Roberto José Ugarte Batista
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Roberto José Ugarte Batista: Revolucionario cubano que cae en cumplimiento de su mas sagrado deber, en defensa de la tranquilidad de la ciudadanía y de los bienes de nuestra sociedad socialista, donde los delincuentes no tienen cabida, pues son tan solo rezagos de una sociedad podrida que ha sida sustituida para siempre por nuestro pueblo.
Síntesis biográfica
Nació el 19 de marzo de 1939 en la finca El hormigo, Curaná, actual provincia de Las Tunas., en el seno de una humilde familia obrera y campesina. Comenzó a cursar estudios en la escuela pública del reparto La victoria, donde logró alcanzar el sexto grado. Era un niño alegre y jovial, características que siempre le acompañaron y le ganaron el afecto y estimación de quienes le conocieron.
Trayectoria revolucionaria
Al triunfo de la Revolución se identifica de inmediato con ella. Ingresa, desde su fundación, el las MNR, donde le son asignadas diferentes tareas, como el entrenamiento y preparación militar y la vigilancia de objetivos priorizados por su interés para el enemigo, que por entonces intensificaba sus acciones contra la revolución y fomentaba e sabotaje y el terrorismo.
Se mantiene en estas actividades hasta que pasa a formar parte del batallón 591 radicado en la zona de La Piedra, en la provincia tunera. Es movilizado para realizar diferentes labores agrícolas a fin de colaborar con la economía del país, que comenzaba a sufrir efectos del bloqueo imperialista, cuyas medidas económicas perseguían como objetivos hogar la Revolución para hacerla claudicar por hambre. Pero los fines imperialistas chocaron con la solidaridad de los países socialistas y con la decisión de los cubanos de seguir movilizándose para llevar adelante la economía. A través de las milicias, con el batallón 591, Roberto brinda su colaboración y participa en las zafras azucareras y del café, esta última en la zona de la Gran Piedra, fundamentalmente. También realiza labores relacionadas con la defensa, como construcción de trincheras, imprescindible ante las continuas amenazas imperialista.
Como colofón a las continuas agresiones y provocaciones del gobierno imperialista, se produce la criminal agresión a Playa Girón. Cientos de milicianos se movilizan a lo largo y ancho de todo el país ante la posibilidad de una intervención más directa por parte de estado Unidos. En la primera línea de la posición asignada a su batallón, se encuentra Roberto, quien junto a sus compañeros se mantiene en su puesto hasta que tras la vergonzosa derrota sufrida por los mercenarios, se estabiliza, por corto tiempo la situación.
En octubre de 1962, la prepotencia y el injerencismo norteamericano abocan al mundo a una guerra nuclear, por lo que nuevamente son puestas en alerta nuestras fuerzas, ente ellas las MNR, de las cuales forma parte Roberto, quien permaneció varios días fuera de la casa en el puesto a él designado, dispuesto a todo por defender la revolución.
En 1966 es desmovilizado del batallón 591, pero se mantiene realizando actividades propias de las milicias en el poblado de Las tunas hasta 1968, año en que ingresa en el Ministerio del Interior como auxiliar de4 la PNR. Entonces es destacado en el sector de Casa Piedra a las ordenes de Germás Díaz Rodríguez.
En la unidad de la PNR cumple siempre con seriedad, responsabilidad y eficacia, diferentes misiones como el patrullaje y vigilancia y la protección de espectáculos públicas.
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Muerte
El 13 de octubre de 1974 se encuentra de recorrido por el sector, cuando al llegar a la calle Hedí Chibás, en el reparto Sosa de las Tunas, escucha los gritos de una compañera en reclamo de patrulla, pues un individuo, tras amenazarla, se había dedicado a destruir los jardines de la cuadra. Ante esta situación. Roberto actúa de inmediato y logra inmovilizar al ciudadano, quien se muestra dispuesto a acompañarlo pacíficamente a la unidad, por lo que Roberto le suelta, ocasión que aprovecha el delincuente para con un cuchillo, hasta entonces oculto, provocarle una profunda herida en un muslo, que le cercena una de las arterías principales del sistema circulatorio, por lo cual muere desamparado antes de llegar al hospital, apenas 15 minutos después de ser herido. Días mas tarde, su asesino tiene que responder ante los tribunales por su repulsiva acción y recae sobre él todo el peso de la justicia revolucionaria.
Fuente
Mártires del MININT, Editora Política, La Habana, 1990.
