Toxemia
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Sumario
Definición
El síndrome de fatiga crónica (SFC), denominado también «síndrome de disfunción inmunitaria crónica», es una enfermedad que se caracteriza por fatiga debilitadora, dificultades en la memoria y la concentración, alteraciones gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea, flatulencias y dolor, dolores menstruales, hipersensibilidad a los alimentos, alteraciones del carácter con tendencia a la depresión y dolores musculares y de las articulaciones que duran como mínimo más de seis meses.
Es una enfermedad que se ha denominado popularmente «la gripe del yuppie», ya que suele confundirse con un proceso gripal que parece que nunca se acaba de curar y que en algunos casos ha llegado a durar más de seis años. Lo que sí está claro es que una enfermedad de reciente aparición y que está ligada estrechamente a las condiciones de la vida moderna; no en vano son los yuppies el grupo de población más afectado. Es una enfermedad que tiene más predilección por las mujeres que por los hombres y parece ser que la Candida albicans, hongos presentes con cierta frecuencia en la mucosa vaginal, está implicada en este problema.
Las primeras referencias de su existencia datan de hace tan sólo uso cincuenta años, denominándosele en principio encefalomielitis miálgica (que traducido al lenguaje vulgar quiere decir inflamación del cerebro o de los nervios que produce dolores musculares), pero sin relacionarse entonces con la fatiga crónica y sin identificarse como una entidad propia hasta mediados de la década de 1970. También hay que decir que aún hoy día existen médicos que no la reconocen como enfermedad.
La medicina oficial ha tratado de establecer la causa o el culpable de este síndrome, pero ha fracasado en encontrar una única causa; cuando se hace un análisis o una investigación, se detectan varios microbios o varias causas que pueden explicar la parición de los síntomas.
Síntomas
Aunque el SFC puede afectar a personas de cualquier edad, es muy frecuente entre los treinta y los cuarenta años. Se inicia con una fatiga extrema que se suele desarrollar después de haber presentado los síntomas típicos de un resfriado común o de una gripe, con irritación de la faringe, dolores musculares y fiebre escasa. Por sus síntomas, parece una convalecencia que no llega a resolverse completamente. Conforme el tiempo pasa, los síntomas no solo no mejoran, sino que tienden a empeorar añadiéndose otras dolencias, como alteraciones del estómago e intestinos, pérdida de peso y, en un estado más avanzado, estreñimiento pertinaz. Todos estos síntomas gastrointestinales suelen deberse a alteraciones en la absorción de los nutrientes. El resfriado previo provocaría una disminución del sistema inmunitario que prepararía el terreno para el desarrollo de otros microorganismos que permanecen latentes en el organismo Epstein Barr, Citomegalovirus, Candida,entre otros). Tampoco puede descartarse que en este problema exista una tendencia alérgica, ya que la mayoría de las personas que sufren el SFC han padecido antes problemas como fiebre del heno (rinitis alérgica), amigdalitis o faringitis de repetición; problemas que con frecuencia acaban con la toma recurrente de antibióticos de amplio espectro, como la amoxicilina o la tetraciclina.
Cuando la persona acude al médico, este se suele quedar perplejo y tiende a pensar que se trata de una enfermedad psicosomática, debido a la ausencia de signos objetivos, a excepción de fiebre muy discreta, algunos ganglios inflamados o la cobertura de la lengua con una capa de saburra blanca. La fatiga se presenta en prácticamente todos los casos y aumenta notablemente con el ejercicio, pudiendo llegar a ser muy severa e interferir en el estilo de vida habitual del individuo.
Todo ello contribuye a que la persona busque soluciones pasajeras para poder seguir con su vida normal. El consumo de café y alcohol con frecuencia aumentan, para dar tono a un organismo que declina en vitalidad. De esta manera, se acaba cayendo en un círculo vicioso. Si una persona padece fatiga crónica y toma café, se produce un alivio inmediato pero fugaz; cuando los efectos de la cafeína disminuyen, la fatiga vuelve con más fuerza, siendo necesaria otra taza de café o una copa de alcohol. Esto puede conducir, en breve plazo, a una verdadera adicción a estos estimulantes que provocarán más fatiga que la que se pretende aliviar.
Causas
La fatiga crónica se desarrolla por razones de orden diverso, como el ambiente, los desequilibrios dietéticos, las alteraciones del sistema inmunitario o la sobrecarga emocional.
Fuentes
- Dr. J.L. Berdonces Serra, El gran libro de la salud, editorial Oceano.