y cómo enfrentó al enemigo dignamente:

(…) Los exámenes en esa época eran espectaculares y sumamente rígidos....” Esto es lo que dice el propio Campos Vicente a causa de estos exámenes: ".....eran públicos y orales, acudiendo a presenciarlos la mayor parte de los familiares de los alumnos. Asistían estos señores a los exámenes como se asiste a cualquier competencia deportiva, sintiendo quizás mayor placer por la derrota de los vencidos, que con los laureles de los vencidos. No faltaban jamás las autoridades escolares y civiles, las cuales en casi todas las ocasiones usaban muchas veces la oportunidad para presentarse como sabihondos ante el público. Hacían preguntas sobre toda clase de materias que no estaban comprendidas en el programa, con el ánimo maligno de desilusionar a los pobres muchachos……".


"Recuerdo que en uno de mis exámenes que correspondían a la sexta clase o grado, último del plan de enseñanza vigente en aquella época, después de trazar correctamente en el pizarrón el desarrollo de los poliedros regulares, un señor de apellido Maceiras, periodista y maestro con impulso de erudito, se encaró conmigo y me formuló esta pregunta, que fue para mí un dardo envenenado: ¿En qué relación se encuentran el cilindro y la esfera inscrita? Don Mariano se inclinó hacia el Maceiras y le dijo algo al oído. Pero el feroz torturador replicó en voz alta: Eso no importa, que conteste. De más está decir que no contesté la pregunta porque no la sabía. Aquel hombre sonrió de manera felina, abrasándome con su sonrisa de tal modo, que el calor que sentía me dio idea de lo que debía ser el infierno o el purgatorio. Inmediatamente Don Mariano, rojo de ira, pero sereno y tranquilo, explicó a la concurrencia que las preguntas no correspondían a la primera enseñanza, que era lo pertinente en aquella Escuela y que por tanto no aminoraba en nada la nota que me correspondía. A pesar de las palabras de mi querido maestro, la vergüenza hizo presa de mí y permanecí todo el tiempo restante con la cabeza baja. Me sentí triste y adolorido, pues aquel temible Maceiras me hizo saborear en plena adolescencia el amargor de un dolor moral que, aunque fue rápido, por mi juventud, era profundo para mí, por aquello de estudiante consciente y aplicado. Algún tiempo después supe que Maceiras había sido deportado a Chafarinas y aquella noticia me alegró. Muchas veces, más tarde, pensando en aquel trágico momento, me ha asaltado la duda de que acaso la pregunta en cuestión iba más encaminada contra Don Mariano que contra mí, porque en Cuba ya había estallado la guerra. Finalizaba el mes de junio de 1895.”[1].

Cursó el nivel medio en el colegio Cristóbal Colón, adscripto al Instituto de Matanzas porque había sido clausurado el Instituto de Segunda Enseñanza[2]. Con la caída del colonialismo español en 1898 y la presencia en Cuba del Gobierno Interventor de los Estados Unidos, se reanudaron las clases en el Instituto de Segunda Enseñanza, matriculó e hizo el Bachillerato en los cinco años establecidos.[3]

Labor docente

Su hermano Agustín, mayor que él, ya dirigía las escuelas primarias que mantenían las Sociedades de Instrucción y Recreo, el Trabajo y la Bella Unión[4]. Y Ambrosio fundó una escuela primaria en la Sociedad El Gran Maceo con carácter gratuito para los hijos de los asociados. En 1934 comenzó a funcionar la Escuela Profesional de Comercio, (actual Escuela de Economía Ramón Pando Ferrer) dirigida por Ángel Consuegra Marín, donde Campos Vicente realizó su magisterio.

Fue profesor en el Instituto de Segunda Enseñanza, (ahora Preuniversitario Osvaldo Herrera) donde se desempeñó en las especialidades del Bachillerato en Ciencias. Su labor docente e investigativa lo llevaron a escribir obras relacionadas con las ciencias agronómicas y otras afines: “Homenaje a la Madre Tierra”, “Manual del maestro para hacer activa la enseñanza de la Agricultura y Estudios de la Naturaleza con medios Rústicos y de escaso o ningún valor”, “La mujer y la Agricultura”, todas certificadas por la Secretaría de Educación - Negociado de Registro de la Propiedad Artística y Literaria en 1937[5].

Reconocimientos por su labor pedagógica

Fue condecorado con el Reconocimiento otorgado por el Gobierno Municipal de Santa Clara como Hijo Distinquido de esta ciudad en el año y de él se escribió una obra, dedicada a su ejemplaridad, titulada: Libro Homenaje a Ambrosio Campos Vicente en el cincuentenario de su labor profesional y publicada en 1941, lo que indica que su quehacer pedagógico comenzó mucho antes de concluir sus estudios de Bachiller.

Referencias

Fuentes

  • Águila Zamora, Hedy (2001): Mariano Clemente Prado. Una figura olvidada en el tiempo. Boletín Cartacuba No 24 julio 2001.  
  • Documentos: Certificados de propiedad y derechos de autor emitidos por la Secretaría de Educación- Negociado registro de la Propiedad Artística y Literaria en 1937, donados por su nieto
  • Libro Homenaje a Ambrosio Campos Vicente en el cincuentenario de su labor profesional. Imp García Llansó. 1941.
  • La Ciudad de Marta. Libro de Oro. 15 de junio de 1689-1954. Santa Clara, s.e., 1954